Han pasado dos meses desde la primera reunión entre PSOE y Sumar para encarrilar un nuevo Gobierno de coalición, pero la escenificación pública no ha llegado hasta este miércoles. Y lo ha hecho al más alto nivel, sin delegar en negociadores intermedios y juntando en una misma sala durante más de una hora a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en el primero de los encuentros que el presidente mantendrá con los grupos parlamentarios. Pero este, a priori el más sencillo, ha quedado sin acuerdo.
Así lo ha señalado a la salida de la reunión el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, que desde el 23-J actúa como principal responsable de Sumar para negociar con el PSOE. El economista, miembro también de la Ejecutiva de Podemos, ha recalcado que el único punto de encuentro al que han llegado los líderes es "la necesidad de intensificar las negociaciones para tener un acuerdo a lo largo del mes de octubre".
El socio minoritario del Gobierno lleva semanas apremiando a Sánchez a que sea "más ambicioso" en su programa de coalición, algo que para ellos es prioritario. Dentro de esta ambición que reclama se encuentra una agenda social fuerte, reduciendo la jornada laboral, aumentado el salario mínimo y reeditando el sistema de financiación autonómica. Hasta ahora, el PSOE siempre ha devuelto estas propuestas "todas tachadas de rojo".
Por otro lado, fuentes socialistas reconocen su intención de recuperar la cartera de Igualdad, que ha tenido Podemos en esta legislatura, mientras que en Sumar ponen el foco no tanto en el reparto de competencias sino en esta hoja de ruta social, habida cuenta de "la territorial está muy avanzada".
"Tenemos todavía pendiente seguir avanzando en la dimensión social y laboral. No puede ser que el próximo acuerdo de coalición sea un acuerdo que haga que el Gobierno funcione al ralentí. Un acuerdo útil para la ciudadanía es un Gobierno ambicioso, que tenga un programa ambicioso, y en eso Sumar va a seguir empeñándose. En estos momentos tenemos diferencias importantes", ha incidido el secretario de Estado.
Álvarez ha repetido en varias ocasiones que las discrepancias con el PSOE están también en "cuestiones relativas a los derechos de la vivienda" o los permisos laborales retribuidos, pero siempre dejando claro que "el único escenario" que contemplan es el de un nuevo acuerdo de coalición.
"Pero no cualquier Gobierno vale", ha zanjado.
Nueva estructura
Yolanda Díaz, señalan fuentes cercanas a las negociaciones, todavía antepone el programa de coalición con el PSOE antes que el reparto de sillones en el Consejo de Ministros, pero eso no quiere decir que no tenga sus propias ideas sobre su nueva estructura. En concreto, fusionar las carteras de Trabajo y Seguridad Social, un movimiento que iría acorde a los planes de Sánchez de reducir el Gobierno esta legislatura.
Las dimensiones mastodónticas del actual Ejecutivo —22 carteras para sólo dos formaciones— obedece sólo al pacto que en 2019 firmaron PSOE y Unidas Podemos, entonces comandado por Iglesias. En aquel documento, el secretario general de los morados negoció que cada una de las formaciones que representaba tuvieran su cuota en el Gobierno; y así acabaron subsecretarías convertidas en ministerio, como la de Consumo, o se dividieron departamentos que antes estaban fusionados, como Trabajo y Seguridad Social.
"Sánchez lo dejará en 16 ó 17 ministerios, a lo sumo", afirma un miembro del Gobierno a EL ESPAÑOL. El objetivo, dice, es hacer un Ejecutivo "más eficaz" y controlado por Moncloa, según se explica desde el PSOE, "porque la aritmética parlamentaria exigirá estar muy encima de todo".
Eso sí, esa reducción le quitaría un par de ministerios a Sumar, que se quedaría en tres o cuatro, incluyendo la vicepresidencia de Díaz y una posible cartera para Nacho Álvarez.