Pedro Sánchez, entre Javier Lambán (Aragón), Emiliano García Page (Castilla-La Mancha) y Ángel Víctor Torres (Canarias).

Pedro Sánchez, entre Javier Lambán (Aragón), Emiliano García Page (Castilla-La Mancha) y Ángel Víctor Torres (Canarias). Efe

Política ANIVERSARIO 10-N

Varios barones presionan a Sánchez para que no baje la sedición y barajan no ir a su fiesta de aniversario

No desvelarán su agenda hasta el último momento y avisan de "no pasarán" por la reforma del Código Penal porque no la entenderá su electorado. 

7 noviembre, 2022 01:32
Diego Rodríguez Veiga Alberto D. Prieto

El PSOE prepara para el próximo sábado un gran acto con el que celebrar el tercer aniversario de la victoria de Pedro Sánchez en las elecciones del 10-N de 2019. Aunque desde Ferraz insisten en que "no se trata de una reunión de barones", sí que han pedido a los líderes autonómicos que se reserven la fecha para acudir y muestren músculo junto al presidente. Sin embargo, el evento corre el riesgo de desdibujarse.

Según trasladan fuentes de distintas baronías a EL ESPAÑOL, mantienen íntimamente -y mantendrán, aún más, públicamente- sus serias dudas sobre si acudir o no el próximo fin de semana a Madrid.

La relación entre Sánchez y sus barones pasa por el peor momento desde el regreso del líder socialista a la Secretaría general del PSOE. De hecho, el portavoz de uno de ellos comentaba en los últimos días "nosotros somos el único apoyo que le queda"... y eso que, precisamente, fueron unos los últimos en desafiar públicamente a Sánchez.

El actual escollo, "insalvable" para muchos, es la reforma del delito de sedición que está negociando el Gobierno con ERC. El presidente está decidido a rebajar el castigo de esta figura delictiva alegando que quiere "adaptar" el Código Penal a "los estándares europeos".

[El Gobierno cede ante ERC y confirma que llevará al Congreso la reforma del delito de sedición]

Pero los barones de autonomías que no son Cataluña, Navarra o País Vasco saben que será imposible de explicar a su electorado. "Por ahí no pasaremos, y lo saben", concluye un colaborador cercano a otro líder regional. Máxime con las elecciones autonómicas programadas para mayo de 2023, en apenas seis meses.

Los que más recelo muestran actualmente son el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page; el de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig; y el de Aragón, Javier Lambán. Los tres se han desmarcado en los últimos meses, siempre pensando en clave autonómica, con las líneas marcadas por Pedro Sánchez en asuntos como la batalla fiscal que han mantenido PP y PSOE.

"Llevamos tiempo diciendo que más que una campaña autonómica, lo que haremos será una campaña autónoma", añade una tercera fuente. "Aunque en Ferraz saben que esto no es una novedad". Fuentes de un cuarto territorio confirman a este periódico el diagnóstico: "Los alcaldes nos dicen 'no, que no venga', refiriéndose al presidente... su imagen les hace daño".

Todos los líderes regionales del PSOE han sido formalmente -y públicamente- invitados al evento, que tendrá lugar en el recinto ferial de Ifema y, aunque todavía no rechazan su asistencia al acto, tampoco confirman su asistencia, tensando la cuerda con la dirección federal.

"No hemos tratado ese tema aún. Llevamos esta semana centrados en el debate del estado de la Comunidad y, la anterior, con la visita al Papa", deslizan desde el entorno de Lambán. "Si fuese este fin de semana, no podríamos haber ido, por motivos obvios", remarcan desde otra baronía. "Pero la semana que viene, ¿quién sabe? A lo mejor hay que ir a visitar a los padres al pueblo".  

Algo similar pasa en el caso de Page. Desde el entorno del presidente de Castilla-La Mancha deslizan que, de momento, "no confirmaremos nuestra agenda". Arguyen que nunca lo hacen con tanta antelación, "salvo si hay una audiencia programada con el Papa", bromean. Decidirán en el último momento.

Algunos barones, incluso, sugieren que acabarán pronunciándose en público en contra de rebajar el delito de sedición para marcar distancias con Ferraz. "No sería una sorpresa, hemos mantenido esa posición desde siempre", advierten, recordando que "para gobernar aquí necesitamos mejores resultados que los que saca el PSOE en unas generales".

Y sacan del cajón las encuestas. Todas las publicadas a raíz de la ruptura de conversaciones entre PP y PSOE para renovar el CGPJ muestran que los votantes socialistas no son favorables a esa modificación del Código Penal.

Sabiendo que aquí puede haber un punto de fricción, el Partido Popular anunció la semana pasada que presentará mociones en ayuntamientos y parlamentos autonómicos. La formación de Alberto Núñez Feijóo quiere usar esa cuña para abrir la brecha y forzar a los barones socialistas se tengan que posicionar sobre el delito de sedición.

Proyección de Sánchez

La celebración de este tercer aniversario del 10-N se convoca apenas dos semanas después de que haya tenido lugar en Sevilla la del 40º aniversario de la victoria de Felipe González en 1982, cuya mayoría aplastante le sirvió para formar el primer Gobierno socialista de España. Y también es una semana antes de que Madrid acoja la Internacional Socialista que proclamará a Pedro Sánchez como su presidente.

La sucesión de eventos despide un claro aroma preelectoral. Y ésa es precisamente la razón de la reticencia en las baronías. Fuentes cercanas a Sánchez confirman a este periódico que al acto de Madrid se le ha querido dotar de mayor peso territorial a la vista del fiasco vivido en Sevilla.

"El presidente está molesto con los errores de organización, y la falta de control en los mensajes", explican las fuentes. "Le sentó muy mal la polémica alrededor de Alfonso Guerra... cuando habría sido muy fácil prevenirla deslizando que Felipe y él no se juntan desde hace años".

El objetivo de Ferraz es proyectar la imagen de Sánchez, reforzándole con el tirón territorial que sí conservan los barones, y con la vista puesta en las generales de diciembre de 2023.

Pero ahí está la trampa para los líderes regionales: "Cuando el PSOE se la juega de verdad es en mayo... ahí es donde debemos centrarnos", concluye una fuente autorizada de Ferraz. "Si no cuidamos esa campaña, una derrota local y autonómica no la levanta ningún golpe de efecto de Sánchez".

Hay algún presidente autonómico que se ha "enfrentado al presidente a la cara, en privado", apunta otra fuente. "Porque los sondeos de intención de voto le van cada vez peor, pese a que su aceptación es muy alta".

Desde Ferraz esperan que lo que suceda el próximo sábado en Ifema no se parezca demasiado a lo que pasó con el aniversario de la victoria de González. Al acto, que se celebró en Sevilla, finalmente no acudió ningún barón, excepto el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que fue incorporado por Sánchez a la Ejecutiva salida del último congreso, hace sólo un año.