Casado disipa las dudas sobre su liderazgo en su primer gran debate con Sánchez
- El presidente del PP se erige como el verdadero líder de la oposición después de que en su primera sesión de control le quitara el protagonismo Albert Rivera.
- Sánchez declara la guerra a Casado por llamarle "golpista" en el Congreso.
Era la primera vez que el presidente del Gobierno rendía cuentas ante el Congreso sobre un tema de interés general y Pablo Casado no quiso perder la oportunidad de erigirse como líder de la oposición. Pedro Sánchez acudía al Parlamento este miércoles a primera hora para hablar del ultimo Consejo Europeo y la venta de armas a Arabia Saudí, pero el líder del PP atacó al corazón del Gobierno: "Es partícipe y responsable de un golpe de Estado que se está perpetrando ahora mismo en España".
La durísima acusación revolvió en su escaño al presidente del Gobierno, que pidió desde la tribuna que "retire aquí esa frase. ¿Mantiene esas palabras, sí o no? Si las mantiene usted y yo no tenemos nada mas que hablar", afeó Sánchez. Casado no solo no retiró ni una sola de las palabras que le dedicó al jefe del Ejecutivo, sino que insistió en el mensaje una vez que terminó su intervención. "Espero que se retracte", dijo el jefe del Ejecutivo al abandonar el Congreso.
El discurso de Pablo Casado, que replicó desde la tribuna sin papeles, sirvió para subir la moral a un Partido Popular que dudaba de la sobreexposición diaria de su presidente. Tras "machacar" durante casi media hora a Sánchez, los grupos de whatsapp y las redes sociales de los populares echaban humo con piropos a su presidente. "Ha sido un camión de cemento, uniendo al partido", aseguraban fuentes conservadoras.
Enterrar las críticas
Con esta frase, desde la dirección del partido han querido acabar con las críticas internas que ya se le hacían la recién estrenada cúpula. Las dudas se producían, sobre todo, por la polémica intervención de la semana pasada de la portavoz, Dolors Montserrat, que dijo que "tenéis a las prostitutas desconcertadas". Tampoco ayudó la polémica que levantó la vicesecretaria de Acción Social, Isabel García Tejerina, comparando a los niños andaluces con los de Castilla y León.
La intervención de este miércoles de Casado ha sintonizado con todos los sectores del PP. El tono duro recuerda a la época más dura de José María Aznar. Sin embargo, con Ciudadanos quitando votos por el centro y Vox apareciendo por la derecha, en Génova consideran imprescindible "hablar claro" para que todo lo que esté a la derecha del PSOE acabe en el PP. Es la única manera, entienden, de poder rearmarse y ganar de nuevo elecciones.
Casado no solo señaló a Pedro Sánchez por su relación con los que quieren romper España. "Está usted en el banco azul gracias a los votos de los partidos independentistas", le dijo. También acusó al presidente de rodearse de un gabinete "que se le cae a trozos". Además, le afeó que "use a sus ministros de escudos humanos para no tener que asumir responsabilidades" en relación a su tesis doctoral. "Es una réplica de Zapatero. Un corta y pega que se quiere financiar una campaña electoral de dos años a costa de la recuperación, los impuestos, el gasto y la dignidad de España destrozando su economía. No queremos otra recesión", añadió, levantando a los diputados de la bancada del grupo Popular.
"Desfachatez"
El líder del PP no circunscribió sus dardos contra Sánchez únicamente en Cataluña. Casado habló también de Venezuela y le dijo que era una "desfachatez" que diga que se preocupa por la "segregación" de Reino Unido en la Unión Europea cuando es "un aliado de los que quieren romper España. ¿Por quién nos toma, señor Sánchez?".
Al finalizar la sesión, los diputados respiraban aliviados y mencionaban que "ahora sí" Pablo Casado era el verdadero líder de la oposición. En el PP se echaron las manos en la cabeza cuando, en la primera sesión de control que se estrenó el nuevo líder, Albert Rivera descolocó a todo el Parlamento trayendo al debate por primera vez la tesis de Pedro Sánchez. "Por fin somos el partido de la oposición", resumía un veterano dirigente sorayista, entusiasmado con la intervención de su líder.