Pedro Sánchez y Yolanda Diaz, este martes en la Moncloa, en su reunión para debatir el aumento del gasto militar.

Pedro Sánchez y Yolanda Diaz, este martes en la Moncloa, en su reunión para debatir el aumento del gasto militar. EFE

Política

Sánchez subirá el gasto militar en el Consejo de Ministros aunque se oponga Yolanda Díaz y sin pactar nada con Feijóo

Yolanda Díaz hace equilibrios entre la rebelión en Sumar contra una mayor inversión en seguridad, la presión de Podemos y la continuidad de la coalición.

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Formalmente, Yolanda Díaz ni siquiera es la líder de Sumar. Dimitió tras las elecciones europeas por el pésimo resultado y su formación está dirigida por una comisión y, a su vez, pertenece a un movimiento del que forman parte también Izquierda Unida, Más Madrid, los Comunes y Compromís.

Díaz sí es vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, y como tal es la interlocutora en el Gobierno con Pedro Sánchez manteniendo la posición de Sumar que, a su vez, tiene distintas voces y posiciones sobre asuntos capitales. Y eso complica notablemente el funcionamiento del Gobierno de coalición.

Diputados de Sumar muestran un cierto desconcierto por la falta de coordinación en el seno del grupo parlamentario y por la dificultad de Yolanda Díaz para negociar dentro del Gobierno como vicepresidenta, mientras cada parte del espacio político fija una posición pública.

La vicepresidenta tiene que equilibrar su firme e indiscutible voluntad de mantener el Gobierno de coalición con el PSOE con la posición de las partes de Sumar. Y, además, está condicionada por Podemos, que se siente libre al estar fuera del Gobierno y levanta la bandera de la "izquierda auténtica y ortodoxa".

Como miembro del Ejecutivo, Yolanda Díaz tiene que tragarse sapos como lo hizo Unidas Podemos en el Gobierno, pero como no lidera su espacio político y tiene la presión de Podemos está obligada a mostrar distancia pública con las decisiones de Sánchez.

Esta descripción topográfica del sector minoritario del Gobierno la utilizan los socialistas para intentar explicar lo que ocurre estos días y lo que ha pasado en la reunión teatralizada de Sánchez con su vicepresidenta segunda para hablar del gasto militar. Todo ello como parte de un funcionamiento muy complicado de la parte minoritaria del Gobierno.

"La vicepresidenta no puede decir que sí al aumento del gasto militar por la rebelión en Sumar, pero tampoco puede decir que no porque acaba el Gobierno de coalición" y, por eso, se acordó decir que "Díaz y Sánchez han acordado seguir desarrollando una propuesta conjunta en las próximas semanas".

En la práctica, según la Moncloa, supone que Sánchez va a seguir negociando con Bruselas para que haya aportaciones directas a los Estados para esa inversión en seguridad, lo que facilitaría mucho la posición del presidente del Gobierno. En todo caso, el aumento de gasto militar se hará con ampliaciones de crédito, al margen de los Presupuestos y sin necesidad de votaciones en el Congreso. Entre otras cosas, porque Sánchez ya lo ha comprometido así con Bruselas en un acuerdo formal.

En el Consejo de Ministros no se vota, se aprueban los asuntos que llegan y los ministros de Sumar pueden hacer constar su rechazo, pero se aprueba. En la pasada legislatura lo hizo así Unidas Podemos en asuntos referidos a gastos militares, pero se hizo.

Precedentes: inmigración y SMI

Esta situación no es nueva en los últimos meses. Por ejemplo, Yolanda Díaz respaldó públicamente el acuerdo entre PSOE y Junts para delegar las competencias de inmigración a Cataluña y, al poco, Más Madrid, Izquierda Unida y Compromis se pronunciaron en contra, hasta el punto de dejar en el aire la aprobación de la proposición de ley.

Otro caso similar es el de la tributación como IRPF del Salario Mínimo Interprofesional, un conflicto que quedó en el aire y sólo hubo una patada hacia adelante pendiente de resolución. En esa ocasión, el resto de Sumar apoyó a la vicepresidenta y está en trámite una proposición de ley de la propio Sumar para corregir esa tributación.

Esa proposición está pendiente en la Mesa del Congreso. Hacienda debe decidir si la veta por afectar al Presupuesto o si Sumar finalmente la retira. Una votación en el Pleno que aprobara la propuesta en contra del PSOE sería un duro golpe para la coalición. Y el peligro sigue en el horizonte cercano.

A la misma hora en la que este martes Díaz se reunía con Sánchez, el coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, se mostraba contrario a aumentar el gasto militar en Defensa, considerando que si los países se rearman generan una situación de "espiral de guerra".

Y el coportavoz de los Comunes, Gerardo Pisarello, subrayaba su rechazo a aumentar el gasto militar, dado que implica entrar en una "locura belicista" en el seno de la UE.

Con esas posiciones dentro de Sumar es imposible que Yolanda Díaz cierre un acuerdo con el presidente del Gobierno, según coinciden en señalar fuentes de Moncloa y de la coalición de izquierda. No les vale tampoco el compromiso de Sánchez de no afectar al gasto social.

Sánchez tampoco buscará un acuerdo o apoyo de Alberto Núñez Feijóo sobre el gasto militar, porque al descartar la votación en el Congreso no lo necesita, y por eso el encuentro del jueves será sólo informativo y está previsto que dure media hora y sin preparación previa. Incluso, Moncloa cree que el líder del PP está cómodo en el papel de agraviado y excluido para no ser señalado por Vox como "colaboracionista".