A los 39 días de presentar el equipo que le acompañará en la nueva legislatura, Pedro Sánchez anunciará este viernes su primera “crisis de Gobierno”, según la expresión utilizada por él mismo en la rueda de prensa del miércoles.
“La crisis de gobierno ya les anuncio que será este viernes y conocerán a los protagonistas el próximo viernes”, aseguró abriendo las especulaciones a cambio de más calado que la simple sustitución de Nadia Calviño al frente de Economía.
La vicepresidenta primera deja el cargo para ocupar el de presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), justo en el momento en el que ya han aflorado tensiones y discrepancias con el sector de Sumar del Gobierno.
El cargo de responsable de economía es trascendente en ese contexto para equilibrar esas tensiones y combinar los acuerdos con socios más a la izquierda como Sumar, Bildu, ERC y Podemos, con los pactos con partidos más conservadores como PNV y Junts y con las exigencias fiscales más restrictivas de Bruselas.
Sánchez, que comparecerá en el Palacio de la Moncloa a las 9:00 para realizar una declaración institucional, ha mantenido hasta ahora en secreto el nombre del sustituto de Calviño y, además, ha dado pábulo a todo tipo de especulaciones sobre el alcance del cambio.
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Al hablar de "crisis" y ponerle plural a "protagonistas", vino a insinuar la posibilidad de algo más que una simple sustitución, que consistiría en cambiar sólo de cartera a alguno de los ministros actuales y dar entrada a alguien nuevo para ocupar ese lugar.
Por ejemplo, se habló de opciones como que Teresa Ribera o María Jesús Montero pasaran a ser vicepresidentas primeras, ganando peso en el Gobierno. Ribera es una de las ministras más valoradas por Sánchez, con éxitos resaltados por el presidente, como los referidos a la energía. Ha ganado perfil político, pero aún sigue lejos de otros pesos pesados del Ejecutivo.
Montero ya es número dos del PSOE y está en todas las negociaciones cruzadas con los socios de Gobierno y parlamentarios. Su ascenso le haría acumular mucho poder y hasta sería vista como alternativa a Sánchez.
Opciones sobre la mesa
Otras opciones publicadas han sido la entrada al frente de Economía de David Vegara o José Manuel Campa o el ascenso del secretario de Estado, Gonzalo García Andrés, mano derecha de Calviño, o de Manuel de la Rocha, responsable de la Oficina Económica de Moncloa.
Otro nombre posible es el de Ángel Ubide, economista que ha trabajado en el FMI y en fondos de inversión, que colaboró con José Luis Rodríguez Zapatero y que ahora participa del comité asesor de la aún vicepresidenta primera, además de ser especialista en asuntos europeos.
El cargo de Calviño es fundamental en el Gobierno por las competencias que tiene, por su poder de coordinación en la Comisión Delegada de Asuntos Económicos y también porque sirve de equilibrio entre las posiciones más a la izquierda de Sumar y las más ortodoxas y liberales.
Por ejemplo, en las últimas semanas ha pugnado con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sobre la continuidad del llamado "escudo social" y, sobre todo, sobre el futuro de impuestos como el de las empresas energéticas y los bancos. Ese pulso se ha resuelto con la prórroga un año de los impuestos, pero la reducción para las energéticas si invierten en energías renovables.
La resolución de ese pulso sirve también para entender la importancia de ese equilibrio, porque el PSOE pactó con el PNV esa rebaja para las energéticas, en contra de la posición de Sumar, cuya líder habló de "regalo fiscal".
Es posible que en los próximos meses Sánchez tenga que llevar a cabo nuevos cambios en el Gobierno si alguno de sus ministros es designado cabeza de lista en las europeas de junio. Por ejemplo, Teresa Ribera tiene opciones de ser comisaria europea, tras ser elegida eurodiputada.