La rebelión de los barones del PSOE ha tomado forma, si bien la dirección federal de Pedro Sánchez trata de mantenerla lejos de los focos. Las amenazas de varios de los líderes autonómicos socialistas de no acudir al acto convocado el próximo sábado en Madrid para conmemorar los tres años de la victoria electoral del 10-N de 2019 han provocado que, finalmente, el evento haya sido suspendido.
Este periódico ha podido confirmar, en fuentes del partido, que el encuentro no se celebrará, como estaba previsto, este sábado 12 de noviembre en Ifema, el recinto ferial de la capital.
La decisión se ha conocido este lunes, después de que EL ESPAÑOL informara de que numerosos líderes autonómicos del PSOE mantenían serias dudas sobre si acudir o no el próximo fin de semana a Madrid.
El actual escollo, "insalvable" para muchos, es la reforma del delito de sedición que ERC ha exigido al Gobierno, en el marco de la negociación para los Presupuestos Generales del Estado de 2023. El presidente se ha comprometido públicamente a rebajar el castigo de esta figura delictiva alegando que quiere "adaptar" el Código Penal a "los estándares europeos".
Según el entorno de Sánchez, el acto pretendía servir para tapar la polémica en la que se vio envuelta la reciente celebración de los 40 años del triunfo de Felipe González, el 28 de octubre de 1982.
De aquel evento se ausentaron todos los barones, salvo Guillermo Fernández Vara, presidente del Gobierno de Extremadura y miembro de la Ejecutiva de Sánchez como secretario de Política Autonómica. La dirección del PSOE no invitó a Alfonso Guerra a esa celebración, y él mismo se encargó de hacerlo público.
Un portavoz oficial de Ferraz, consultado por este periódico, alega que "ese acto nunca llegó a estar agendado ni previsto". En esa línea la ministra de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, ha indicado este lunes en rueda de prensa que "ese acto como tal nunca estuvo en agenda". "Hay distintos actos que se hacen en planificación en borradores en distintos territorios, pero como tal de conmemoración no apareció en agenda", añadió.
Fuentes de Ifema afirman que, "si miras ahora, no hay actos del POE este sábado en nuestras instalaciones".
Todos convocados
Sin embargo, EL ESPAÑOL puede afirmar que los líderes regionales del PSOE habían sido ya convocados al evento. Es más, según confirman fuentes socialistas de distintas comunidades, Ferraz les había instado a acudir para mostrar "unidad de acción" y la fuerza del partido, en el inicio de curso electoral. El próximo mes de mayo se celebrarán elecciones municipales y autonómicas; y en diciembre de 2023 están previstas las generales.
Pero es precisamente el calendario electoral el que aleja a los barones de hacerse la foto con Sánchez. Los líderes de autonomías que no son Cataluña, Navarra o País Vasco saben que les será imposible explicar a su electorado anuncios como el de la rebaja de la sedición. "Por ahí no pasaremos, y lo saben", concluye un colaborador cercano a un líder regional.
Fuentes cercanas a Sánchez confirmaron a este periódico que al acto de Madrid se le quiso dotar de mayor peso territorial a la vista del fiasco vivido en Sevilla. "El presidente está molesto con los errores de organización, y la falta de control en los mensajes", explican estas fuentes. "Le sentó muy mal la polémica con Guerra... cuando habría sido muy fácil prevenirla deslizando que Felipe y él no se juntan desde hace años", añaden.
El objetivo de Ferraz era proyectar la imagen de Sánchez, reforzándolo con el tirón territorial que sí conservan los barones. Pero ahí estaba la trampa para éstos: "Cuando el PSOE se la juega de verdad es en mayo... ahí es donde debemos centrarnos", concluye una fuente autorizada de Ferraz. "Si no cuidamos esa campaña, una derrota local y autonómica no la levanta ningún golpe de efecto de Sánchez".
De hecho, hay algún presidente autonómico que se ha llegado a "enfrentar al presidente a la cara, en privado", apunta otra fuente. "Porque los sondeos de intención de voto le van cada vez peor, pese a que su aceptación es muy alta".
"Mejor resultado que Sánchez"
Los que más recelo han venido mostrando son el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page; el de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig; y el de Aragón, Javier Lambán. Los tres se han desmarcado en los últimos meses, siempre pensando en clave autonómica, con las líneas marcadas por Sánchez en asuntos como la batalla fiscal que han mantenido PP y PSOE.
"Llevamos tiempo diciendo que más que una campaña autonómica, lo que haremos será una campaña autónoma", añade una tercera fuente. "Aunque en Ferraz saben que esto no es una novedad". Fuentes de un cuarto territorio han confirmado a este periódico el diagnóstico: "Los alcaldes nos dicen 'no, que no venga', refiriéndose al presidente... su imagen les hace daño".
Todos los líderes regionales del PSOE habían sido invitados al evento, que iba a tener lugar en el recinto ferial de Ifema y, aunque a fecha de este lunes todavía no habían rechazado su asistencia al acto, tampoco la querían confirmar, tensando la cuerda con la dirección federal.
"No hemos tratado ese tema aún. Llevamos esta semana centrados en el Debate del estado de la Comunidad y, la anterior, con la visita al Papa", deslizaban desde el entorno de Lambán. "Si hubiese sido este fin de semana, no podríamos haber ido, por motivos obvios", remarcan desde otra baronía. "Pero el sábado que viene, ¿quién sabe? A lo mejor hay que ir a visitar a los padres al pueblo".
Algo similar pasa en el caso de Page. Desde el entorno del presidente de Castilla-La Mancha deslizaban que no iban a "confirmar la agenda", arguyendo que nunca lo hacen con tanta antelación, "salvo si hay una audiencia programada con el Papa".
Algunos barones, incluso, sugerían que acabarían pronunciándose en público en contra de rebajar el delito de sedición para marcar distancias con Ferraz. "No sería una sorpresa, hemos mantenido esa posición desde siempre", advierten, recordando que "para gobernar aquí necesitamos mejores resultados que los que saca el PSOE en unas generales".
Y tiraban de las encuestas. Todas las publicadas a raíz de la ruptura de conversaciones entre PP y PSOE para renovar el CGPJ muestran que los votantes socialistas no son favorables a esa modificación del Código Penal. De este modo, la última imagen de unidad del presidente con sus líderes autonómicos será la del último Consejo político Federal, convocado en Zaragoza el pasado 17 de septiembre, "un mitin" del que muchos de ellos salieron "muy molestos".