Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han firmado este martes un preacuerdo de Gobierno de coalición. Los dos han anunciado un pacto para la formación de un Gobierno en una comparecencia conjunta en el Congreso. El preacuerdo consta de 10 puntos y sienta las bases de un Ejecutivo, aunque la estructura y el reparto de ministerios no se conocerá hasta la investidura.
El líder de PSOE y el secretario general de Podemos mantuvieron contactos este lunes para iniciar las negociaciones, pese a que en una entrevista el 19 de septiembre, Sánchez dijo que, con ministros de Podemos en el Ejecutivo, "no dormiría por las noches", ni él "ni el 95% de los españoles".
Ahora, 48 horas después de las elecciones, los dos anuncian un preacuerdo para gobernar juntos "con lealtad" y sin vetos. De esta forma, Pablo Iglesias podría ocupar una vicepresidencia en el futuro Ejecutivo.
"Este documento señala el compromiso con una propuesta para desbloquear la situación en España", ha dicho Pedro Sánchez en su corta comparecencia ante los periodistas. "Los españoles han hablado y nos compete trasladar su voluntad. El acuerdo no fue posible tras las anteriores elecciones y somos conscientes de la decepción entre los ciudadanos. Pero el proyecto es tan ilusionante que supera cualquier desencuentro que hayamos tenido. El compromiso es un Gobierno progresista sí o sí", ha concluido.
"Como dije la noche electoral, lo que en abril era una oportunidad histórica se había convertido una necesidad histórica. Hemos conformado un acuerdo para formar un Gobierno de coalición progresista en España, que combine la experiencia del PSOE con la valentía de Podemos", ha señalado Iglesias.
Tras las acusaciones y reproches este verano, los dos han suavizado el discurso y han agradecido la "generosidad" demostrada. El acuerdo no hace referencia a la composición de Gobierno "que se decidirá teniendo en cuenta los mejores perfiles para ocupar los puestos", según ha desvelado el presidente en funciones.
El preacuerdo cuenta con 10 líneas de actuación que incluye la lucha contra el cambio climático y transición energética; la lucha contra la violencia machista, el fomento de la igualdad retributiva real y combate de la trata y la explotación sexual; una ampliación de los derechos sociales, desde la muerte digna hasta la diversidad de identidades y el derecho a la memoria y la dignidad; el combate de la precariedad y el desempleo; políticas económicas y sociales que combinen la protección de los servicios públicos y sistema de pensiones, así como el blindaje del derecho a la vivienda y el control de la expansión de las casas de apuestas.
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En lo que respecta a Cataluña, el preacuerdo habla de garantizar la convivencia en Cataluña y normalizar la vida política con fórmulas de diálogo para el entendimiento, a la vez que se apuesta por fortalecer el Estado de las autonomías.
Al hablar a sus votantes, en la sede de Ferraz, en la noche de las elecciones, Pedro Sánchez había asegurado que "esta vez, sí o sí", España tendría "un Gobierno progresista". El presidente del Gobierno en funciones apeló entonces a "la responsabilidad y generosidad" de todos los partidos, "para desbloquear la situación política" en España.
En ese momento, Sánchez prometió hablar con todos los líderes políticos "menos los que se autoexcluyen de la convivencia y siembran el discurso de odio", en referencia al partido de extrema derecha Vox. El primero en sentarse con el presidente del Gobierno en funciones es Pablo Iglesias, señalando que Sánchez también habría escuchado a sus militantes que, en Ferraz, le recibieron al grito de "con Iglesias sí, con Casado no".
El acuerdo lo han cerrado Iván Redondo y Adriana Lastra con Irene Montero tras la llamada de Pedro Sánchez a Pablo Iglesias este lunes.