El último cebo de Pedro Sánchez a Carles Puigdemont mira hacia Europa. El presidente del Gobierno en funciones ha anunciado este miércoles que utilizará su turno como líder de las instituciones europeas para "impulsar el uso de las lenguas cooficiales" —en referencia al gallego, el catalán y el euskera— en los órganos comunitarios, una propuesta que ya le hizo a ERC durante la Mesa de Diálogo en Cataluña.
Esta cesión y guiño del PSOE al independentismo busca, en último término, garantizar el apoyo de Junts en su investidura y, antes incluso, durante la sesión constitutiva del Congreso que este jueves elegirá a la Mesa y al Presidente de la Cámara. La propuesta nació en un primer momento de la vicepresidenta Yolanda Díaz, quien planteó una suerte de Congreso políglota a principios de mes para atraer los votos de ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG. Durante su intervención de esta mañana, la líder de Sumar volvió a repetir el mismo mantra.
En este marco, el secretario general de los socialistas ya auguró la perspectiva lingüística hace justo un año, durante la última reunión de la Mesa de Diálogo con Cataluña. Entonces, Sánchez se comprometió con Pere Aragonès "fortalecer la lengua desde la perspectiva pedagógica, derechos y libertades [garantizando] el pleno dominio del catalán y castellano".
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El primer paso, ya incorporado, fue recoger el pleno uso de las lenguas cooficiales en algunas mociones del Senado (la promesa era para todas) y, en segundo término, garantizar la presencia de representantes de la Generalitat en foros internacionales con dimensión lingüística. El mismo acuerdo es también extensible al euskera, gallego y otras lenguas, pero tendrían que solicitarlo sus gobiernos regionales.
Ahora bien, Puigdemont ya dejó claro desde primera hora de la mañana de este miércoles que necesitaba "hechos comprobables" para comprometer el voto de sus siete diputados, por mucho que Sánchez los dé como amarrados. En su intervención, el líder socialista ha insistido en que las dos votaciones clave, la de la Mesa y la de su investidura, no son cuestionables.
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"A diferencia de otras etapas", ha añadido, "hoy España tiene un Gobierno que no mira hacia otro lado y al que se escucha en Europa. Desde hace décadas España no era testigo de un impulso tan reformista como el que se ha vivido en la pasada legislatura y eso fue gracias al protagonismo y al liderazgo del grupo socialista", ha recogido el presidente.
En un tono similar, la vicepresidenta en funciones Yolanda Díaz ha dedicado buena parte de su discurso de bienvenida al grupo parlamentario para recuperar su propuesta de hace unas semanas: reformar el reglamento del Congreso para permitir el uso de las distintas lenguas del Estado —las llamadas "cooficiales", más allá del castellano— y velar por su traducción y protección en las sesiones de la Cámara Baja, más allá de Europa.
Así, la líder de Sumar maniobra en paralelo para atraer a los partidos nacionalistas, una actitud que no termina de gustar a los socialistas. Según fuentes independentistas, las propuestas de la vicepresidenta nunca se han tomado en consideración por no contar con el sí del socio mayoritario.