Los destinos de Gibraltar y Menorca han estado vinculados a una serie de eventos, tratados diplomáticos y circunstancias geopolíticas generados por la azarosa relación histórica entre España e Inglaterra.
Ambos enclaves han sido plazas de gran importancia estratégica en el contexto de los distintos conflictos históricos que han mantenido ambas potencias desde finales de la Edad Media.
Sin embargo, muchos aún se preguntaran por qué España logró recuperar Menorca pero no Gibraltar. A continuación exponemos las piezas del puzle para comprender este pulso histórico.
Por qué España recuperó Menorca pero no Gibraltar
Gibraltar cayó en 1704 en manos de una flota angloholandesa comandada por George Rooke y el príncipe de Hesse-Darmstadt, cuyo objetivo residía en capturar territorios estratégicos en el Mediterráneo en el marco de la guerra de Sucesión española.
Fue el 1 de agosto cuando esta armada llegó a la bahía de Algeciras y comenzó un intenso bombardeo sobre las fortificaciones de Gibraltar. Se cree que aproximadamente 1.800 invasores desembarcaron en la playa del istmo que conecta el Peñón con la península.
Por su parte, los defensores españoles, una pequeña guarnición de unos 150 soldados y milicianos locales bajo el mando del gobernador Diego de Salinas, resistieron durante tres días. Sin embargo, la fortaleza acabaría cediendo ante el empuje enemigo.
La pérdida de Gibraltar se ratificó con la firma de los Tratados de Utrecht-Rastatt entre los años 1713 y 1715, al término de la guerra de Sucesión, momento en que este enclave pasó a formar parte de Reino Unido. Este conjunto de acuerdos internacionales creó un nuevo orden europeo y se sentaron las bases del absolutismo francés y del Imperio británico.
Hay que recordar que la guerra de Sucesión española (1701-1714) fue un conflicto dinástico y militar que se desencadenó tras la muerte del rey Carlos II de España, el último monarca de la Casa de Austria. El soberano, también conocido como "el Hechizado", murió sin descendencia, lo que generó una disputa internacional sobre quién debía sucederle en el trono español. El Tratado de Utrecht reconoció a Felipe V como rey de España (el primer Borbón), que renunció a cualquier derecho al trono francés y asegurando que las coronas de Francia y España no se unieran.
Esta contienda significó que la Monarquía Hispánica cediese otros territorios: además de, Gibraltar, entregó Menorca a Gran Bretaña, También perdió los Países Bajos, Nápoles, Cerdeña, Milán y Sicilia.
Con respecto a Gibraltar, cabe destacar que en el Tratado de Utrecht existe una cláusula que dice que "Inglaterra recibía en depósito la fortaleza, pero no podía entregársela a ningún otro poder político salvo a España, negociando previamente con ella".
Desde ese momento la recuperación de Gibraltar por parte de los españoles se volvió uno de los grandes objetivos. Fueron muchos los intentos de recuperar el Peñón. Por ejemplo, una de las intentonas fue el fallido asedio realizado entre 1779 y 1783.
Concretamente, el 9 de septiembre de 1782, los españoles abrieron un bombardeo con todas las armas disponibles contra los ingleses en Gibaltrar, en el contexto de la Guerra de Independencia de Estados Unidos, un conflicto que enfrentó a las Trece Colonias británicas originales en América del Norte contra el Reino de Gran Bretaña.
También anteriormente, durante la Guerra de los Siete Años (una serie de conflictos internacionales acontecidos entre principios de 1756 y finales de 1763), los españoles habían acometido varios ataques, así como en años incluso anteriores durante la Guerra de Sucesión de Austria (entre 1739 y 1748). Todos estos operativos compartieron un mismo resultado: la falta de éxito.
La toma de Menorca
En caso de Menorca, la suerte fue diferente. España también aprovechó el contexto de la Guerra de Independencia de Estados Unidos para tratar de recuperar la isla.
Menorca había sido invadida por los ingleses en 1708, momento en que una expedición angloholandesa dirigida por el general James Stanhope desembarcó en la isla. Las fuerzas españolas que defendían la plaza no pudieron resistir el ataque. Al contrario que lo que había ocurrido con Gibraltar, las fuerzas de Carlos III sí lograron recuperar este sitio por las armas gracias a un ataque que se llevó a cabo, con ayuda de un contingente francés, entre el 19 de agosto de 1781 y el 5 de febrero de 1782.
La isla de Menorca se reintegró oficialmente como parte del territorio español en 1802 y a raíz de la firma del Tratado de Amiens, firmado por Francia, España, la República de Batavia (Países Bajos) y Gran Bretaña. El acuerdo puso momentáneamente fin a la Guerra de la Segunda Coalición, aunque la ruptura del periodo de paz no tardó en llegar pues, en mayo de 1803, estalló de nuevo el conflicto entre Francia y Gran Bretaña.
Cabe destacar que existen grandes diferencias entre Menorca y Gibraltar, sobre todo en lo que tiene que ver con la importancia estratégica. En este sentido, aunque la isla mediterránea también era un lugar clave, su valor no era tan crítico como el de Gibraltar. Además, Menorca cambió de manos varias veces durante los conflictos del siglo XVIII, lo que muestra su importancia menor relativa.
En el Tratado de Amiens, Gran Bretaña acordó devolver Menorca a España. Sin embargo, no se negoció con Gibraltar debido a su importancia estratégica para Gran Bretaña y la decisión de estos de no cederlo bajo ninguna circunstancia. Más de dos siglos después la situación tampoco ha cambiado.