Gallardo, candidato a relevar a Vara en el PSOE: "Ser autónomo no es ser desleal con el partido"
Alcalde de Villanueva de la Serena y presidente de la Diputación de Badajoz, se presenta ahora a las primarias para liderar el PSOE de Extremadura.
24 febrero, 2024 02:55Miguel Ángel Gallardo (Badajoz, 1974) saltó a la palestra de los medios nacionales por ser alcalde de Villanueva de la Serena cuando decidió, junto a su homólogo de Don Benito, fusionar ambos municipios en uno solo. El proyecto fue aupado como un ejemplo a seguir y, aunque ahora permanece en stand by, asegura que terminará por conseguirse porque la semilla ya se ha sembrado.
Del PSOE desde 1995, Gallardo estuvo liderando las Juventudes Socialistas en Villanueva de la Serena hasta que en 2003 se presentó a las elecciones municipales y las ganó. Desde entonces, ha concatenado nada menos que seis mayorías absolutas que le han mantenido con el bastón de mando en la mano.
En 2015 fue nombrado presidente de la Diputación Provincial de Badajoz y ahora busca dar el salto a la política parlamentaria, dejando atrás el municipalismo del que dice que tanto ha aprendido.
Gallardo es, junto a Lara Garlito, uno de los dos aspirantes a liderar el PSOE en Extremadura en las primarias que se celebrarán el próximo fin de semana. Buscan reemplazar a un Guillermo Fernández Vara que, aunque ganó las elecciones el pasado 28-M, no consiguió gobernar por el pacto de María Guardiola (PP), con Vox.
Una de las claves para entender su candidatura es que diferencia entre parlamentarismo y municipalismo. ¿En qué consiste?
Efectivamente, yo hablo de parlamentarismo y municipalismo para poner énfasis en dos modelos que confrontan en estas primarias. Uno es un modelo basado en lo que ha hecho siempre una candidata y lo que ha hecho siempre un candidato. El parlamentarismo es la política de arriba abajo y yo creo en la política de abajo hacia arriba. Es aquella que va desde lo municipal, para conocer las inquietudes de la ciudadanía.
Estoy convencido de que la única forma de volver a recuperar la confianza de los extremeños es que seamos parte de la propia gente, estar con la gente en las calles, en los parques, en las AMPAS, en los centros de salud, institutos, en las asociaciones de mujeres, de vecinos… en definitiva, yo creo en la política de la gente corriente. En aquella política que es capaz de conocer realmente y de primera mano, no porque te lo cuentan, sino por lo que haces día a día. Conocer los problemas reales con rostro humano.
"Cuando uno rompe su palabra, quiebra la confianza de la gente porque le ha mentido"
Es llamativo que hable de "recuperar la confianza de la gente" cuando el PSOE ganó en Extremadura el 28-M, aunque no pudo gobernar.
Cuando uno gana las elecciones en voto, pero no puede gobernar porque el Parlamento ha quedado configurado con una mayoría de derechas, es lo mismo que perder las elecciones. Uno no puede hacerse trampas al solitario y no ver la realidad. La realidad es que, en estos momentos, el Parlamento extremeño, por primera vez en la historia, tiene más parlamentarios de derecha que de izquierdas.
Ni siquiera sucedió en el año 2011, cuando hubo un pacto de investidura entre Izquierda Unida y PP. Es cierto que ahora podríamos tener una presidenta con palabra y tenemos una sin palabra [María Guardiola dijo que no gobernaría con Vox, como finalmente hizo]. Cuando uno rompe su palabra, quiebra la confianza de la gente porque le ha mentido.
¿Cree que si Guardiola dijera que iba a gobernar con Vox la gente habría votado distinto?
Lo que quiero decir es que María Guardiola no tenía otra opción que gobernar con Vox o marcharse. Ella dijo que nunca gobernaría con la ultraderecha, que nunca tendría consejeros de la ultraderecha porque atentaba contra la igualdad y porque eran xenófobos. Ella podría haber sido una presidenta con palabra y creíble si desde el primer momento hubiera dicho que pactaría con Vox. Pero quiso teatralizar tanto que rompió con el valor de su palabra.
¿Y qué tiene que hacer el PSOE en Extremadura para volver a gobernar?
Pues tiene que dar un giro en sus políticas. Pero un giro real, no un cambio de cara para que las políticas sigan siendo las mismas. Abogo por un partido fuerte con proyecto regional, y nos hemos deslizado hacia un modelo más de carácter provincial.
