Hablar en público es una habilidad muy valorada hoy en día. Controlar todo lo que rodea la oratoria se convierte en una herramienta muy útil a la hora de acceder a un puesto de trabajo, interactuar con posibles clientes en el ámbito de la empresa e, incluso, como soft skill en la esfera personal.
"Tras casi dos décadas viendo cómo profesionales de grandes compañías no eran capaces de defender sus ideas y sus proyectos por la falta de entrenamiento en la capacidad de hablar en público, decidimos ayudarles a superar esta cuestión que tanto impacta en la vida profesional y personal. Y hacerlo con resultados medibles, ya que la tecnología hoy lo hace posible".
Habla la psicóloga y consultora de Recursos Humanos Soraya del Portillo, creadora de Chiara. Se trata de la única aplicación basada en realidad virtual, análisis de lenguaje natural e inteligencia artificial cuyo objetivo es mejorar las habilidades en el don de la palabra en público.
"En febrero de 2018, y tal y como los pilotos practican en simuladores antes de pilotar un avión, decidimos crear Chiara, un simulador de realidad virtual que permite al alumno entrenar su capacidad de oratoria a través de la práctica en entornos realistas", asevera a D+I Soraya del Portillo.
Quien sufre de glosofobia padece de miedo y malestar a la hora de exponerse ante un público y hablar. Este es un miedo más difícil de gestionar a través de la formación presencial, explica la emprendedora, "ya que en los cursos tradicionales el profesional no tiene la posibilidad de practicar lo suficiente como para reducir el miedo, eliminarlo y llegar a mejorar esta habilidad, la comunicación".
Tecnología para revolucionar las 'soft skills'
En este contexto, más allá de la capacidad de comunicación, Chiara nace como un proyecto con el propósito de transformar la educación y formación en soft skills a través de nuevas tecnologías.
"Se trata de vivir una experiencia en un metaverso de gemelos digitales, a través del cual el alumno se sumerge en una situación de realidad virtual donde se enfrenta a un público 'real' que le pone a prueba a la hora de hacer una ponencia o un discurso", describe la fundadora.
Tras la experiencia y, gracias a tecnologías como la inteligencia artificial o el procesamiento del lenguaje natural, Chiara es capaz de analizar objetivamente aspectos tan relevantes en la comunicación como la entonación, el rango tonal, la intensidad, el ritmo, el volumen, las coletillas y muletillas, la claridad, la positividad, los silencios, incluso a través de head tracking el control de la mirada.
Y con todos estos aspectos medidos de forma objetiva, es capaz de devolver un feedback al alumno con consejos, recomendaciones y planes de acción totalmente adaptados a su desempeño y necesidad de mejora.
La pandemia ha acelerado la transformación digital y las nuevas herramientas que brinda la tecnología, pero antes de la irrupción de la covid, Chiara ya era una realidad utilizada por más de 100 grandes compañías en 2018.
En la actualidad, Chiara se encuentra en fase growth y ha sido seleccionada como finalistas en los eAwards de NTT DATA FOUNDATION, "lo cual nos posiciona en un ámbito más internacional, nos aporta una gran visibilidad y reconoce el esfuerzo que llevamos haciendo durante estos cinco años".
Engañar al cerebro: el reto para 2023
En 2023 la startup afrontará un gran reto. "Queremos ser capaces de ir un paso más allá y hacer que en Chiara exista la posibilidad de interactuar con nuestro simulador. Trabajamos para que la experiencia permita engañar totalmente al cerebro y seamos capaces de acercarnos al máximo al test de Turing, donde al usuario o alumno le cueste diferenciar a la máquina del humano".
"Más allá de las nuevas soluciones que podremos desarrollar, este año desde Chiara tenemos el claro objetivo de consolidarnos en tres de los 16 países en los que ya estamos vendiendo la solución. Y de la mano de grandes compañías como Lefebrve Sarrut, Francia será uno de los mercados objetivo", describe Soraya del Portillo.
Chiara se desarrolló con un equipo de 70 profesionales durante un proceso de 16 meses. Entre los perfiles participaron doctores en fonética, lingüística, lógica computacional, pedagogos… "El éxito de la calidad de una solución como Chiara es la diversidad del equipo multidisciplinar que participó en el desarrollo", concluye la fundadora.