El ministro de Sanidad no será candidato a la Xunta: la jugada de Sánchez para aupar a Besteiro en Galicia
El presidente llevó a Miñones al Consejo de Ministros para abrir hueco en la Delegación de Gobierno al histórico del PSdG que disputará Galicia al PP post Feijóo.
8 abril, 2023 02:31La minicrisis de Gobierno de la última semana de marzo no fue pensada por Pedro Sánchez sólo para cubrir los huecos que le dejaban las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28-M.
El movimiento en el Ministerio de Sanidad, al que llegó José Manuel Miñones, es una jugada pensada para la resurrección de José Ramón Gómez Besteiro. Según fuentes socialistas, Sánchez quiere que sea el candidato socialista que compita la Xunta en la era post Feijóo.
Hasta ahora, la sustitución de la canaria Carolina Darias en el Consejo de Ministros se había interpretado como una apuesta de Sánchez para dar visibilidad a Miñones en clave territorial, con el fin de que pueda disputar Galicia a Alfonso Rueda.
Todo parecía encajar: pese a tener pocos meses por delante en el Ejecutivo, Miñones es farmacéutico, podría hacerse rápido con las riendas de Sanidad y apuntarse algún tanto político.
Pero el PSdG lleva años dando tumbos en Galicia, con constantes cambios de liderazgo y cayendo a la tercera plaza, por detrás de las diferentes mareas de izquierda nacionalista radical. En las dos últimas convocatorias, los socialistas se quedaron en sólo 14 escaños, un tercio de los 42 sumados por el PP.
Por eso Sánchez quiere que Besteiro dé la vuelta a esa situación. Los cuatro que lo intentaron antes fracasaron: Emilio Pérez Touriño, en 2009; Pachi Vázquez, en 2012; Xaquin Fernández Leiceaga, en 2016; y Gonzalo Caballero, en 2016.
El futuro PSOE
El otro movimiento en el Gobierno, la recuperación de Héctor Gómez en el Ministerio de Industria y Turismo en sustitución de Reyes Maroto, también tiene lectura electoral. El caso Tito Berni amenaza con ser letal para el Ejecutivo del socialista Ángel Víctor Torres, a pesar de su buena valoración en Canarias.
La izquierda ya no suma, según las encuestas, pero la cuota canaria en el Consejo de Ministros se mantiene con la resurrección del exportavoz parlamentario, cuya solvencia y buena imagen pueden ayudar el 28-M al PSOE.
Lo que se adivina claramente es que Sánchez ya está pensando en el futuro del partido. En Moncloa no han pasado inadvertidos los movimientos detectados en el seno del partido y del grupo parlamentario para prepararse ante una pérdida de la Moncloa que anticipan todos los sondeos, menos el CIS de Tezanos.
El impulso a Besteiro para las gallegas de julio del año que viene es un síntoma claro de que el presidente mantiene su poder omnímodo y lo ejerce recompensando a los fieles.
'Sanchista' de origen
Y es que Besteiro es un sanchista de origen. Tanto que dio un paso atrás en la política cuando ya lideraba el PSdG, en 2016, para no perjudicar el liderazgo del hoy presidente del Gobierno, en su primera etapa al frente del PSOE.
Corría marzo de 2016 cuando renunció a la Secretaría general del partido en la región, una semana después de acumular hasta 10 imputaciones delictivas. Pero el pasado diciembre, casi siete años después, la última de esas causas fue archivada, como todas las anteriores.
Entonces, Besteiro anunció que se retiraba "libremente" y para no perjudicar al PSOE. Sánchez también trataba de recomponerse tras el peor resultado de la historia del partido, con 90 diputados en el Congreso.
Ahora, el presidente recompensa el gesto y recupera su apuesta inicial para Galicia, tratando de aprovechar la opción que se abre en Galicia, con la salida de Feijóo.
De hecho, este periódico ya informó de que la dirección nacional popular de Feijóo se está planteando una llamada anticipada a las urnas en la región, haciendo coincidir la convocatoria con las generales. Las encuestas dan a Rueda un colchón grande, pero el tirón de un doble cartel junto a Feijóo apoyaría, sin duda, sus opciones de ganar.
Y de paso, le recortaría los tiempos a Besteiro para preparar el regreso. Los estatutos socialistas marcan un proceso de primarias previo, y de momento es sólo un tapado.
En todo caso, el actual líder de los socialistas gallegos, Valentín González Formoso, ya se ha ofrecido para dejarle el hueco: "Si un día Besteiro quiere ser candidato a la Xunta, contará con todo mi apoyo personal siempre. Por justicia y por lealtad personal", aseguró el pasado diciembre, pocos días después de que terminara el calvario judicial del nuevo delegado del Gobierno en Galicia.
Los indicios en este sentido son claros. Porque también José Manuel Lage Tuñas, secretario de Organización del PSdG, se sumó a los elogios a Besteiro: "Si tienes a Mbappé o a Messi, lo lógico es que los pongas a jugar".
"Limpieza" o "corrupción"
Las 10 imputaciones de Besteiro —cuyo abogado era Cándido Conde-Pumpido Varela, hijo del actual presidente del Tribunal Constitucional— han tardado casi siete años en caer. Pero lo han hecho todas, una por una, limpiando su expediente. La juez Pilar de Lara lo investigó en dos casos distintos.
Por un lado, por un presunto "trato de favor" en la recalificación urbanística de las torres de O Garañón, en Lugo, cuando Besteiro era concejal de Urbanismo en la ciudad. El tribunal atendió su recurso y reprochó a De Lara haber construido el sumario "a partir de meras sospechas que no alcanzan el carácter de indicios".
En la llamada operación Pulpo, a Besteiro se le investigó por cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, fraude a las Administraciones públicas, fraude de subvenciones y delito continuado de malversación de caudales públicos. La acusación derivaba de supuestas adjudicaciones irregulares de la Diputación de Lugo a empresas de Raúl López, dueño de la empresa de transportes Monbús.
El mismo Sánchez había apoyado a Besteiro públicamente, poco antes de que dimitiera de todos sus cargos, cuando parecía que permanecería, al menos, al frente del PSdG: "Es una persona honesta, decente, y tiene toda mi confianza".
Ahora, el presidente ha empezado a pagar esa deuda de lealtad y apuntala el sanchismo en una región convulsa con un perfil que refuerza el mensaje de "limpieza", mientras el PSOE insiste en relacionar al PP de Feijóo con la "corrupción" del pasado, la que sacó a otro gallego, Mariano Rajoy, de la Moncloa.