El puerto de Los Ángeles atraviesa su particular ‘Renacimiento’. Las grandes bodegas históricas abandonadas en sus instalaciones han pasado de ser edificios fantasmas a convertirse en la meca de la economía marítima. Decenas de startups conviven ahora en este espacio.
Organizaciones como AltaSea y Braid Theory están apostando fuerte por la nueva revolución industrial, basada en la descarbonización de la economía. Ambas plataformas han sabido aprovechar un nicho de mercado que todavía está poco explotado y que pone el punto de mira en los puertos, mares y oceános.
Muy cerca de las actividades propulsadas por AltaSea y Braid Theory se encuentra Carbon Ridge, fundado en la ciudad de Santa Mónica en 2021. La startup acaba de cerrar su ronda semilla con una financiación de seis millones de dólares.
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En esta ronda, liderada por la Fundación Grantham para la Protección del Medio Ambiente, también participaron Crowley, una compañía especializada en logística y envíos; Plug and Play Ventures y Rusheen Capital Managament.
“Creemos que capturar y almacenar carbón a bordo de las embarcaciones será la manera más eficiente y económica de acercarnos a la descarbonización de la industria marítima”, afirmaba Chase Dwyer, fundador y CEO de la compañía.
El objetivo de Carbon Ridge es eliminar la contaminación producida por las embarcaciones. Para ello ha creado un sistema de separación y almacenamiento de CO2. Su solución es modular y se acopla directamente al tubo de escape de los barcos, lo que facilita el proceso de instalación y de operación.
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El gas es procesado a través del sistema inventado por Carbon Ridge y separa el CO2 del resto de gases. A continuación, el CO2 es capturado y almacenado en un segundo contenedor, donde se comprime y pasa por un proceso para ser transformado en líquido. Por último, el líquido de CO2 es transferido a un tanque donde queda en reposo durante el resto del viaje.
Una vez que la embarcación llega a su destino, los tanques son retirados en los puertos y pasan a ser transportados a lugares de almacenamiento de CO2 permanentes. Normalmente, el CO2 capturado suele ser inyectado en el subsuelo de manera segura.
La captación de fondos ayudará a Carbon Ridge a tener su primer piloto disponible para el próximo año.
“Descarbonizar la industria de la logística va a suponer todo un reto. Creemos que los sistemas de captura ideados por Carbon Ridge podrán doblar la curva de emisiones generadas por la industria”, explicaba Kevin Tidwell, director de la Fundación Grantham.
El modelo de negocio de Carbon Ridge todavía se encuentra en su fase inicial, pero cada vez existe un mayor número de incentivos por parte de los gobiernos para aquellas empresas que aportan soluciones innovadoras de descarbonización.
El negocio de capturar los gases de efecto invernadero
El caso más particular es el de California, estado líder en la transición energética. El estado paga a las empresas un bono por cada tonelada de CO2 capturada. La cantidad suele oscilar entre los 135 y los 150 dólares por tonelada.
El estado aspira a convertirse en uno de los primeros del país norteamericano en alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2045. Sus medidas están siendo radicales para alcanzar dicho objetivo. Un buen ejemplo es la prohibición de venta de vehículos de gasolina a partir del año 2035.
California ya ha invertido más de 18.3 mil millones de dólares para la reducción de los gases contaminantes. Entre diciembre de 2020 y noviembre de 2021 se lanzaron más de 75.000 inversiones nuevas destinados a proyectos climáticos.
Se espera que la implementación de estas iniciativas ayude a reducir de manera drástica las emisiones del estado. El objetico es acabar con 10 millones de toneladas métricas de dióxido de carbón, lo que equivaldría a retirar de la circulación más de un millón de coches cada año.