Treinta horas en el calabozo por grabar la protesta en El Prado: "Sólo quería documentarlo"
La periodista Joanna Giménez acudió al museo avisada de que se iba a producir la acción y considera su detención como "un intento de disuasión".
12 noviembre, 2022 03:30La tranquilidad y el silencio de las salas del Museo del Prado se vieron interrumpidos abruptamente al filo de las dos de la tarde del pasado sábado. Dos activistas del colectivo ecologista Futuro Vegetal pegaron sus manos con pegamento a los marcos de las dos Majas de Goya y grafitearon una de las paredes. Protestaban por la subida de la temperatura en todo el planeta.
Joanna Giménez estaba allí para grabarlo. Asegura que tenía escasos datos, pero sabía que iba a producirse la performance dentro de aquella sala del museo. "Hice mi trabajo como periodista: cubrir un acto que iba a ser de interés público y debe ser informado", cuenta en conversación con EL ESPAÑOL.
Ahora, tras haber estado detenida durante más de 30 horas, figura como investigada por un supuesto delito contra el patrimonio histórico artístico, pese a que ella no pegó sus manos a los cuadros.
Lo mismo sucedió con otra joven, una fotógrafa que tomó imágenes de la protesta climática. Algo —ser imputada por lo mismo que los dos activistas que ejecutaron la performance— que, a juicio de Joanna, "no tiene sentido".
Según comenta la joven valenciana, "un amigo que conoce Futuro Vegetal" le comentó que iba a producirse la reivindicación, calificada por el propio colectivo como "de alto riesgo". "Y confiaron en mí para cubrir el acto", indica Giménez, tras recalcar que ella no pertenece a la organización ecologista.
"Sólo hice mi trabajo", recalca, a preguntas de EL ESPAÑOL sobre su rol en la protesta. "Si yo hubiese dicho que no voy [a Madrid a cubrir la acción en El Prado], habrían contactado con otro periodista", añade.
"Yo no era una pieza clave para la realización de este acto. Yo no era imprescindible ni fui a hacer activismo; sólo iba a documentarlo", subraya.
En la grabación de la performance, se aprecia cómo una de las vigilantes de la sala en la que se exponen Las majas exige a la joven que deje de grabar. Ella defiende su condición de periodista y hasta se ofrece a mostrar su carné.
¿Cómo acabó, entonces, en los calabozos de la comisaría de Retiro? "El mismo día de la acción, se nos identificó [a la fotógrafa y a ella] en el museo y se nos dejó salir", recuerda. Por la tarde, asegura, la Policía le exigió personarse en comisaría, para declarar como testigo de los hechos. Joanna contestó que acudiría en un par de horas.
"Luego, me vuelven a llamar, en un tono más agresivo, y me dicen que me presente, ya no como testigo, sino como investigada, o procederán a buscarme y detenerme", explica. Finalmente, la fotógrafa y la periodista acudieron el domingo a las 9.30 junto a su abogado. "Al llegar nos dijeron: '¿Sois las de El Prado? Pues estáis detenidas'".
Finalmente, ambas jóvenes pasaron más de 30 horas en los calabozos. Fueron puestas en libertad tras pasar la noche en Moratalaz.
"Es injusto que me detengan con unas pruebas tan endebles y por un delito de daño al patrimonio, como si nos hubiésemos pegado también a los cuadros", cuenta. Según su versión, la Policía se basó en las declaraciones de las vigilantes del museo. Los agentes consideran a todos ellos parte del mismo grupo. "Nos vieron juntos a los cuatro [Joanna, la fotógrafa y los dos activistas]", cuenta la joven.
"Entiendo mi detención como un intento de disuasión, para que más periodistas no hagan su trabajo cubriendo actos como éste", valora. "Es indignante, escandaloso y un precedente muy peligroso", destaca.
En su artículo 323, el Código Penal castiga con una pena de seis meses a tres años de prisión o con una multa de doce a veinticuatro meses a quien cause daños en bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, o en yacimientos arqueológicos, terrestres o subacuáticos.
"Si se hubieran causado daños de especial gravedad o que hubieran afectado a bienes cuyo valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental fuera especialmente relevante, podrá imponerse la pena superior en grado a la señalada en el apartado anterior", añade el art. 323 CP.
A pesar de todo, Joanna confiesa que está "tranquila" y confía en que la imputación no prospere.
El marco tiene más de un siglo de antigüedad, es de hacía 1910. pic.twitter.com/jai9K9Clme
— Carlos G. Navarro (@CarlosG_Navarro) November 5, 2022
Por su parte, Carlos G. Navarro, técnico de Conservación de Pintura del Siglo XIX del Museo del Prado ha revelado en sus redes sociales que los marcos de las dos pinturas están datados en torno a 1910 y sí poseen un valor artístico relevante.
Las asociaciones de periodistas y sindicatos de informadores tienen posturas enfrentadas en este asunto. "Detener a dos periodistas por fotografiar una protesta junto a dos Goyas en el Museo del Prado es una medida totalmente desproporcionada", manifestó en su cuenta de Twitter la Federación de Sindicatos de Periodistas.
En cambio, el presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, Miguel Ángel Noceda, critica la actuación de Giménez y de la fotógrafa.
"No las han detenido por un acto en el que ejercían la profesión, por lo tanto no podemos hablar de derecho a la información. Que sean periodistas no les da patente para ejecutar cualquier tipo de actuaciones como, en este caso, incívicas. Se han expresado como ciudadanos, no como periodistas, y como ciudadanos tendrán que responder", manifestó Noceda a Europa Press.