Nacho Álvarez (segundo por la izquierda) y María Eugenia Rodríguez Palop (tercera por la derecha) en la presentación del programa de Sumar para el 23-J.

Nacho Álvarez (segundo por la izquierda) y María Eugenia Rodríguez Palop (tercera por la derecha) en la presentación del programa de Sumar para el 23-J. SUMAR

Política LA INVESTIDURA

Yolanda Díaz sondea a Nacho Álvarez y María Eugenia Rodríguez Palop como ministros de Sumar

El partido de Ione Belarra reivindica un asiento en el Gobierno y advierte a Sumar de que "los ministros de Podemos los elige Podemos".

14 agosto, 2023 02:36
Luis Casal Alberto D. Prieto Javier Corbacho

Con la constitución de las Cortes el próximo 17 de agosto, los pactos para una futura investidura de Pedro Sánchez parecen haber pasado a un segundo plano, pero ahí siguen. Yolanda Díaz, en concreto, lleva desde la semana pasada barajando los nombres que podrían representar el ala de Sumar en el próximo Ejecutivo. Eso sí, sin romper el precario equilibrio en el que se sustenta su coalición electoral.

Según señalan fuentes conocedoras a EL ESPAÑOL, la vicepresidenta segunda en funciones ha sondeado a su círculo más cercano con la idea de que Sumar ocupe alrededor de cuatro ministerios, dependiendo del tamaño del Ejecutivo, y que al menos tres vayan para ella, para el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, y para la coordinadora de programa de Sumar, María Eugenia Rodríguez Palop, respectivamente.

Aunque cuenta con menos fuerza de la que tenía Pablo Iglesias en 2019, Díaz juega la baza de que se entiende mejor con los socialistas. En este marco, la vicepresidenta ha sondeado a Álvarez y Palop para mantener dos de los ministerios de la antigua cuota Unidas Podemos, Derechos Sociales e Igualdad, actualmente en manos de Ione Belarra e Irene Montero, y dirigirlos hacia un Ejecutivo "con menos líos internos".

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En el caso de Nacho Álvarez, el economista es el número 2 del ministerio y es una de las figuras de Unidas Podemos mejor valoradas por el PSOE. Además, cuenta con la virtud –o el defecto– de compaginar un puesto en la Ejecutiva de Podemos con otro de portavoz de campaña de Sumar. Díaz, precisamente, pretende usar su militancia en Podemos para justificar la cuota morada, pero en la formación liderada por Ione Belarra hace tiempo que no lo consideran como tal.

"Los ministros de Podemos los decide Podemos", repite hasta la saciedad un alto dirigente de la formación morada. "Nadie va a decidir por nosotros quién o quién no nos representa. Si quiere a Nacho de ministro, adelante, pero que no diga que es la cuota de Podemos", aclara la misma persona. Álvarez ya fue tanteado tanto por Belarra como por Díaz para formar parte de las listas electorales de Sumar, pero rechazó las dos ofertas.

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Del mismo modo, María Eugenia Rodríguez Palop es otra de las personas que Díaz sondea como ministra, en este caso para el departamento Igualdad, aunque las perspectivas para mantener la cartera son escasas, dada la más que probable reducción de ministerios y la insistencia del PSOE en recuperarla. Eurodiputada independiente de Unidas Podemos, Palop se decantó por Díaz al inicio de la campaña y cambió el morado por el magenta. 

De hecho, fue la coordinadora de programa de Sumar, aunque con no tanta polémica como Álvarez, dado que no forma parte de ningún órgano directivo de Podemos. Hace unas semanas, la eurodiputada habló con Díaz sobre la posibilidad de liderar un hipotético Ministerio de Igualdad, al que daría un lavado de cara al "feminismo de trincheras" y centraría en "el del 99%", que es el mantra que Sumar ha defendido durante toda la campaña. De fallar la acometida, Palop intentaría recalar en otra cartera.

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"Yolanda y el presidente"

Cuando Pedro Sánchez ordenó vacaciones para sus ministros días después de las elecciones, en Sumar hicieron caso omiso. Primero, Díaz se lanzó a negociar en paralelo con los independentistas catalanes para desbloquear la investidura. Después, a lo largo de la última semana de julio y primera de agosto, organizó diversas reuniones con todos los partidos de la coalición que aspiraban a tener representación en el Gobierno.

