El auge de los centros de datos en España, reflejado en la segunda radiografía del sector publicada por D+I - EL ESPAÑOL, no es un fenómeno que suceda de manera aislada al resto de elementos de la economía, la sociedad o el medioambiente. De hecho, hablamos de una industria que no sólo tiene un calado transformador dentro del ámbito digital, sino que también ejerce de tractora para el tejido productivo y la innovación en muchos otros campos.
El impacto económico de albergar estas infraestructuras dentro de nuestras fronteras es ampliamente conocido y sobradamente constatado con cifras del mercado. Sin embargo, estos indicadores son desconocidos para el gran público, que vive ajeno a la revolución que sucede dentro de los muros de un centro de datos. Igualmente, la atracción de talento especializado para poder operar y mantener estas instalaciones los convierten en un importante reclamo para la formación y alfabetización digital.
Con el medioambiente sucede una situación paradigmática, que en no pocas ocasiones deriva en desinformaciones o visiones sesgadas. Si bien los centros de datos son intensos consumidores de energía, sus esfuerzos por limitar ese consumo y la apuesta por fuentes renovables los convierten en un actor más del panorama eléctrico nacional y, quizás, en respuesta para algunos de los desafíos que sobre él se ciernen.
Impacto económico
“España se está posicionando desde hace un año como uno de los grandes destinos para la inversión en centros de datos. Por ejemplo, Madrid está creciendo a más del doble que los mercados más maduros de Europa como Frankfurt, Londres o París”, explica a este medio Manuel Giménez, director ejecutivo de Spain DC.
“Esto traducido a la economía del país significa que España está en condiciones de atraer cerca de 8.000 millones de euros en inversión directa hasta 2026, multiplicando por seis la actual potencia instalada. Hablamos de un impacto en el PIB nacional de 60.000 millones de euros. No hay ninguna otra industria en España que pueda aportar estas cifras”.
Puede decirse que España es ya un destino clave para la inversión en centros de datos y la tendencia es que siga ganando posiciones en los próximos años. "Nuestro país se ha situado en el puesto siete de los 27 estados miembros de la UE en el Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI), con un mercado de servicios de cloud pública que ha experimentado un crecimiento del 64% desde 2019 a 2022", recuerda D+I-EL ESPAÑOL el presidente de la Asociación Proveedores Españoles de Cloud y Data Center (Apecdata), Roberto Beitia.
Beitia refiere que, aunque el impacto económico es muy difícil de cuantificar y son los clientes de esta industria los que deberían indicar en qué porcentaje mejoran su eficiencia al implantar las aplicaciones de digitalización, en el caso de las empresas que conforman Apecdata, el crecimiento previsto para 2024 es de un 30%.
Aunque el mejor exponente del impacto económico de los centros de datos lo encontramos en un dato tan contundente como sencillo de comprender: cada euro invertido (tan sólo en la Comunidad de Madrid) genera entre 7,1 y 8,1 euros en riqueza para todo el país.
Son cifras de la patronal del sector, Spain DC, que, puestas en números gruesos, implica que la inversión directa estimada hasta 2026 (6.120 millones de euros) generará unos 59.959 millones de euros.
En cuanto al empleo, el Informe de Perfiles Profesionales, publicado por la patronal del sector en nuestro país, señala que, para hacer frente a este enorme crecimiento que está experimentando estaindustria, será necesaria la incorporación de 2.000 profesionales cualificados hasta 2026.
A este respecto, José Antonio Cano, director de Investigación y Análisis en IDC, explica que más allá de incentivos fiscales y especialmente asociados al uso de energía renovable y uso de nuevas tecnologías (hidrógeno verde), la clave está en que podamos proporcionar planes de apoyo "asociados a plataformas de adopción digital y tecnologías de aprendizaje automático que permitan hacer frente a la escasez de habilidades en este escenario, ya que según nuestros datos, esta inversión puede repercutir en un aumento del 40% de la productividad para 2025".
Sostenibilidad: reto y oportunidad
“El sector en España puedo decirse que es nativo sostenible, llegamos más tarde que otros países europeos y por eso nuestras instalaciones son mucho más eficientes. Las menores cifras de consumo, así como la utilización de energías 100% renovables, representan una notable ventaja competitiva”, indica Manuel Giménez. “De hecho, durante 2023, los centros de datos en nuestro país consumieron menos energía que el año anterior y, en términos de gasto de agua, un notable porcentaje de las infraestructuras utilizan circuitos cerrados, lo que minimiza su impacto al máximo”.
Además, la industria, adelantándose a las restricciones de la Unión Europea, ya se ha adherido al Pacto de Centros de Datos Climáticamente Neutros para 2030. Para lograr este objetivo, las empresas están avanzando en múltiples direcciones: el estudio de nuevas ubicaciones, el uso de energía 100% renovable, la recuperación del calor generado o la mejora de la refrigeración.
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Las posibles iniciativas giran en torno a dos ejes principales, el primero consiste en consumir menos energía, es decir, mejorar la eficiencia; y el segundo, en el uso de energías renovables.
