Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, considera "muy importante que el aceite de oliva siga siendo un producto de la clase media", confiado en una "contención y bajada progresiva en los precios de los alimentos" en el primer semestre de 2023 que dé un respiro a los consumidores. En dos años, el aceite de oliva se ha encarecido más de un 100%.
Entrevistado en 'Más de uno', en Onda Cero, el periodista Carlos Alsina ha preguntado Planas si teme que el aceite de oliva se convierta en un "producto de lujo". "Me parecen muy bien los productor gourmet -ha respondido- porque dan un gran valor añadido y le dan mucha renta al productor primario, pero es muy importante que aceite de oliva siga siendo de clase media".
"Están los precios ya en 5 euros en origen, que es muchísimo", ha recordado el ministro antes de lanzar un "aviso a los operadores para que nadie se pase, porque aquí hay una responsabilidad". "La fijación de precios deriva de los costes pero también tiene una parte relativa a la decisión empresarial de venta y hago una llamada de atención", ha insistido.
Alsina se ha interesado por si los españoles debemos "resignarnos" ante una nueva subida ya general de precios en los alimentos esta Navidad. "Más que hablar de resignación -ha contestado-, hay que apreciar la realidad, siempre, y eso significa que estamos ante un incremento de costes muy significativo, yo diría que del final de la pandemia y comienzo de la invasión rusa de Ucrania, que ha afectado a cereales, oleaginosas y sobre todo a fertilizantes".
Fertilizantes, la "mayor preocupación"
Planas ha querido poner de relieve "la dimensión alimentaria de la guerra", a su juicio "muy olvidada" en comparación con la energética: "Estamos en un momento muy complicado y mi mayor preocupación son los fertilizantes porque a corto plazo no se está notando, pero a medio y largo necesitamos conseguir un nivel de autonomía de producción en la Unión Europea. Se habla mucho de los chips... Pues los fertilizantes y las semillas con los chips de la agricultura".
La inflación dio un respiro en octubre. Volvió a moderarse la subida de precios, que se quedó en un 7,3% interanual, pero fue pese al impacto para la cesta de la compra, con los alimentos disparados en un 15,4%. Hacer un bizcocho, desayunar una tostada o cocinar una tortilla de patatas es hasta un 43% más caro que hace un año.
El caso más alarmante es el del azúcar, cuyo precio ha subido un 43% respecto a octubre del año pasado. Pero no es el único: el precio de legumbres y hortalizas frescas se ha elevado un 25,7%; el de los huevos, un 25,5%; el de la leche, un 25%; el de los aceites y grasas, un 23,9%, y el de los cereales, un 22,1%.
Preguntado por si le "consta" que la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, "está negociando en secreto con los supermercados" en busca de fórmulas para una cesta de la compra accesible, ha respondido: "Lo que me consta es que todos estamos haciendo un esfuerzo, y subrayo el todos, para que cada uno asuma su responsabilidad y no lleguemos a la situación de que los alimentos no sean asequibles para la mayoría de la población".