Dos torques de oro únicos de la Edad del Hierro han salido a la luz durante unos trabajos de arado en una finca de Betanzos (A Coruña). La primera de las piezas se descubrió el pasado mes de mayo y la segunda hace unas semanas. En ambos casos, la persona que realizó el hallazgo casual lo entregó a los responsables de Patrimonio de la Xunta de Galicia. Una prospección arqueológica y geofísica realizada en la parcela con el fin de comprobar si se escondían más objetos históricos no ha detectado ningún material ni niveles antiguos.
Ambos torques, en un gran estado de conservación, se encuentran actualmente en el Museo Arqueológico e Histórico de San Antón, el centro de referencia para el estudio de este tipo de hallazgos efectuados en la Mariña coruñesa, según ha anunciado la Xunta de Galicia en una nota de prensa. Los resultados preliminares de la investigación química y analítica, realizada por Xosé Lois Armada y Carlos Otero, del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC, apuntan a que las piezas, una especie de collar rígido, abierto en su parte anterior, fueron creadas en la Edad del Hierro (siglos IX-II a.C.).
Los torques fueron una de las joyas más representativas de esta época. Los dos documentados en Betanzos presentan las características habituales del tipo ártabro, una tipología de la que solo se conocen 24 ejemplares. Según los investigadores, sus particularidades son los remates en forma de pera o cebolla y una decoración de hilos enrollados en los tercios laterales, con motivos en espiral que delimitan la zona lisa. Además, otro aspecto a destacar es que a menudo este tipo de piezas no son de oro macizo, sino que contienen núcleos elaborados con metales o aleaciones menos nobles.
El primero de los torques tiene unas dimensiones de 147x143 mm, 11 milímetros de diámetro en el aro central y un peso de 390,3 gramos. Como cualidad singular, subrayan los investigadores, la unión del aro con los remates muestra una pericia técnica inferior a la del resto de piezas, lo que sugiere que se trata de una reparación antigua. Además, los primeros resultados de su estudio apuntan al uso de un oro con un porcentaje muy alto de pureza.
La segunda pieza, de 161x38 mm, 18 mm de diámetro y 365 gramos de peso, presenta las características habituales de los torques de tipo ártabro, pero con unas terminaciones ligeramente distintas entre sí —una de ellas presenta una forma parecida a una almendra—. A diferencia del otro ejemplar, se ha detectado la presencia de un metal menos noble en el interior del aro a través de las ligeras roturas y de las zonas de abrasión.
Según Román Rodríguez, conselleiro de Cultura de la Xunta, que visitó este lunes el Museo Arqueológico e Histórico de San Antón, el hallazgo de estos torques "da una nueva oportunidad para ahondar más señero y en la historia de la comarca".