Pablo Iglesias está "preocupado" por la forma en que el Gobierno ha sacado adelante la reforma laboral, gracias al diputado del PP Alberto Casero. Para el exvicepresidente fue un error tanto declarar intocable el texto del acuerdo alcanzado con patronal y sindicatos como "insultar" a los socios de investidura y "fiarse" de UPN y Ciudadanos.
Iglesias ha desvelado que Yolanda Díaz "hubiera aceptado planteamientos de ERC y EH Bildu", sin concretar cuáles, y se muestra muy crítico con el PSOE por impedir a la ministra de Trabajo un margen de maniobra para modificar la reforma con aportaciones de los socios de investidura, lo que habría hecho saltar por los aires el consenso con los agentes sociales.
"El diálogo social está muy bien, lo que pasa es que el Gobierno suma 154 diputados en este momento y cuando dice 'aquí no se toca una coma' se menoscaba la capacidad de negociación del Ministerio de Trabajo", defendió este lunes en la Cadena SER, en el debate que comparte con la exvicepresidenta Carmen Calvo y el exministro José Manuel García-Margallo.
"Cuando se buscan socios por la derecha -continuó-, esos socios no son de fiar. Y esto podría ocurrir perfectamente con Ciudadanos, un partido en descomposición en el que buena parte de sus dirigentes están viendo quién les ofrece cómo seguir en política que además podía tener un interés obvio en hacer daño a Yolanda Díaz".
"A partir de ahora", zanjó Iglesias, Unidas Podemos será "intransigente" en cuanto a que "la única mayoría estable, fiable, viable y que evita tamayazos es el bloque plurinacional".
Alberto Casero
Carmen Calvo discrepa y, contundente, formuló su réplica con preguntas: "¿La única mayoría que ha dejado de votar la reforma; que se puso más blanca todavía con el primer resultado porque habían jugado a que otros salvaran la situación; la que dejó al borde del desfiladero lo único importante que nos jugábamos ese día? ¿Esa es la única mayoría a la que tenemos que apelar?"
Otro momento del debate sobre la reforma laboral se centró en el error de Casero. Calvo habló en este punto en calidad de exvicepresidenta del Congreso -"han estado a mi cargo muchas votaciones", recalcó. Para la socialista, "una cámara no puede alterar la votación entera cada vez que un diputado se equivoca" y cree que estamos ante un "debate falsario" impulsado por el PP.
Calvo recordó que el voto telemático permite una comprobación antes de efectuarlo -algo que no es posible en el presencial- y que solo ese día Casero se equivocó en cuatro votaciones. A su juicio, lo ocurrido el pasado jueves "se llama seguridad jurídica y reglas del juego para todos por igual".
Por último, Calvo acusó al PP de atacar al Congreso y su prestigio "sin miramientos". "Me parece inaceptable, complatemante inaceptable. Ha pasado lo que pasa todos los días, que se ha equivocado un diputado. No ha ocurrido más que eso", se quejó.
García-Margallo recordó la resolución del 21 de mayo de 2012 que "la presidenta del Congreso (Meritxell Batet) ignora paladinamente", en línea con lo que sí ocurre en el Parlamento Europeo, que es que un diputado puede corregir el sentido de su voto.
"Os invitaré si pierdo"
El exministro hizo incluso una apuesta ante sus compañeros de debate. "Os invitaré a todos si pierdo. El Tribunal Constitucional lo anulará -el voto de Casero-, pero dentro de dos años y el resultado político que el presidente Pedro Sánchez quería ya lo ha conseguido".
García-Margallo encontró un aliado en Iglesias en cuanto a que el voto de Casero no debió darse por válido, si bien el exlíder de Podemos recalcó que no hay precedentes en el Parlamento: "Es verdad lo que dice Margallo del Parlamento Europeo y es verdad que así debería ser en todas partes porque es absurdo que alguien pueda tener un fallo humano y al final no se exprese la voluntad, lo que pasa es que en España de momento no es así".
Iglesias confesó que él "se equivocó unas cuantas veces" y que no pudo hacer nada, pero, de vuelta al tema inicial, insistió en que para él lo "preocupante" no es ese error del PP, sino que "el Gobierno sacó la reforma laboral de chiripa".
"La derecha hizo una jugada sucia -recalcó Iglesias-. No se ha sacado la reforma laboral por haber hecho un trabajo táctico bien hecho, sino que en realidad lo que ha ocurrido es que cuando la derecha tenía un balón que empujar con la portería vacía ha fallado en el último momento".