La renovación del TC se reactiva: así será la nueva batalla tras el fracaso del pacto por la Justicia

Todos los vocales daban por hecho que "esta vez era la buena" y ya habían empezado a recoger sus cosas de los despachos. Tendrán que volver a colocarlas: la mayoría, si no la totalidad, de los consejeros no confían ya en que el PSOE y el PP retomen las negociaciones. Esta opción se considera más inviable cuanto más se acerca la precampaña de las elecciones autonómicas y locales de mayo.

Las interpretaciones de lo ocurrido -o, por mejor decir, la atribución de culpas- difieren según se pregunte a un sector u otro. Un vocal de la minoría propuesta por el PSOE afirma que "este final abrupto de la negociación refleja la inconsistencia de Feijóo y la irresponsabilidad con que se tratan los asuntos de Estado".

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Para los vocales de la mayoría, en cambio, se ha puesto de manifiesto que "Sánchez no es de fiar. Feijóo debió seguir su instinto y no dar alas a una negociación con alguien que, a la primera de cambio, se la va a jugar para favorecer a los independentistas".

Unos y otros, sin embargo, están dispuestos a volverse a sentar de inmediato para retomar las negociaciones sobre la elección de los dos magistrados del Tribunal Constitucional que corresponde designar al CGPJ.

El TC está pendiente de la cobertura de la vacante originada por la renuncia Alfredo Montoya y de la sustitución de cuatro magistrados que terminaron su mandato en junio. Dos de ellos van a ser elegidos por el Gobierno y los otros dos son objeto de una negociación que la mayoría y la minoría del CGPJ empezaron en septiembre.

El proceso de renovación del TC se interrumpió por completo el 10 de octubre cuando, a raíz de la dimisión de Carlos Lesmes como presidente del Poder Judicial, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se reunieron en la Moncloa y abrieron la puerta a un "último intento" para la sustitución del CGPJ.

Desde el Gobierno y desde el PP se transmitió a los vocales que dejaran su negociación sobre el TC en stand-by dado que la elección de los dos nuevos magistrados quedaría en manos del futuro Consejo.

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Pero ahora los vocales de uno y otro sector consideran una prioridad dar al TC la normalidad institucional de la que se está privando al CGPJ y consideran que elegir a los dos nuevos miembros del Constitucional "es de las primeras cosas que tenemos que hacer".

"Al final hay que seguir funcionando", coinciden en manifestar los dos sectores. Al CGPJ le corresponden numerosas tareas de gestión de la carrera judicial sin las cuales los Juzgados y Tribunales no podrían funcionar.

Los consejeros tienen previsto celebrar el próximo día 10 un pleno que -pensaban- iba a ser el último y les iba a servir de despedida. Ahora lo dedicarán a debatir qué asuntos tienen pendientes y cómo y cuándo sacarlos adelante.

La vía Lesmes

La renovación del TC ocupará un lugar preferente en ese calendario. La comisión negociadora celebró su última reunión el 5 de octubre y, tras ella, la minoría dio por terminada la negociación y anunció que exploraría una vía de acuerdo "alternativa" a través de Carlos Lesmes, todavía presidente de la institución.

La minoría constató que no había "perspectiva de algún acuerdo inmediato" en un horizonte "temporal y concreto", e intentó que Lesmes captara en el grupo mayoritario los votos necesarios para realizar los nombramientos al margen de los ocho vocales propuestos por el PP que, según ella, estaban bloqueando la renovación del TC.

Se trataba, en definitiva, de que Lesmes dividiera al sector mayoritario, lo que no se logró.

Al final fue el propio presidente el que dimitió, dando lugar a que el PSOE y el PP reanudaran la negociación sobre el CGPJ rota el pasado jueves.

La minoría espera que los vocales propuestos por el PP presenten candidatos al TC, lo que hasta ahora no ha hecho. "No se puede seguir mareando la perdiz", indican.

Pero la propia minoría también tendrá que aclararse, dado que la propuesta favorable a José Manuel Bandrés -el candidato preferido por el Gobierno- genera división en el seno del grupo y tampoco es aceptada por la mayoría.