Absuelto Miguel Frontera, acusado de acosar a Iglesias y Montero en su chalé: "Fue un escrache"
La juez plasma en su sentencia la definición de la RAE al término 'escrache'. "Que es, precisamente, lo que tuvo lugar allí", relata.
1 julio, 2024 18:52El Juzgado de lo Penal número 14 de Madrid ha absuelto a Miguel Frontera, acusado de acosar a Pablo Iglesias y a Irene Montero en las inmediaciones del chalé que la pareja tiene en Galapagar.
En línea con lo manifestado por el propio Frontera durante el juicio, la Justicia considera que las protestas contrarias a las medidas antiCovid impuestas por el Gobierno y que se produjeron frente a dicha vivienda no fueron sino un escrache.
"Hay que destacar que la RAE define escrache como 'la manifestación popular de protesta contra una persona, generalmente del ámbito de la política o de la Administración, que se realiza frente a su domicilio o en algún lugar público al que deba concurrir'. Que es, precisamente, lo que tuvo lugar en las inmediaciones del domicilio de los querellantes", relata la sentencia, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
"Se evidencia la finalidad de mostrar su malestar, disconformidad y su crítica a la gestión política que se hizo en la pandemia", expone el fallo sobre los manifestantes que se congregaron en Galapagar.
La magistrada Belén Pérez Fuentes, quien presidió el juicio, subraya en la resolución que "hay que tener especialmente en cuenta el contexto temporal y político en el que se produjeron [las protestas]". Y no fue otro que los días posteriores a la imposición de restricciones sanitarias que impedían "el derecho fundamental a la libertad de circulación de las personas".
La sentencia recalca que "no queda acreditada la concurrencia de los elementos del tipo penal" de acoso, delito que le atribuían a Frontera tanto la defensa de Iglesias y Montero como la Fiscalía Provincial de Madrid.
La magistrada, por contra, señala que el acusado se unió a unas protestas una vez ya llevaban unos días celebrándose y, de hecho, continuaron después de que Frontera dejase de acudir. Asimismo, insiste en que "no consta acreditado que las mismas tuvieran como finalidad vigilar a los querellantes, lo que era imposible, al existir vigilancia en la vivienda durante las 24 horas del día".
Durante el juicio, celebrado el pasado 27 de mayo, Miguel Frontera manifestó que lo que hizo no fue más que "jarabe democrático".
Se trata de la expresión, precisamente, empleada por Iglesias ya desde antes de liderar Podemos para justificar los escraches a dirigentes políticos. De esta forma explicó el acusado por qué acudió a las caceroladas frente a la vivienda de los dos políticos, a las que llegó a acudir con un altavoz, en el que reproducía el himno de España o el Que viva España de Manolo Escobar.
Como testigos, declararon en el juicio varios participantes en las protestas. Todos ellos reconocieron que, pese a determinados detalles ciertamente festivos que colorearon las concentraciones, se trató de actos políticos, en los que se gritaban proclamas contra la gestión gubernamental de la pandemia.
La sentencia recoge que, ciertos días, Frontera acudió antes de que se iniciaran, cuando aún no había gente en los alrededores de la casa de Iglesias y Montero.
Durante el juicio, tal y como recuerda la sentencia, se visualizaron varios vídeos "que acreditan que, al menos en alguna ocasión, acudió sin que hubiera más personas". No obstante, en dichos clips, grabados por el propio encausado y colgados en su canal de YouTube, "sólo se aprecia que el acusado pasa por delante de la vivienda de los denunciantes, y saluda a unas vecinas". "En otra ocasión se ve cómo ha colocado una bandera de España [en una valla metálica que, a decenas de metros de la casa, circunda una finca cercana al chalé], lo cual tampoco puede ser considerado como una actuación vigilante", añade la juez.
"El acusado jamás se acercó a los querellantes y sólo les vio en una ocasión, [el día del] cumpleaños del señor Iglesias en 2020", relata la resolución.
Durante el juicio, el exsecretario general de Podemos y vicepresidente del Gobierno cuando ocurrieron los hechos investigados, manifestó que Frontera le gritó: "¡Feliz cumpleaños, hijo de puta!". En la vista, se exhibió un vídeo en el que al acusado se le oye vociferar, tan sólo, un "¡Feliz cumpleaños, señor Iglesias!".
Asimismo, la sentencia recuerda que el político, tal y como reconoció, tenía miedo porque su jefe de escoltas le habían informado de que "no debía temer por una acción de un grupo organizado, pero sí que a un 'loco' [en sus propias palabras] pudiera, en un momento determinado, crecerle 'una pasión que pueda dar lugar a algo más serio'". A juicio de Iglesias, el acusado respondía a dicho perfil.
Sin embargo, la Justicia resalta esa sensación de temor, que la Fiscalía sí atribuía a las acciones de Frontera, no se deriva del actuar del acusado, sino "de lo que les había dicho [a Irene Montero y Pablo Iglesias] el jefe de su servicio de escoltas".
"Y el hecho de entender que el acusado respondía al perfil definido por aquel, parte, por tanto, de una presunción, realizada por una persona que no ha sido citada a juicio", concluye la sentencia.
Tres años de cárcel
La Fiscalía llegó a solicitar tres años de cárcel para Miguel Frontera —hostelero de profesión— por los delitos de acoso y revelación de secretos, además de por injurias graves. De todos ellos ha resultado absuelto.
La defensa de Iglesias y Montero pedía para él 18 meses de prisión. En el juicio, el ultra estuvo representado por Polonia Castellanos, presidenta de la fundación Abogados Cristianos, que asumió gratuitamente su defensa.
De hecho, la letrada destacó que Iglesias fue "el ideólogo de las caceroladas" como modelo de protesta, ya que el exsecretario general de Podemos vio con buenos ojos una protesta de este tipo contra el rey de España, Felipe VI.
Miguel Frontera, además, es conocido como El Capitán América de Ferraz, ya que acudió a las protestas contra la Ley de Amnistía, convocadas frente a las sedes socialistas, con una réplica del escudo que luce este superhéroe.