Al margen del cupo que cada partido pensaba ocupar, las fuentes consultadas dentro de la coalición asumen que "la última decisión es de Yolanda y del presidente". Dicho de otro modo, que cada uno ha pedido su pedazo de representación, pero que será Díaz quien decida si quiere o no negociarlos con Pedro Sánchez estos días, que es cuando se están discutiendo la nueva estructura del nuevo Gobierno. En sus planes entra también recortar el número de ministerios.

Sobre todo, el gran problema lo tiene Podemos. Los morados son el partido más grande de la coalición y su "motor ideológico", pero podrían quedarse sin representación en el nuevo Gobierno. Díaz no quiere ni oír hablar de Irene Montero, a quien vetó de las listas electorales, ni de Ione Belarra, a quien reprocha sus críticas de las últimas semanas.

Por su parte, desde Podemos aseguran que no reclaman nada que no estén pidiendo ya Compromís, Más País o los comunes, que también quieren tener independencia en determinados temas. Buscan "la misma autonomía y derechos que se le dio a los comunes esta legislatura", esto es, libertad de voto y un ministerio.

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De los 31 diputados de Sumar, diez lo son por parte del partido instrumental de Yolanda Díaz, cinco de Podemos, cinco de IU, cinco de los comunes, dos de Más País, dos de Compromís, uno de la Chunta Aragonesista y otro de Més Per Mallorca. Cabe la posibilidad, real, de que sólo Movimiento Sumarlos comunes se vean representado en el Gobierno.

Fuentes socialistas prefieren tirar la pelota a otro tejado y no meterse "en los líos internos" de sus socios, pero temen que la mano de hierro y las imposiciones de Díaz acaben por pasarle factura a la coalición. En cierto sentido, preferirían tener a Ione Belarra y Podemos "atados al Gobierno [que] descontrolados en el Congreso".

Desde Podemos, por su parte, descartan votar en contra de Pedro Sánchez para "no impedir un Gobierno de izquierdas", pero asumen su independencia posteriormente. Sin ellos, la viabilidad de aprobar leyes e iniciativas parlamentarias se volvería prácticamente imposible.

El gran problema al que se enfrentan es que, por mucho que sus cinco diputados valgan su peso en oro para cada votación, la realidad es que ninguno de ellos puede tomar la sartén por el mango e irse al Grupo Mixto, como hizo Compromís en 2016, debido a las ataduras económicas que les ligan a Sumar. De abandonar la coalición en el Congreso, perderían una de sus principales fuentes de ingresos.

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El nuevo Sumar

Al margen de las conversaciones para formar Gobierno, Yolanda Díaz tiene la vista fijada en septiembre para designar a la primera Ejecutiva de Sumar, a la que llamará Mesa de Coordinación. En principio, tanto Palop como Álvarez tendrían pase VIP en ella.

Fuentes de la coalición aclaran que su líder tiene pensado abrir la militancia de Sumar a otras formaciones, esto es, que no sea incompatible que alguien milite a la vez en su partido y, por ejemplo, en Izquierda Unida. El problema con este tipo de reglamento, que es el que usó Podemos en sus inicios para atraer afiliados de otras fuerzas, es que tiene que funcionar en los dos sentidos.

La mayoría de los partidos que integran Sumar no permiten esta doble militancia –tampoco Podemos, desde 2017– e incluso la penan con la expulsión del partido. Antes de que esa Mesa de Coordinación tenga lugar en septiembre, está previsto que los integrantes de la alianza electoral abran sus procesos internos para decidir qué rumbo tomar, si integrarse en un frente amplio o abrir sus estatutos a otras fuerzas.

Este caso es especialmente crítico para los dirigentes morados que han tomado partido por Sumar como portavoces, como son Alejandra Jacinto o el propio Nacho Álvarez. Ambos tienen cargos en la Ejecutiva de Podemos y representaron a Sumar en campaña, pero no ocupan ningún cargo oficial en el partido de Díaz.

"Harán lo que quieran, por supuesto. En campaña tampoco preguntaron si podían ser portavoces de Sumar; simplemente vinieron un día y comunicaron que lo iban a aceptar. Fue un poco de mal gusto", valora una fuente de la dirección de Podemos. Esto genera un problema, ya que, si Álvarez termina por ser nombrado ministro y empieza a militar en Sumar, Belarra podría expulsarle y, por tanto, perder su cupo de ministrables, si es que no cambia el reglamento.

"Nadie le echaría. Se iría él", aclaran las fuentes.