El Banco de España ultima una nueva rebaja de sus previsiones para la economía española. Esta vez, esa revisión de los números incorporará un recorte a la previsión de inflación general para 2022 gracias al tope al gas que aprobó el Gobierno la pasada semana.
Sin embargo, esa noticia dejará un sabor agridulce, ya que la institución está observando cómo el resto de los precios de la cesta de la compra (los que recoge la inflación subyacente, que excluye a la energía y a los alimentos más volátiles) siguen subiendo. Esto significa que el riesgo de que los efectos de segunda ronda ya estén aquí es cada vez mayor.
En este complejo contexto económico, el organismo ha publicado su Informe Anual 2021, un documento de casi 300 páginas en el que evalúa las políticas públicas y analiza a fondo la situación de la economía española.
Según insiste el gobernador, Pablo Hernández de Cos, en la presentación del informe, para hacer frente a esta situación, España necesitará un pacto de rentas.
"A través de este pacto, empresas y trabajadores acordarían compartir la inevitable merma de renta para la economía nacional que implica el aumento de los precios de las importaciones de materias primas", afirma Hernández de Cos.
Se trataría de un pacto plurianual, pero a diferencia de lo que plantean los sindicatos no para compensar las pérdidas que se van a sufrir este año por el encarecimiento del coste de los bienes y servicios. "Si es una pérdida, es una pérdida. No se puede recuperar dentro de tres años. La pérdida se tiene que consolidar para hogares y empresas con carácter permanente", reconoce el director general de estadística del organismo, Ángel Gavilán.
Sin embargo, por drástico que parezca este diagnóstico, asumir esa caída del nivel de bienestar parece imprescindible para evitar un mal mayor. Esto se debe a que según explica el Banco de España (BdE), cuanto más dure el episodio inflacionista, mayor es la probabilidad de que los efectos de segunda ronda se materialicen y entonces, el coste económico del episodio inflacionista sobre España sería mayor.
En junio del año pasado, un 25% de las partidas de la cesta de la compra mostraban ya una inflación superior al 2%. Ahora, ese porcentaje ha aumentado al 65%, de acuerdo con los datos incorporados en el Informe Anual. Esto a pesar de que las empresas han reducido sus márgenes y los trabajadores no han visto subir sus salarios en la misma medida que los precios.
A la cola de Europa
España se está viendo más afectada que el resto de Europa por la inflación en un momento en el que su recuperación económica viene mostrando un desempeño peor que la de sus vecinos europeos, aunque se espere que en los próximos trimestres se reenganche.
En el último ejercicio de proyecciones del Banco de España, publicado en abril, ya se revisó a la baja la tasa de crecimiento del PIB en 2022 (hasta el 4,5%) y al alza la tasa de inflación promedio para el conjunto del año (hasta el 7,5%).
Sin embargo, los peores datos del primer trimestre del año van a forzar una nueva revisión, después de que la Comisión Europea haya estimado un crecimiento del 4% este año para nuestro país y el Gobierno del 4,3%.
España todavía sigue 3,4 puntos porcentuales por debajo del PIB prepandemia, mientras el resto de Europa ya está por encima, recuerda el BdE. Esto se debe al golpe que sufrió el turismo, a la inversión en vivienda y al consumo privado, ya que la renta bruta disponible de los hogares españoles se ha comportado peor que la media del euro.
A esto se suma que con el fin de las restricciones, los hogares no han utilizado la bolsa de ahorro acumulada durante la pandemia, aunque las rentas más bajas sí han hecho uso de ese dinero, probablemente, explica Gavilán, para hacer frente al encarecimiento de los costes de la energía.
Medidas de respuesta
El Banco de España también evalúa las políticas puestas en marcha para hacer frente al desplome económico que provocó la pandemia y concluye que en general, "han sido muy beneficiosas", ya que han ayudado a mitigar los efectos de la Covid-19 sobre las familias y empresas. En concreto, los ERTE y los ICO han funcionado bien.
Sin embargo, el BdE suspende la otra 'gran medida' que se anunció para proteger a las empresas: las ayudas directas para la solvencia "no han sido especialmente útiles". El organismo achaca esto al diseño de los programas hecho por el Gobierno, ya que al concederse por sector y caída de facturación sin análisis individualizado de la situación patrimonial, algunas empresas que no cumplían los criterios no han podido solicitarlas.
Pensiones y otras medidas
El documento también aborda las reformas impulsadas en el último año. Sobre la reforma laboral, considera que es pronto para evaluar su impacto en el mercado de trabajo, aunque ya se esté mostrando una caída de la temporalidad.
En materia de pensiones, analiza la decisión de volver a ligarlas con el IPC y derogar el Factor de Sostenibilidad para aprobar un mecanismo de Equidad. Y la conclusión de esa "coctelera" es que "de cara al futuro, harán falta nuevas medidas de ingresos o de gastos", advierte Gavilán.
En vivienda, también se aborda el proyecto de ley aprobado por el Ejecutivo y advierte que algunas de las medidas acordadas, como el control de rentas, podrían tener "efectos negativos en el corto plazo muy intensos". No obstante, el Informe sí reconoce que las personas que viven de alquiler en España son más vulnerables.
El Informe Anual de 2021 también incorpora un capítulo especial dedicado al cambio climático que fue presentado la pasada semana y en el que recomendó continuar con la transición energética, pese a su elevado coste.
Además, establece algunas asignaturas pendientes y urgentes que tiene la economía española. Entre ellas, la consolidación fiscal que habrá que acometer cuando la recuperación esté más asentada en un contexto en el que España tendrá que homogeneizar determinados impuestos con el resto de la Unión Europea.
Esto implicará más presión en la fiscalidad verde y menos productos afectados por el IVA superreducido. No obstante, algunas modificaciones impositivas se enmarcarían en un rediseño en el que se podría compensar con un alivio en otros impuestos.
Fondos europeos
Según recuerda, los fondos europeos NGEU son una oportunidad para apuntalar el crecimiento potencial del PIB pero si se acompañan con reformas.
De momento, el organismo recuerda que "el impacto económico a corto plazo del uso de estos fondos en 2021 fue inferior al incorporado en nuestras proyecciones macroeconómicas" y advierte que "una parte significativa del crecimiento económico esperado para este y los siguientes años depende crucialmente del potencial efecto multiplicador sobre la actividad del uso de los fondos NGEU".
En este sentido, para maximizar el impacto recomienda llevar a cabo una rigurosa selección de los proyectos de inversión a financiar y acompañar esas inversiones de reformas estructurales.