La división de las bases de ERC abre el camino a Illa pero siembra un campo de minas en su investidura
La dirección de ERC garantiza que no habrá un 'tamayazo' en el debate de investidura, en el que quiere irrumpir Puigdemont a riesgo de ser detenido.
3 agosto, 2024 02:34El ajustado resultado de la consulta celebrada este viernes entre las bases de ERC (en la que se impuso el sí por un exiguo 53,5%) allana el camino para que el socialista Salvador Illa se convierta en presidente de la Generalitat, pero augura que su investidura puede convertirse, todavía, en un campo de minas.
Tras salvar este primer escollo, Illa está más cerca del Palau de la Generalitat. En cambio, Pedro Sánchez está lejos de tener garantizada la investidura, a la espera de la posición que adopten en las Cortes los siete diputados de Junts, si Carles Puigdemont es detenido al regresar a España.
El pacto suscrito entre el PSC y ERC parecía colmar las ansias de los independentistas: desde el concierto económico para recaudar todos los impuestos al blindaje de la inmersión lingüística en la educación, la ampliación de la red de embajadas de la Generalitat, la creación de su propio "cuerpo consular" y la participación de las selecciones catalanas en competiciones deportivas internacionales.
Sin embargo, sólo el 53,5% de los 6.349 militantes de ERC que participaron en la consulta han avalado este acuerdo, lo que acredita la profunda división interna que sufre el partido de Marta Rovira y Pere Aragonés, tras el descalabro sufrido en los comicios del 12-M.
En la comparecencia convocada para dar a conocer el resultado de la consulta, Marta Rovira anunció que su partido va a mantener una actitud "vigilante" para garantizar que Illa cumpla todos los compromisos adquiridos.
Más explícito, el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras ha considerado que el elevado nivel de rechazo al acuerdo (el 44,8% en la consulta) obliga al partido a ser exigente con el despliegue del pacto y a abrir un proceso de "diálogo franco y honesto" con los militantes.
Aunque la aplicación de algunas cláusulas del acuerdo no estará en manos del próximo presidente de la Generalitat, como el sistema del concierto económico, que requiere una reforma de la Ley Orgánica de Financiación Autonómica en las Cortes y ha provocado una revuelta interna de los barones del PSOE.
Oriol Junqueras se ha mantenido deliberadamente al margen de la negociación: ha evitado hacerse así corresponsable del éxito o el fracaso del pacto, consciente de que puede tener un elevado coste ante los militantes.
Fuentes de la dirección de ERC consultadas por EL ESPAÑOL garantizan que en su grupo no se va a producir un tamayazo en la votación de la investidura de Illa, que podría celebrarse el próximo miércoles (el presidente del Parlament, Josep Rull, confirmará la fecha el próximo lunes).
Aluden al consejo nacional que las Juventudes de ERC tienen previsto celebrar el lunes para decidir el sentido del voto de su diputada, Mar Besses, en la sesión de investidura. La dirección del partido da por hecho que, aunque actúan como una organización autónoma, las juventudes republicanas acatarán la decisión adoptada este viernes por las bases.
Como muestra de la guerra fratricida en la que está inmerso ERC, el sector crítico del partido, agrupado en el colectivo Primer d'Octubre, ha pedido a la dirección que dé libertad de voto a sus 20 diputados, en vista de que la investidura de Illa provoca una enorme división entre los militantes.
Sobre la sesión de investidura pesa otra amenaza, ya que Carles Puigdemont ha reafirmado su voluntad de acudir al debate en el Parlament, aun a riesgo de ser detenido ("sólo un golpe de Estado podrá impedírmelo", anunció hace una semana durante un acto celebrado en el sur de Francia).
Sería el último intento de Puigdemont de reventar la investidura de Illa y presionar a ERC para que retire su apoyo al candidato socialista, al que intenta presentar como cómplice de la "represión" del Estado contra el movimiento independentista.
La líder de los Comunes, Jéssica Albiach, se mostró partidaria este viernes de aplazar la investidura de Illa, en caso de que Puigdemont sea detenido al regresar a España.
La ejecutiva de Junts tiene previsto celebrar este sábado una reunión telemática para valorar la nueva situación que el apoyo de ERC a Illa comporta "para el país y para el proceso de independencia".
De momento, la Asamblea Nacional Catalana (ANC), situada en posiciones más próximas a Junts, emitió este viernes un comunicado extraordinariamente duro, en el que asegura que la decisión de los militantes de ERC "rompe la unidad estratégica independentista" y "retrasará la marcha del movimiento hacia la República Catalana".
Según la ANC, la investidura de Salvador Illa comporta "graves peligros" para la "nación catalana" como "el retroceso lingüístico que aboca a la extinción, el crecimiento de baja calidad que fomenta las desigualdades sociales y la destrucción del medio natural".
La asociación que jugó un papel clave en la organización del referéndum ilegal del 1-O concluye su nota con una severa advertencia a los dirigentes que han provocado esta "deriva" de ERC: "La historia les juzgará".
Lo cierto es que el pacto de ERC para investir a Illa deja vía libre a Junts para reforzar su hegemonía en el movimiento independentista. Una vez privado de la posibilidad de recuperar la Presidencia de la Generalitat, y ante el escenario de ser detenido en cuanto pise Cataluña, Carles Puigdemont mantiene la amenaza de hacer inviable la legislatura, tumbando en el Congreso de los Diputados las principales iniciativas del Gobierno.