Alberto Ruiz-Gallardón, iluminado por su lugarteniente económico Juan Bravo, le cogió gusto a aquello de crear empresas propiedad total o parcialmente de la administración pública que gobernase. Lo hizo en la Comunidad de Madrid, donde creó su primera gran boa constrictor come deuda, Mintra, y lo repitió con mucha más alegría al frente del Ayuntamiento de Madrid, con los sucesivos intentos de traerse a la capital española los Juegos Olímpicos o el soterramiento de la M30 entre otras excusas para seguir capilarizando el hólding.
La hipertrofia de la estructura societaria de Gallardón y su ejército de directivos, aunque con alguna baja durante la crisis en el periodo de Ana Botella al frente de la alcaldía (en concreto la liquidación de Madridec tras la tragedia del Madrid Arena), ha resistido hasta 2015. El equipo de Gobierno de Manuela Carmena, ahora al timón del Consistorio, se ha comprometido a limpiar los excesos de épocas pasadas pero de momento, en su primer proyecto de Presupuestos, eso no llega a las nóminas de la primera plana de las empresas públicas o mixtas.
Según el proyecto de Presupuestos de 2016 del Ayuntamiento de Madrid, un total de 56 directivos van a cobrar de media más de 100.000 euros en el próximo ejercicio. El más llamativo es el sueldo de la persona que ocupa puesto de alta dirección en la Institución Ferial de Madrid (Ifema), para la que se han presupuestado 284.222 euros que, netos de la Seguridad Social que paga Ifema, da un sueldo bruto de 270.717 euros. De la misma empresa pública, los 19 jefes superiores, con sueldos medios brutos de 112.457 euros en 2016, suman el cargo más alto de los grupos de directivos de las firmas del Ayuntamiento.
Más jefes que indios en Calle 30
Si hay una empresa que destaque por el número de altos cargos por metro cuadrado, dentro del entramado societario que creó Gallardón, esa es Madrid Calle 30. La empresa mixta, participada al 80% por el Ayuntamiento y al 20% por Emesa (propiedad de Ferrovial y ACS) está ahora bajo la lupa del Consistorio desde que EL ESPAÑOL desvelase hace una semana el absurdo del funcionamiento de esta estructura que ha costado más de 502 millones de euros a las arcas públicas desde 2005.
Un roto que no podrá deshacerse al menos hasta 2025 y que incluye el contrato verdaderamente destinado a mantenimiento de la vía de circunvalación (blindado para Emesa), los intereses de un crédito subordinado con la propia Emesa, los dividendos a los socios privados (es decir, a Emesa) y los impuestos que paga la sociedad dado que se le ingresa suficiente dinero cada año como para que esté en beneficios y pueda precisamente repartir dividendo.
La lógica financiera que quisieron imprimirle a la sociedad en el momento de su creación se evaporó en septiembre de 2011 cuando, poco antes de abandonar la alcaldía y convertirse en ministro, Gallardón le pasó la deuda de soterramiento de la M30 (un crédito de 2.500 millones de euros) directamente al Ayuntamiento.
La plantilla de Madrid Calle 30, formada por 12 personas tras la amortización este año de un puesto de director, es un claro ejemplo de sociedad donde hay casi más jefes que indios. La firma tiene un consejero apoderado, que cobrará un sueldo bruto medio de 92.698 euros el año que viene, y un director gerente (80.669 euros). Cuenta además con dos jefes de departamento con un sueldo bruto medio de 86.219 euros.
Madrid Destino
Otra de las plantillas con mayor número de directivos es Madrid Destino, un engendro al que fueron desembocando los altos cargos de otras sociedades creadas en época de Gallardón. Madrid Destino nació de la fusión de Madrid Arte y Cultura (MACSA), la gestora de teatros y espacios escénicos del Ayuntamiento; y Madrid Visitors & Conventions Bureau (MV&CB). A finales de 2013 se disolvía Madrid Espacios y Congresos (Madridec), la empresa bajo cuyo paraguas nacieron las grandes obras del Madrid que quiso ser Olímpico y se le sumó también a Destino. Y con ella, buena parte de sus directivos.
De Madridec, Madrid Destino heredó la Caja Mágica, esa infraestructura de 100.000 metros cuadrados levantada sobre un antiguo vertedero que se presupuestó en 120 millones de euros y terminó costando 205 millones y a la que tantos inquilinos se le han ido sin pagar o con facturas pendientes; el terreno del Centro de Convenciones de la Castellana; el Palacio Municipal de Congresos y el Madrid Arena.
La deuda de Madridec, como la de Madrid Calle 30, se la pasaron al Ayuntamiento por importe de 265,6 millones de euros. Esta fantástica gestión tiene entre sus protagonistas a algunos de los nueve cargos de la alta dirección que cobrarán en 2016 un sueldo bruto medio de 81.930 euros. También cuenta con nueve directivos la Empresa Municipal de Transportes, con un sueldo medio de 112.365 euros para 2016.
La desigualdad en la empresa pública
Fuentes del Ayuntamiento de Madrid consultadas por EL ESPAÑOL comentaron que se está trabajando en un plan para reducir esta carga en forma de directivos con sueldos muy por encima de lo que en Ahora Madrid se considera razonable. No hay que olvidar que la propia alcaldesa, Manuela Carmena, se comprometió a reducir su sueldo de 100.000 euros anuales a algo más de 45.000 euros, medida que aún no ha sido tomada porque, explican en el equipo de Gobierno, necesitan de la aprobación del pleno y no tienen mayoría.
Llegar a tiempo en los Presupuestos de 2016 para modificar la estructura actual no ha sido posible, explican las citadas fuentes, dado el escaso tiempo que llevan al frente del Ayuntamiento. Las empresas públicas y mixtas de Madrid son una muestra más de la amplia diferencia salarial entre los altos cargos y las categorías inferiores. Un conductor de la EMT, por ejemplo, cobra un sueldo medio bruto de 39.751 euros, mientras que un directivo de esta misma empresa cobra casi tres veces más de media. En el caso de Madrid Destino, los directivos cobran 2,3 veces más que el personal técnico y administrativo (36.027 euros anuales brutos de media). En el caso de Ifema, aunque el sueldo medio bruto de los trabajadores de grupo I (65.359 euros) está por encima de la media, sigue muy lejos del sueldo que cubre puesto de alta dirección.