Los extremeños han confiado en el PSOE como organización extremeña y con un proyecto de carácter regional. Cuando ha pasado eso, nunca han entrado partidos de corte regionalista. Cuando eso se ha quebrado, han entrado partidos de corte regionalista [Juntos por Extremadura] que nos han quitado votos en cada pueblo y nos han arrebatado muchos gobiernos locales. Quiero volver a ese partido de carácter regional.
Ha dicho bastante que el partido se ha alejado de la gente. ¿Qué papel ha tenido Guillermo Fernández Vara en ello?
Cuando uno se presenta a unas elecciones, el cabeza de cartel es el líder y el responsable máximo. Aquí la culpa la tenemos nosotros mismos, los socialistas extremeños, no otros. Si hemos perdido la confianza de la gente, tenemos que evaluar qué ha ocurrido para que eso se pierda. Debemos defender con autonomía las políticas que benefician a Extremadura. Eso no significa ser desleal con tu partido. Desde la lealtad al partido, siempre hay que tener autonomía, liderazgos territoriales fuertes, como defiende ahora nuestro secretario general federal.
Son importantes los liderazgos regionales en los ámbitos de la organización para que trasladen las preocupaciones que nos pueden erosionar en territorios que puedan ser sensibles a determinados temas. Es importante, para tener credibilidad, defender siempre los intereses de la región y hacerlo desde las políticas socialistas.
¿Le dijo a Vara que tenía que dar un paso atrás antes del 28-M?
Claro, soy una persona que prima la lealtad por encima de la fidelidad. Las personas que te son leales te van a decir lo que creen, aunque no te guste. Como miembro de la Ejecutiva regional que soy, aunque no tengo poder ejecutivo como la compañera candidata, tengo que dar voz a lo que pienso.
La fidelidad es otra cosa, es decir aquello que quiere escuchar el líder, independientemente de que sea bueno para él o no. Eso es porque sabes que, si el líder está, va a ser bueno para ti. Y por eso le dije que no merecía perder las elecciones y que no debería presentarse.
Si resulta elegido, estaría al frente de un PSOE extremeño con Pedro Sánchez como secretario general federal y un Gobierno encabezado por él. ¿Defender la autonomía en la región, como decía, puede entrar en conflicto con las líneas dictadas desde Madrid?
Ser autónomo no significa ser desleal. Voy a defender las políticas socialistas y, desde Extremadura, voy a contraponer las políticas del PSOE contra la derecha. Voy a ser autónomo porque creo que Extremadura tiene unas necesidades que debemos cubrir y debemos defender siempre. Pero eso no significa chocar contra nadie, porque decir en los órganos de dirección del partido lo que uno piensa, eso no es ser desleal, eso es ser leal con el partido y también serlo con el secretario general.
¿Si resulta elegido dejaría la alcaldía de Villanueva de la Serena?
Estoy convencido de que voy a ser elegido porque 9.600 militantes no pueden equivocarse. Dejaría la alcaldía por coherencia. Una persona debe estar en aquello que pueda abarcar para no dejar nada atrás. Sería una traición al municipio que yo siguiera en la alcaldía sin poder ejercerla al 100%. Seguiría defendiendo al municipio, pero desde Extremadura.
"El partido ha virado hacia un modelo más de élite que no conecta con la calle porque nunca ha estado en la calle"
Entonces, entendemos que si no resulta elegido seguiría en la alcaldía, no pediría integrarse en el proyecto de la otra candidata.
Efectivamente. Cuando uno se presenta a unas elecciones de carácter interno es porque hay modelos diferentes, aunque sean desde los mismos principios. Y esto son modelos diametralmente diferentes. Porque pienso que el partido ha virado hacia un modelo más de élite, que no conecta con la calle porque nunca ha estado en la calle.
Yo soy un defensor de que, para estar en los ámbitos institucionales, hay que haber estado de concejal o concejala. Entonces, por coherencia, si defiendo un modelo no quiero ser parte de una cuota, porque no quiero ser un problema para el partido al estar discutiendo cuestiones internas, sino una solución. Y si el partido desea que sea yo quien se ponga al frente, exijo la misma libertad para elegir equipo dentro de los militantes.
Pero el sistema es el sistema y se defiende. ¿Teme que le devore?
No, porque la dirección del partido va a marcar la actividad parlamentaria. Y yo no hablo mal de la política parlamentaria, lo que digo es que cuando no se conoce la política con rostro humano, la política parlamentaria suele alejarse de la ciudadanía. Y yo quiero incorporar precisamente lo que representa la calle a la vida parlamentaria.
