El Juli medio salva un cenizo Domingo de Resurrección en Sevilla con un gran Cuvillo

Arrancó la temporada taurina sevillana con el clásico 'no hay billetes' del Domingo de Resurrección y también con su clásico cenizo. 

Ni el himno de España de la banda de Tejera, ni el minuto de silencio por el último eslabón del toreo sevillano fallecido recientemente, Rafael Jiménez Chicuelo, ni las dos orejas de Julián López 'El Juli' lo han podido salvar del todo.

Casi nunca pasa nada y si no llega a ser por 'Gavilán', un gran toro de Núñez del Cuvillo, que saltó al ruedo cuando la tarde se iba por el desfiladero, el saldo hubiera sido negativo. La corrida llegada de 'El Grullo' decepcionó en general por su falta de fondo y de fuerza, Morante no tuvo su tarde ni los toros y Roca Rey tampoco. 

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De todas formas, la faena de 'El Juli' tampoco será la más recordada del madrileño en el albero sevillano en sus 25 años de alternativa. El toro sí, que lo puso a prueba.

'Gavilán' fue bravo, persiguió las telas con codicia y el 'Juli' le hizo una faena marca de la casa, de mucho poder, con las manos bajas, pero tan despatarrado como falto de emoción como para redondearla de del todo. Esa misma que sí derrochaba el animal. Por eso, medio salvó la tarde porque la segunda oreja fue excesiva.

Hasta que eso ocurrió al personal le costó remontar. Más de 10.000 almas esperaban encandiladas tras la última tarde mágica de Morante en San Miguel, pero nada de eso ocurrió.

El de la Puebla, de grana y oro, que comenzaba la temporada tras sus cien tardes del año pasado, no tuvo opciones con ninguno de sus dos toros. Sí pudo lucirse con el último el puntillero de la plaza, Manuel Jesús López, quien propinó un certero puntillazo al cuarto tras fracturarse una mano cuando el público comenzaba a desesperar.

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El primero de Roca Rey fue una nueva decepción, un jabonero que destacó por su presencia, pero también por su escaso fondo, y con el sexto sí tuvo que hacer un esfuerzo el peruano porque encima tuvo peligro y nunca se centró en su muleta. Lo mejor, las dos estocadas.

Queda mucha feria de Sevilla por delante, esperemos que los toros embistan y sobre todo haya más emoción y menos sopor en los tendidos... y en el albero.