La Ley Trans dispara los cambios de sexo: en sólo 4 meses ya hay más que en cada año previo a la norma

La polémica Ley Trans entró en vigor el 23 de marzo del año pasado. Según los datos de la Dirección General de la Policía, solicitados por este diario a través del Portal de Transparencia, en 2023 hubo un total de 4.034 personas que cambiaron su sexo registral en el DNI, el siguiente paso a cambiarse de sexo en el Registro Civil y que oficializa el cambio.

En 2023 se batió el récord. En 2022, cuando la norma ya se estaba tramitando, los cambios de sexo registral fueron 2.373. En 2021, fueron 1.970. En 2020, la cifra fue de 1.068 y en 2019 de 1.025. El aumento se debe a que la Ley Trans facilitó al máximo los trámites para el cambio de sexo.

Estas cifras hacen referencia a quienes, después de cambiar de sexo en el Registro Civil, acuden a formalizarlo también en su DNI. Sin embargo, estos datos demuestran por primera vez que hay un número elevado que acude al Registro Civil a rectificar su sexo registral y que, después, no acude a la Policía Nacional a cambiar el sexo en su DNI.

Según datos del Ministerio de Justicia, en 2023 hubo 5.139 cambios de sexo en los distintos Registros Civiles de España. Esto implica que, ese año, hubo 1.105 personas que, habiendo completado el trámite en el Registro Civil, no acudieron posteriormente a actualizar el sexo en su DNI.

Como este proceso es algo que depende de cada individuo, llevando su partida del Registro Civil a la Policía Nacional, no es fácil saber a qué se debe esta circunstancia. La causa más probable es que haya quienes llevan a cabo el cambio de sexo en el Registro Civil, pero luego no terminan de ratificarlo.

Una vez que se ha pasado el primer trámite de cambio de sexo en el Registro Civil, el individuo tiene que ratificar su decisión tres meses después. Es posible que los registros estén viviendo casos de gente que solicita el cambio, pero luego no lo quiere ratificar ante la Policía Nacional.

Además, el fenómeno podría ser mayor, ya que los datos que el Ministerio de Justicia maneja de los registros civiles provienen de los que están informatizados y no tiene en cuenta los no informatizados.

La complejidad para acceder a estos datos y su contexto, que haya disparidades entre los registros civiles y el DNI, que algunas autoridades no quieran desglosar las cifras por sexo, etcétera, dificulta mucho la labor de analizar bien el fenómeno que ha desatado la Ley Trans y estudiar si requiere algún tipo de modificación, como sucedió con la Ley del sólo sí es sí.

Los posibles fraudes

Analizar los efectos de la ley es especialmente relevante, ya que hay distintos colectivos, principalmente feministas, que están criticando que la norma está mal hecha y que necesita ser reformada. Pero, para ello, hacen falta datos fehacientes y voluntad política. Actualmente no hay ninguna de las dos.

El último caso de posible fraude se conoció el viernes de la semana pasada. Miquel Toni, condenado a 30 años de cárcel por asesinato, robo con violencia e incendio, ha sido trasladado al módulo femenino de la cárcel de Zuera, en Zaragoza, después de cambiarse el sexo a mujer tras la aprobación de la Ley Trans.

La decisión ha soliviantado a los funcionarios de la prisión, que consideran que se trata de un fraude, ya que sólo ha cambiado su aspecto físico dejándose el pelo largo y ha mantenido su nombre masculino. Además, tiene una relación con una mujer que mantiene desde antes de ingresar en prisión. Toni asegura que es una mujer lesbiana.

La Comunidad de Madrid ya alertó el pasado mes de marzo al Ministerio de Igualdad en una carta en la que se comunicaba que seis agresores que figuran en el sistema Viogén contra la violencia de género han hecho un cambio de sexo registral a mujer para acceder a los puntos de asistencia a víctimas de violencia machista.

Además, según ya publicó EL ESPAÑOL, en la Guardia Civil ha habido un total de 12 cambios de sexo, todos de hombre a mujer. En los 12 casos estas agentes han mantenido el nombre masculino que tenían antes del cambio. Se trata de una situación parecida a la ocurrida en Ceuta, donde la mayoría de los cambios de sexo que han tenido lugar han sucedido entre miembros del Ejército que han mantenido su nombre masculino.

Los motivos de este posible fraude entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado serían los de acogerse a distintos beneficios por pasar a ser considerados mujer. Aunque no lo reconocen públicamente que ese sea el motivo, porque implicaría reconocer un fraude de ley, los protagonistas de esto sí reconocen que su situación ha cambiado a mejor tras la rectificación de sexo registral.