Mi objetivo no es otro que girar el partido a una visión más humana y que el Parlamento recoja las inquietudes de los ciudadanos. Cuando uno está en la calle, está impregnado de las emociones, los logros, los sueños y las posibles soluciones que requiere la ciudadanía.
¿Esto es una fórmula que se pueda extrapolar a distintas federaciones del PSOE? El 28-M perdió mucho poder territorial y se ha vuelto a vivir en Galicia ahora.
Las primarias siempre las hemos visto con resquemor, porque parece que dividen a la militancia. Pero yo, lo que estoy viendo, no tiene nada que ver. Yo estoy viendo unas primarias donde la ilusión de la militancia es cada vez mayor. Así que creo que son un buen instrumento para elegir lo que la ciudadanía espera. Si no fuera así, yo no me podría presentar porque no cuento con el apoyo del aparato clásico en mi provincia.
Pero cuando vota la militancia, le da una fortaleza y una legitimidad enorme al candidato, y eso te permite ejercer un liderazgo que te permite defender lo que piensas sin ningún tipo de atadura. Tenemos que estar pensando que este país, no todo es Madrid, que Madrid centrifuga todo en política y que parezca que España es Madrid, pero no es así. Nosotros también somos España. Y, España, siempre ha sido mala madre con esta región.
¿En qué sentido?
En el sentido de que nunca nos ha dado las mismas oportunidades que tienen otras regiones para demostrar que nosotros tenemos igual de talento o más para llegar a un nivel de desarrollo igual. No queremos ser una comunidad a la que ayudan, sino a la que dan los instrumentos en igualdad de condiciones. Me refiero a infraestructuras, a que los proyectos industriales, como la refinería [de Tierra de Barros], no se frenen… que la gente tenga una vida digna, con unos salarios dignos y que no haya fuga de talentos.
Hay mucho extremeño en Madrid queriendo volver y sin oportunidades.
Claro, no pueden porque no se aprovechan las oportunidades de desarrollo. Sobre la refinería de Tierra de Barros, hubo un ministerio, en este caso del PSOE, que no dio una declaración positiva por el impacto ambiental, y el impacto ambiental en Extremadura es el mismo que se puede producir en Cataluña o País Vasco.
Ahora que hablamos de Cataluña o País Vasco, Emiliano García-Page dice que medidas como la amnistía perjudican al PSOE en zonas de interior. Que los votantes de Castilla-La Mancha no comulgan con algunas políticas del Gobierno central. ¿Cómo afecta esto a Extremadura?
Yo no estoy tan de acuerdo con Page. Para saber dónde hemos llegado con la amnistía hay que irse a los gobiernos de Mariano Rajoy. La situación en la que se encuentra el país fue por la falta de políticas de Rajoy, que judicializó la política. Cuando la política se judicializa, sólo queda una opción: aplicar la ley. Pero las emociones de la gente no las vas a cambiar sólo por la aplicación de la ley.
La política es el instrumento para, desde la legalidad, poder transformar y combatir un modelo independentista que no solo hace daño al conjunto del Estado, sino también a ellos mismos. También creo que si el PP no hubiera necesitado los votos de Vox, hoy tendríamos un PP defendiendo la amnistía.
¿Qué ha pasado con la fusión de Don Benito y Villanueva de la Serena? Fue muy aplaudido y parece que ha quedado en nada.
Nos dejamos la piel y lo hicimos con generosidad, porque uno de los elementos principales era que ninguno de los alcaldes podía ser alcalde de esa nueva ciudad. Sobre todo, para que se percibiera por parte de la ciudadanía que era un proyecto que partía de la generosidad. El proyecto de la fusión tardará más o menos, pero nunca terminará porque es una semilla plantada que germinará.
Y lo hará cuando el PP no gobierne en Extremadura, porque la persona que se lo ha cargado tiene nombre y apellidos: María Guardiola.
¿Por qué?
Porque el PP, que hizo campaña con PSOE, Ciudadanos y Unidas Podemos en favor del sí, cuando se produjeron las elecciones, se acabó despachando con unas declaraciones diciendo que había sido un proceso oscuro. Decidió, por un puñado de votos y dos años de alcaldía, romper el mayor proyecto económico, social y político de esta región en favor del no. María Guardiola volvió a engañar a los ciudadanos, y es algo que como secretario general del PSOE se lo estaré repitiendo todos los días.