Un programa "ambicioso", "un cajón de ideas", "una herramienta", "un marco para todos". Así definía esta semana un alto cargo de Podemos el nuevo programa electoral de los morados para afrontar las elecciones del 28 de mayo, un documento tipo de la cúpula nacional para guiar los distintos proyectos municipales y autonómicos, pero que adelanta también por dónde va a ir el discurso de campaña: por la vivienda. En concreto, por la creación de una red de inmobiliarias públicas.
"Las inmobiliarias privadas sirven para aumentar artificialmente los precios y eso se puede contrarrestar con un gran operador público en el sector", resume Podemos sobre esta red, que estaría compuesta por entidades autonómicas y locales para la construcción y gestión del parque público. El objetivo sería "proporcionar alquileres más asequibles [y] garantizar la seguridad económica a los pequeños propietarios".
Que Podemos iba a centrar su eje de campaña en las inmobiliarias es algo que lleva semanas sonando. La vivienda es el sexto problema que más preocupa a los españoles y, con una ley tan reciente que lleva el sello de Ione Belarra, el caldo de cultivo estaba servido.
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De hecho, la propia formación morada se ha adelantado a algunas de las críticas que se han vertido sobre su norma estrella. En el mismo documento, el programa marco detalla diferentes ventajas que se podrían ofrecer a los pequeños propietarios como aliciente para que incluyan sus viviendas en el parque de inmobiliarias públicas y aceptaran bajar los precios.
Estas serían, por ejemplo, las garantías de cobro de rentas y mantenimiento, la eliminación de comisiones, la bonificación de impuestos o la garantía de cobrar el día 1 de cada mes "con independencia de la fecha en que lo abone el inquilino".
Esta propuesta del partido, transmitida desde hace semanas a las comunidades autónomas para que estudien cómo implementarla, se oyó por primera vez en boca de la candidata morada a la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto. La política, que pertenece a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), propuso hace unos meses integrar todos los activos de la Agencia de Vivienda Social en una hipotética Inmobiliaria Pública Madrileña. Sobre este modelo se basa todo lo demás.
Se trataría de una entidad con oficinas en los municipios y distritos de las grandes ciudades, cada uno con capacidad para gestionar y construir sus propios pisos compitiendo únicamente con las inmobiliarias privadas. Entremedias, el programa de vivienda ahonda en la ampliación del parque público, los derechos antidesahucios y la limitación de alquileres turísticos.
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"Sabemos que es difícil, pero es lo que haríamos si tuviéramos la fuerza suficiente. Tampoco vamos a escribir un programa 'hasta donde creo yo que me va a dejar llegar el PSOE'", ironiza una fuente de la dirección morada. El propio concepto que rodea a un programa marco es que es más una guía de conducta —en este caso, para las comunidades y ayuntamientos— que un programa que haya que intentar cumplir al pie de la letra.
Nueva Policía
Cuando se habla de "ambicioso" se refiere, precisamente a esto, a proponer cosas que difícilmente verán la luz, al menos de momento, pero que estén en consonancia con los avances morados en el Gobierno durante esta legislatura. Sobre todo, los relativos a los ministerios de Derechos Sociales e Igualdad, cuyos equipos contribuyeron en el programa.
Si la Ley de Vivienda es la propuesta estrella de Belarra, las políticas contra la violencia machista serían las de Montero. Entre ellas, una de las más destacables es la creación de un nuevo tipo de Policía Municipal específica para combatir este tipo de agresiones y atender a las víctimas; además servirían también para reforzar "la valoración forense para la aplicación de Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual", nombre oficial de la Ley del sólo sí es sí.
"Este Cuerpo especializado —reza el documento— tendrá una composición multidisciplinar (agentes, psicólogas y otros profesionales) para atender este objetivo", recalca, sin ahondar más en el tema. Al tratarse de un catálogo integral, esta Policía iría en consonancia con otras medidas como un nuevo servicio de salud mental.
Dentro de los marcos generales de cada comunidad, el programa sí insiste en las líneas maestras habituales de Podemos, haciendo multitud de menciones a la creación de empresas públicas, evitar la privatización de la Sanidad y Educación, transporte público gratuito (como medida social y ecológica) o la lucha contra la burocracia.
"Vamos más lejos que en los programas anteriores porque creemos que se han roto muchos tabúes en esta legislatura. Hemos ido más allá", resume uno de los redactores del programa. A la hora de aplicarlo en las candidaturas conjuntas, Podemos no presentará ningún documento unificado con Izquierda Unida ni el resto de partidos de sus coaliciones, sino que dependerá directamente de los territorios.
La relación entre ambos partidos se ha vuelto más simbiótica que nunca. Con acuerdos en más de 1.300 municipios, y en todas las comunidades menos en dos, Podemos se garantiza una marca consolidada. IU, pese a estar integrado en el Sumar de Yolanda Díaz, prefiere caminar ahora con los morados —que tiene estructura nacional— antes que con Más País.
Además, muchos pactos empezaron a fraguarse en verano, antes de que estallara la guerra fría entre Sumar y Podemos. Al final, son más acuerdos de coalición que nunca los que ha sellado la formación morada.
En plena pugna por la reconfiguración de la izquierda que está más allá del PSOE, las elecciones del 28-M se consideran prácticamente una primera vuelta de las generales, un pulso para saber qué estrategia está siendo la correcta. También un posible acicate para el acuerdo o los programas conjuntos.