"Visibles nervios" en Sánchez y "la mirada abajo" de Feijóo: los gestos delataron a los candidatos
EL ESPAÑOL analiza los gestos y tácticas esgrimidos en el cara a cara con una experta en comunicación no verbal y otro experto en debates.
11 julio, 2023 07:02Antes de empezar el cara a cara de este lunes entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, el presidente del Gobierno aparentaba más confianza. Estaba de pie en el plató, charlando con sus asesores, parecía tranquilo ante un líder del PP sentado y haciéndose pequeño en una esquina. El socialista transmitía seguridad y seguramente la mayoría le daba favorito en el debate.
Sin embargo, arrancó el contador y poco tardó Sánchez en perder los nervios frente a un Feijóo más confiado de lo que podía suponerse. Pero también cometió errores, como cuando en el minuto de oro bajó la mirada, leyó y se pasó de tiempo.
EL ESPAÑOL ha analizado tanto los gestos como las tácticas esgrimidas de los dos principales candidatos a la Presidencia del Gobierno en debate celebrado en Atresmedia. El de este lunes es el primer y único cara a cara de esta campaña electoral.
[Feijóo firma ante las cámaras un pacto para que gobierne el que gane y Sánchez lo desdeña]
Participan en el análisis Sonia El Hakim, presidenta de la Asociación Española de Comunicación No Verbal y autora del libro Código no verbal, y Pablo Carbajosa, coordinador del club de debate de la Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE.
A favor y en contra de Sánchez
Oratoria (a favor). El presidente tuvo mejor oratoria, con respuestas rápidas y su voz genera mayor credibilidad. "Tiene una velocidad adecuada y hace acentos enfáticos", analiza El Hakim. Es decir, subraya las palabras que considera importantes. Hila argumentos, a pesar de que es difícil en una situación de estrés.
Interrupciones (en contra). Abusó demasiado de la interrupción, lo que hacía "más visible su nerviosismo". "Esto genera impresión de inseguridad, porque no afrontas los argumentos del rival, es una mala táctica", asegura Carbajosa.
Mirar a cámara (a favor). Sánchez miraba más a cámara, incluso durante el debate. "Es positivo porque nos habla a nosotros, a los ciudadanos", asegura El Hakim.
Sonrisas sarcásticas (en contra). "Cuidado con las sonrisas y las ironías", subraya Carbajosa. "Ha abusado mucho de la risa sarcástica cuando no estaba de acuerdo. Eso se hace pesado, especialmente cuando le ves sonreír con temas que no tienen gracia", añade El Hakim.
Gestos ilustradores (a favor). Sánchez gesticula mucho más que Feijóo, que es más frío. Eso podía haber jugado en su contra, pero no estuvo excesivo y le sirvió para reforzar el discurso. Con ello, sus palabras no entran sólo por el oído, sino también por la vista.
Sin posición de estadista (en contra). Al estar sentado, Sánchez perdió la posición de estadista. También la perdió al volver sobre el pasado, mencionando a Rajoy, el 11-M o la gestión de Feijóo en la Xunta. "Esa imagen no fue eficaz. Daba la impresión de que buscaba algún lugar en el que golpear a Feijóo, pero no lo lograba", asegura Carbajosa. "No parecía que las tuviera todas consigo", añade.
Encendido en violencia de género (a favor). A veces, la actitud de Sánchez jugó en su contra, como si estuviera nervioso. Sin embargo, esa indignación le benefició en el asunto de la violencia de género, porque sirvió para transmitir que es un tema que le preocupa y en el que Feijóo no salió tan bien parado.
Expectativas (en contra). Se presuponía, antes del debate, que Sánchez es mucho mejor en los cara a cara que Feijóo. Eso genera unas expectativas que, si no se cumplen, juegan en contra. "La paliza que anticipaba todo el mundo, no se ha producido", asegura El Hakim.
A favor y en contra de Feijóo
Seguridad y datos (a favor). Feijóo acabó demostrando más seguridad de la que se esperaba. "Ha usado muchos datos y ha mostrado seguridad en lo que decía", subraya El Hakim. "Ahí Feijóo ha sido más hábil y ha aprovechado sus bazas. Aunque algunos datos eran falaces y capciosos, Sánchez no ha sabido darles la vuelta, como en el tema de la lista más votada", añade Carbajosa.
Comido por Sánchez (en contra). Aunque las interrupciones jugaron en contra de Sánchez, no le ayudó a Feijóo el no saber cortarlas. No lograba imponerse, se hacía pequeño. "Ahí se le ha visto desbordado e incluso miraba a los moderadores, como pidiendo ayuda", comenta El Hakim. Después del primer descanso, asesorado, se volvió más combativo.
Descolocar al adversario (a favor). Feijóo pidió a Sánchez firmar un pacto para que gobierne la lista más votada y el presidente no supo responder. "En el debate no te puedes mover de tu posición y tienes que ser el que va tirando del adversario a tu terreno, y eso lo ha logrado Feijóo", reconoce Carbajosa.
Lapsus linguae (en contra). Feijóo usó varias veces la palabra "señoría" al referirse a Sánchez. No sólo es una palabra que no debía usar ahí, por lo que descolocaba, sino que incluso daba cierta superioridad a su contrincante. Sánchez llegó a subrayarlo y Feijóo reconoció el error.
Uso de gráficos (a favor). Feijóo usó de manera correcta los gráficos. Ilustrando sus argumentos, pero sin excederse. Cuando Albert Rivera se excedió (en noviembre de 2019, llevo hasta un adoquín), provocó rechazo. "Entra el mensaje por varios sentidos sensoriales y se visten mejor los argumentos, se entienden", comenta El Hakim.
Descolocado en la dicotomía (en contra). Sánchez le preguntó a Feijóo si Santiago Abascal entraría en el Gobierno. Es una pregunta dicotómica, de sí o no, y Feijóo respondió de una forma poco clara, en un tema que le hace daño. "Dijo que no entraría, si consigue los votos necesarios, preparando el terreno por si entra. Da incertidumbre", comenta El Hakim.
Gestos sobrios, en su línea (positivo). Feijóo gesticula mucho menos que Sánchez. Si bien puede dar una apariencia de personaje gris, en esta ocasión le beneficiaba. Al ser como es él normalmente, da la sensación de estar bajo control. No como Sánchez, que se ha revolucionado más de lo habitual.
Mirar abajo (negativo). Un error de Feijóo es que "ha mirado abajo en el minuto de oro", como leyendo o repasando apuntes. Además, se ha pasado de largo unos segundos, sin respetar el minuto. Ahí ha perdido parte del control que había ganado durante el debate.