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20 años cuidando de España, y del planeta

Iberdrola fue una de las primeras empresas en nuestro país que apostó por las energías renovables, lo que supuso un gran impulso económico en muchos municipios rurales.

27 marzo, 2022 23:07

Ha sido en los últimos años cuando las energías renovables han comenzado a cobrar realmente un papel protagonista en la producción de energía de nuestro país. Algo que no hubiera sido posible sin todo el desarrollo de infraestructuras que algunas empresas habían puesto en marcha gradualmente durante los años previos. Ahora se cumplen dos décadas desde que una de ellas, Iberdrola, empezara a apostar por las energías renovables como uno de los pilares fundamentales de su modelo de negocio.

Desde entonces, la compañía ha invertido más de 120.000 millones de euros en este área, convirtiéndose en uno de los principales agentes de la transición energética en España y el mundo. Esta línea de negocio, emprendida por Ignacio S. Galán desde que llegó a la presidencia de la compañía, ha contribuido al desarrollo de numerosos proyectos de renovables por todo el país.

El sol y el viento se convirtieron en auténticos aliados de la energía en España, y los municipios rurales jugaron un papel clave. La llegada de este tipo de instalaciones se consideró una oportunidad para la generación de empleo y el impulso económico para mejorar la calidad de vida de los vecinos.

Esto continúa siendo así en muchas áreas del país, donde Iberdrola mantiene, e incluso aumenta, su actividad en renovables. Por ejemplo, el plan inversor 2020-2025 de la compañía dedicará el 51% del presupuesto -más de 34.000 millones de euros- al área de renovables, lo que permitirá elevar la capacidad instalada de la compañía hasta los 44GW en 2022 y los 60GW en 2025. Y, para el final de esta década, prevén ampliar dicha potencia hasta los 95GW.

Para materializar estas inversiones, Iberdrola ha aumentado considerablemente su cartera de proyectos desde 2020. A cierre de 2021 contaba con una de las mayores de la industria, distribuida por todo el mundo. Además de en España, Iberdrola cuenta con nuevos proyectos de renovables en Australia, Suecia, Polonia, Irlanda, Japón, Corea o Taiwán. Por volumen de los proyectos, quedaría en primer lugar la energía fotovoltaica, con 37GW de potencia instalada, después, 22,8GW corresponderían a parques eólicos marinos, 17,7GW a eólicos terrestres, 3,4GW son de hidroeléctricas y 900MW serían de baterías de almacenamiento.

El área de negocio de Renovables de Iberdrola ha experimentado un rápido crecimiento en la última década, especialmente desde que en 2007 diera el salto fuera de las fronteras de España. Ese mismo año incorporó la empresa Scottish Power a sus activos, y posteriormente a su filial PPM Energy, a través de la cuál llegó a incorporarse al mercado de Estados Unidos. En los últimos años Iberdrola también ha logrado establecerse en otros grandes mercados como Reino Unido y fuertes polos de crecimiento como México y Brasil.

Un futuro más verde

Más allá del crecimiento como compañía, también cabe resaltar la posición de la energética española en cuanto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pues su papel resulta clave como agente de cambio en el sector energético. Su histórica apuesta por las renovables es una gran baza para “continuar construyendo, cada día y en colaboración, un modelo energético más eléctrico, saludable y accesible”, afirman desde la compañía, que lleva los ODS 7 (Energía asequible y no contaminante) y 13 (Acción por el clima) por bandera.

Este compromiso conlleva la transformación hacia un modelo energético más eléctrico, abandonando el uso de los combustibles fósiles en favor de la preservación del planeta y el bienestar de las personas. Es por ello que la transición hacia una economía neutra en carbono es ya una realidad en el trabajo diario de la compañía.

Aseguran desde Iberdrola que es “tecnológicamente posible, económicamente viable y socialmente necesario” alcanzar una economía ‘verde’ en unos años, y para ello se han comprometido a fomentar la descarbonización de la electricidad y la electrificación de la demanda energética al mismo tiempo que se generan más renovables, más almacenamiento y más soluciones energéticas accesibles a los clientes.

El modelo energético sostenible por el que apuestan en Iberdrola para el futuro más cercano se basa en la descarbonización de la economía y la necesaria innovación tecnológica para hacer efectiva la transición energética. A su vez, este modelo conlleva otros modos más sostenibles de producir, a través de la reducción de emisiones, la economía circular, la optimización de recursos y la maximización del aprovechamiento de los residuos.