El mapa de la presencia del ejército romano en el noroeste de la Península Ibérica sigue ganando en complejidad. Los investigadores del colectivo Romanarmy han localizado siete posibles campamentos temporales relacionados con las acciones de las tropas de la Urbs en el moderno territorio de Lugo, que se convierte así en la provincia gallega con mayor número de evidencias arqueológicas vinculadas a actividades militares y de control del territorio.
Los nuevos recintos han sido identificados mediante distintas técnicas de teledetección —imágenes aéreas y de satélite combinadas con datos LiDAR— y labores de inspección superficial. A falta de realizar excavaciones sobre el terreno con el objetivo de estudiar las estructuras y recuperar algún material antiguo, los arqueólogos detallan en un artículo publicado en la revista Croa, editada por el Museo del Castro de Viladonga, que solo tres yacimientos ofrecen una "fiabilidad alta" de ser campamentos romanos. Se trata de A Costa (Arcillá, Cospeito), As Pardellas (Guillarei, Friol) y O Vedro da Fame (A Ermida, Riotorto).
Este último es el de mayores dimensiones del conjunto, con una extensión de 14,2 hectáreas que lo sitúan también entre los más grandes de Galicia. Presenta una morfología irregular como resultado de adaptarse a una elevación situada entre los cursos de los ríos Miño y Eo. Además, cuenta con varios lienzos defensivos que definen un espacio nuclear en la cima y un anexo en la ladera oeste de 2,6 ha, aunque no se ha podido determinar si fueron construidos durante la fundación del recinto o más tarde.
Los otros cuatro sitios —Monte Endemil (San Xoán do Mato / Saa, Palas de Rei), Penoucos (Fonfría / Barbeitos, A Fonsagrada), O Campo da Matanza (O Cádavo, Baleira) y A Lagúa (Airexe, Baleira / Pereira, Castroverde)— han sido considerados como "indicios probables" de campamentos romanos. La principal diferencia entre ambos grupos es que los de "fiabilidad alta" están mejor conservados y pueden compararse con otros recintos del noroeste peninsular bien conocidos.
La gran intensidad de los trabajos agrícolas sobre las supuestas estructuras del otro conjunto y su grado de degradación impide tener el mismo nivel de certeza. No obstante, los investigadores, liderados por Andrés Menéndez-Blanco, de la Universidad de Oviedo, señalan que los dan a conocer porque siguen la morfología característica de este tipo de yacimientos militares —la aplicación de un módulo rectangular regular a la topografía del lugar en el que se establecen— y "por la necesidad de recurrir a elementos cada vez menos conspicuos dentro del registro arqueológico para responder a nuestras preguntas de investigación".
¿Asaltos a castros?
El hallazgo de estos asentamientos militares de carácter temporal ofrece "datos relevantes para el desarrollo de nuevos marcos interpretativos" sobre los movimientos del ejército romano en el moderno territorio gallego. Los arqueólogos aseguran que los recintos de Penoucos y Campo da Matanza —ubicado según algunos relatos donde siglos más tarde, durante el reinado de Alfonso II, se registraría una batalla— subrayan la abundancia de fortificaciones de campaña entre las montañas orientales de Galicia y el occidente asturiano.
El extenso valle de Baleira pudo haber desempeñado "un papel central en los desplazamientos del ejército romano a través del oriente lucense en sentido norte-sur", valoran en el estudio. El otro conjunto de yacimientos, situado al oeste del Miño, "presenta más dificultades interpretativas" pero también puede indicar el control de vías de comunicación y, sobre todo, cambia la distribución de los campamentos romanos en Galicia. "Comienza a diluirse la imagen de dos 'islas' o concentraciones alejadas", valoran. "Los yacimientos de A Costa, O Alto das Pardellas y Monte Endemil, junto a otros localizados recientemente, llenan este espacio vacío del occidente lucense y el oriente coruñés, apuntando a una distribución más homogénea de los sitios en toda Galicia".
Por último, los arqueólogos también destacan que, más allá de las hipótesis relativas a las rutas y a las direcciones, "la presencia de poblados fortificados en el entorno de estos recintos tampoco puede ser ignorada a la hora de interpretar sus motivaciones". Y añaden: "Aunque no tengamos evidencias de asaltos o asedios a castros en las regiones gallega y asturiana, los indicios de interrelación entre asentamientos indígenas y campamentos son cada vez más numerosos".
El hecho de que estos asentamientos tuviesen una ocupación muy limitada en el tiempo reduce las probabilidades de encontrar materiales arqueológicos y dificulta su identificación precisa y su datación. El trabajo de investigación también está firmado por José Manuel Costa-García (Universidad de Salamanca), João Fonte (Universidad de Exeter), Manuel Gago Mariño (Universidad de Santiago de Compostela), Víctor Vicente García (Veterum Arqueólogos, S.L.) y Pablo López Fernández (arqueólogo).