Un barco romano hundido en el Mediterráneo, cerca de la isla de Sicilia, en el siglo III d.C., cargado con numerosas ánforas, ha sido recuperado con una delicada y precisa operación que ha permitido sacarlo a flote y llevarlo a tierra. Los restos del pecio se hallaron en julio de 2020 a un centenar de metros de la costa de la localidad de Marausa, cerca de la ciudad de Trapani, a una profundidad de tan solo dos metros.
El barco yacía en el lugar en el que se hundió en algún momento del siglo III d.C cuando transportaba numerosas ánforas y otros objetos, pues se cree que se trata de una "nave oneraria", dedicada al comercio en la Antigua Roma. Casi dos milenios después, la bodega, la panza de la embarcación, permanecía semienterrada en el fondo marino siciliano, pero ahora ha podido ser sacada a flote y trasportada a tierra firme.
El consejero de Cultura siciliano, Francesco Paolo Scarpinato, ha celebrado en un comunicado recogido por la Agencia Efe esta maniobra de "extraordinaria importancia" que supone un hito en la arqueología de la isla.
Los trabajos de los arqueólogos subacuáticos han consistido en excavar los restos de la embarcación con aspiradoras submarinas, documentar los hallazgos y después recuperar el cargo, que contabiliza ánforas, cestas, lámparas de aceite y objetos metálicos que deberán ser estudiados en el laboratorio. A continuación se empezó a planear la extracción de lo que quedaba del pecio, para lo que fue preciso asegurar los restos con redes y tejidos que evitaron que la madera se desintegrada, para luego "enjaularla" en una estructura metálica.
Posteriormente, los especialistas lograron elevar a la superficie esta "jaula" con la nave dentro y llevarla al puerto de la ciudad de Marsala, para después custodiarla en su Museo Arqueológico Baglio Anselmi, donde se le ha aplicado un primer tratamiento de conservación. El traslado al museo tendrá lugar este miércoles por la mañana y en un primer momento será sumergida en una piscina de agua dulce para su desalinización y su consolidación física.
El lugar del hallazgo, la costa occidental de Sicilia, suele arrojar este tipo de descubrimientos, como los restos de batallas entre Roma y Cartago durante las guerras púnicas o de mercantes hundidos en esta ruta, con la que la capital del Imperio importaba vino o aceite de provincias como Hispania. En la zona se erigían puertos de referencia en las rutas comerciales del Mare Nostrum, como las ciudades de Drepanum (la actual Trapani), la isla de Mozia, vieja colonia helénica, o Lilibeo, donde se asienta la actual Marsala.
Precisamente este último descubrimiento de Marausa tiene un hermano "gemelo", otra nave de cargo descubierta en 1999 y custodiada en el mismo museo tras su recuperación, siendo también clave para las investigaciones sobre el transporte de la Antigua Roma.