Rabat marca de cerca a Sánchez: la semana que estuvo en Lanzarote hubo 10 veces más pateras
Fuentes policiales denuncian que la isla pasó de no detectar desembarcos a más de 700 la siguiente semana, cuando el presidente estaba en La Mareta.
12 septiembre, 2022 01:53Las tensas relaciones políticas y diplomáticas de España con los dos principales países de tránsito y salida de la migración irregular en el norte de África, Marruecos y Argelia, dificultan el trabajo de los agentes policiales y de las ONG que los acogen en territorio español. El Gobierno de Rabat, admiten a EL ESPAÑOL fuentes del Ministerio del Interior, tradicionalmente ha jugado con los flujos migratorios a conveniencia, para añadir presión política al español. Y este mes de agosto, en Lanzarote, el mensaje pareció enviarse de manera directa a Pedro Sánchez.
Recientemente, este fenómeno ha tenido que ser estudiado expresamente por el departamento de Fernando Grande-Marlaska. Lo hizo, alarmado, tras detectar el disparo exponencial -multiplicado por 15 de un día para otro- de la llegada de personas en embarcaciones ilegales a las costas de Lanzarote, precisamente en la semana en la que el presidente del Gobierno disfrutaba de sus vacaciones de verano en la isla canaria.
Así lo denuncian a este diario fuentes de los equipos desplegados por la Policía Nacional y la Guardia Civil en el terreno, con informes oficiales en la mano.
Según sus testimonios, y medido en periodos más largos, la salida de pateras desde las costas de Marruecos directamente hacia la isla en la que se encuentra La Mareta -residencia oficial veraniega del Estado que eligió una vez más el presidente este periodo estival- pasó de no detectar desembarcos una semana a más de 700 llegadas la siguiente, hasta 10 veces más que la media, según las fuentes.
Los agentes, expertos en la lucha contra la inmigración ilegal y en las relaciones con sus colegas del Magreb y el Sahel, concluyen que este fenómeno "no es casual", y lo atribuyen a un "marcaje" del Gobierno de Mohamed VI al español. Policías y guardias civiles recuerdan que los saltos a las vallas de Ceuta y de Melilla o las oleadas de pateras "suele coincidir con fenómenos políticos" bilaterales y que éste en concreto "tiene todas las trazas" de ser una llamada de atención, una "advertencia".
Hay que recordar que los sucesivos gobiernos marroquíes (con mayor o menor insistencia y agresividad) jamás han renunciado a reivindicar tanto las plazas de Ceuta y Melilla como las Islas Canarias en cuanto que parte de la "unidad territorial" del país.
Y que la crisis diplomática sólo se empezó a cerrar cuando, un mes antes, el Ejecutivo español dio un vuelco a su postura histórica sobre la solución política para el Sáhara Occidental.
En una carta del presidente a Mohamed VI, filtrada por el gabinete real, el Gobierno español se mostró -por primera vez en la historia- de acuerdo con que la autonomía de la ex provincia española bajo la soberanía de Marruecos es la solución "más seria, realista y creíble" para resolver el eterno conflicto.
Una explicación, según fuentes diplomáticas, podría ser que el acuerdo firmado entre España y Marruecos durante la última visita de Sánchez al rey marroquí -el pasado mes de abril-, no incluía una mención explícita a la "integridad territorial" que sí estaba en la carta de Sánchez al rey de Marruecos.
En su momento, Exteriores explicó que no era necesario ni "oportuno" establecer acuerdos "sobre territorios españoles". Y añadió que el documento sí hablaba expresamente de que "los temas de interés común serán tratados con espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados".
"Mejor colaboración"
Desde entonces, Interior asegura que la colaboración de Rabat en materia migratoria ha "mejorado": Es más, según fuentes oficiales del Ministerio, ésta "no ha dejado de ser buena, incluso en los peores momentos de la crisis diplomática", desatada tras el asalto a Ceuta de más de 10.000 personas, en mayo de 2021.
Y sin embargo, según los agentes desplegados en la zona, las alarmas saltaron en el departamento de Marlaska durante la estancia de Sánchez en La Mareta. El mismo Gobierno canario -presidio por el socialista Ángel Víctor Torres- se ha quejado de modo discreto, pero amargamente y en repetidas ocasiones, al de Madrid por la presión migratoria en sus costas, que en lo que va de año ha crecido un 15%.
Mientras los desembarcos caen a un ritmo del 10% de media en todo el territorio nacional, Canarias ha pasado a ser el principal puerto de entrada de personas en situación irregular.
Sólo las llegadas a las islas casi duplican a las del resto de costas españolas, esencialmente en las cuatro provincias andaluzas con frente marino, Murcia, Alicante y Baleares. Y en las tres más orientales (Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote), los agentes aseguran que el diferencial "es superior al 50%".
Retornos bloqueados
A todo esto hay que añadir otra denuncia de las ONG y los agentes en la región. Como informa EL ESPAÑOL, las tensas relaciones políticas y diplomáticas entre España y los países del norte de África han provocado un bloqueo en las operaciones de retorno de los inmigrantes irregulares llegados a nuestras costas.
En lo que va de año 2022, las devoluciones a sus países de origen no pasan del 5% de media, frente al 40% que se llegó a alcanzar en tiempos de otro presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero.
Tomando como referencia los datos oficiales publicados hasta el 31 de agosto -último informe del Ministerio del Interior-, eso significa que de los 19.007 inmigrantes llegados a España por vía marítima y terrestre en 2022, sólo se habrían retornado a unas 900 personas. "Todo lo que entra se queda, los países emisores se niegan a aceptar a sus nacionales de vuelta", denuncian fuentes policiales.
Así lo explican, con datos en la mano, agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil desplegados en las regiones afectadas, además de las ONG que trabajan con las personas migrantes.
"Están bloqueadas prácticamente todas las devoluciones con países subsaharianos, como Senegal, Costa de Marfil o la República de Guinea", afirman, "y con Marruecos y Argelia, que son los principales emisores, alrededor del 60%, cada vez cuesta más que acepten el retorno de sus nacionales".
Sin embargo, otras fuentes policiales cercanas a Interior responden que "en los últimos meses, se han aumentado los canales de retorno, especialmente con Marruecos, Senegal y Mauritania". Pero no ofrecen datos que lo corroboren.
"Los retornos forman parte de la política migratoria", explica un portavoz del Ministerio de Grande-Marlaska. "A aquellas personas que llegan a España de forma irregular, y que no son acreedoras de protección internacional, se les inicia un mecanismo de expulsión que puede finalizar con el retorno a su país de origen".
[Argelia suspende con España todo intercambio de información "no vital" en materia antiterrorista]
Desde la llegada del ministro a Interior en 2018, explica este colaborador, "se aplica la misma política migratoria, que creemos que es la más efectiva". Está sustentada en dos pilares, explica: el primero, "la colaboración con los países de origen y tránsito"; y el segundo, "la lucha contra las mafias que trafican con personas".
Esta fuente ministerial recuerda, además, que los flujos migratorios son "un fenómeno muy complejo y es muy peligroso tratar de reducirlo todo a factores demasiado sencillos en la ecuación". Las redes de trata y tráfico de personas son "un negocio multimillonario que, a nivel mundial, es comparable al narcotráfico".
Ese enfoque se ha desarrollado con numerosas visitas del ministro a estos países y un despliegue creciente de agentes de la Policía y la Guardia Civil. Allí, los funcionarios policiales participan en patrullas conjuntas e implementan programas de formación. Pero también colaboran en el despliegue y utilización de material de última tecnología para detectar a las mafias y flujos migratorios en un entorno "extremadamente difícil".