Así lo entiende el director de Investigación y Análisis en IDC: "Más allá de la adopción de energías renovables como alternativa para la reducción de la huella energética (especialmente la solar, donde se están produciendo mayores inversiones), surge la necesidad de incentivos fiscales desde el gobierno que impulse y estimule la adopción de este tipo de energía verde aparece como una alternativa en el horizonte".
En el aspecto técnico, este analista también recoge la dualidad de refrigeración por aire y líquida directa (sobre todo en términos de eficiencia energética), "aunque lo cierto es que la tendencia es el uso de tecnología y operaciones mixtas (siendo predominante la de aire)".
Otras soluciones, adelanta, en materia de refrigeración están vinculadas al hidrógeno verde, dado que en la actualidad según datos de AIE, la producción anual de hidrógeno de bajas emisiones podría acercarse a los 38 millones de toneladas en 2030. "Eso significa que hay una ventana abierta en la actualidad para proyectos que puedan utilizar esta tecnología", sentencia Cano.
En ese sentido, se están llevando a cabo mejoras "sustanciales" en la eficiencia de los centros de datos, como "la adopción del free cooling en climatización, la utilización de servidores de bajo consumo y la recuperación del calor generado en los centros de datos", enumera a su vez el presidente de Apecdata. Iniciativas que ahora se realizan de forma voluntaria, pero que en un futuro próximo serán de obligado cumplimiento, como recoge la reciente directiva del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a la eficiencia energética en los centros de datos.
"De igual forma, el auge de la IA generativa requiere de servidores de alto rendimiento, lo que necesariamente impacta en el incremento en el consumo energético", concluye el portavoz de IDC. "Por ello, más allá de la importancia recurrente que la sostenibilidad está ganando en los últimos dos años (el 78% de las organizaciones tiene la sostenibilidad como una de las tres principales prioridades de inversión empresarial), la necesidad de incorporar cada vez más energías renovables en los centros de datos llevará a que el 35% de todo el consumo de energía en éstos provenga de fuentes renovables para 2027".
La estrategia española
La apuesta del Gobierno de España por el mercado de los centros de datos se remonta, prácticamente, al año 2020, cuando el Ejecutivo aprobó el Plan para la Conectividad y las Infraestructuras Digitales. En él, se incluía la intención de desarrollar una línea de acción para facilitar el despliegue de este tipo de construcciones en el país.
Alberto Palomo, CDO de España, y una de las personas que más sabe en el panorama nacional sobre este ámbito, señala en una entrevista con D+I-EL ESPAÑOL que esto ya avanzaba el reconocimiento por parte de la Administración hacia la "importancia estratégica" de los centros de datos "como piedra angular" de la digitalización económica y social.
La estrategia, que se encuentra, actualmente, en pleno desarrollo, es una de las patas para convertirse en un país clave en este mercado, pero no la única. Entre ellas, destaca la creación de la Oficina del Dato, una unidad especializada encargada de la definición estratégica para la aplicación de las directrices europeas en industrias y administraciones públicas españolas. Según explica, esta iniciativa responde a la necesidad de coordinar una respuesta "transversal y coherente" en la aplicación de las políticas digitales alrededor del dato para que maximice su valor.
Esta entidad ha derivado en soluciones de diferente tipo como, por ejemplo, el despliegue de espacios de datos industriales y del sector turístico (con una inversión prevista de hasta 500 millones de euros dentro del Plan de Recuperación); la creación de redes empresariales colaborativas o el impulso a la creación del Hub Nacional de Gaia-X, que busca el impulso económico y tecnológico de los espacios de datos en este país.
A la par, menciona la creación de normas UNE para la gestión, gobernanza y gestión de calidad del dato por parte de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial y el despliegue del Data Lake de la Administración General del Estado, como primera plataforma global de explotación del dato "intra-administración". Todo ello, con el objetivo de maximizar la capacidad transformadora que tiene el dato de cara a la innovación.
Sin embargo, más allá de las iniciativas impulsadas desde el Ejecutivo español, la región cuenta, según explica Palomo, con una serie de características que le permitirán liderar esta industria, entre ellas, su posición geográfica gracias a la situación privilegiada del país como punto de confluencia de los diferentes cables submarinos transatlánticos y con América Latina. Esto sitúa a la región como "hub del sur de Europa", afirma el CDO.
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A ello se suma la amplía oferta de España en materia de energías renovables, algo esencial en una industria que busca una gestión lo más sostenible posible debido al elevado consumo energético que lleva asociado.
Por otro lado, menciona el fortalecimiento del ecosistema de este tipo de construcciones en los últimos años, con el surgimiento de diferentes asociaciones que ofrecen respuestas armonizadas a los retos que surgen en este sector, como la disponibilidad de potencia eléctrica o la adecuación del suelo.
"Se estima que el crecimiento nacional de los centros de datos será muy significativo y la combinación de una ejecución efectiva, inversión y colaboración público-privada, será clave para materializar este potencial", avanza Palomo.
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