Así es la nueva vida en la cárcel de los condenados por los ERE: "Es duro, pero se han adaptado bien"
La mayoría está en módulos de máximo respeto donde la presencia de psicólogos y educadores es diaria.
15 enero, 2023 02:41La nueva vida en la cárcel de los expolíticos socialistas condenados por el caso ERE no está siendo fácil. Sin embargo, todos, dentro de sus circunstancias, se están adaptando "sorprendentemente bien", aseguran a EL ESPAÑOL distintas fuentes penitenciarias.
El tiempo pasa lento e intentan llenarlo con actividades a las que tienen acceso, como el gimnasio, el uso de la biblioteca y la realización de talleres socioeducativos.
A principios de enero se produjo la entrada en prisión de seis exaltos cargos socialistas condenados por el caso. Se trata de Carmen Martínez Aguayo, Antonio Fernández, José Antonio Viera, Francisco Vallejo, Jesús María Rodríguez Román y Miguel Ángel Serrano. Eso marca un antes y un después en sus vidas. También en la política andaluza.
La situación es "dura" para ellos, perose están adaptando correctamente dentro de las circunstancias y son respetuosos con los compañeros y con los funcionarios.
Todos conviven con otros presos en módulos considerados de máximo respeto, menos la exconsejera de Economía Martínez Aguayo. Estas estancias se caracterizan por no ser tan estrictas para entrar y salir de las celdas, que están abiertas durante el día, y por el bajo perfil criminológico de los internos.
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Suelen ser reos más mayores y nada conflictivos, que permiten unos óptimos niveles de convivencia. De hecho, una de las fuentes consultadas asegura que ante la previsión de la llegada de los tres expolíticos "trasladaron a algunos internos que no se ajustaban del todo a este perfil".
"Poco a poco van cogiendo confianza unos con otros y el día a día se hace más llevadero", señalan las fuentes. En el caso concreto de la prisión Sevilla I, donde ingresaron Vallejo, Rodríguez Román y Serrano, en ese módulo 102 prevalece un sistema de autogestión.
Es decir, las normas de convivencia las establecen los propios presos, que participan en asambleas donde van exponiendo los problemas que puedan surgir. Además, la presencia de técnicos como psicólogos, educadores y trabajadores sociales es diaria.
Se levantan a las 7.30 horas, a las 8.15 tienen el desayuno y, una vez abajo, durante el día no tienen ninguna limitación de salida y pueden pendular entre sus celdas y el patio. Por la mañana pueden acceder al gimnasio, a la biblioteca o a distintos talleres educativos.
Por la tarde, tras la siesta, suelen salir de nuevo al patio hasta que oscurece. Normalmente, después pasan a la sala de televisión y al comedor a cenar hasta las 20.30, que es cuando tienen que volver a dormir a las celdas.
El privilegio de Viera
El que fue consejero de Empleo, José Antonio Viera, eligió la cárcel de Huelva para cumplir su condena de siete años por malversación.
Al menos, de cara a la galería, no lo lleva mal. "Está perfectamente adaptado", aseguran fuentes de la prisión onubense a este periódico. Viera ha reconocido a los funcionarios que llevaba tiempo preparándose psicológicamente porque sabía que el momento iba a llegar.
En concreto, este político sevillano de casi 77 años ingresó directamente en el módulo 12, donde suelen instalarse los presos que trabajan dentro del propio penal. También es de máximo respeto.
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Según informan otras fuentes de la cárcel onubense, Viera ingresó directamente en el citado módulo sin ser evaluado por ningún equipo técnico. Achacan esta circunstancia a que accedió un día festivo y no estaba trabajando ningún miembro del mismo, pero en cualquier caso se trata de un leve privilegio.
Aseguran estas fuentes que lo normal es que hubiera ido a un módulo de respeto nivel 2 -hay tres-, pero no a uno de máximo como el que está. "A este hubiera accedido varios meses después y en caso de tener una evolución favorable".
En concreto, Viera es usuario del gimnasio. "Tiene buena forma física y por las mañanas hace sus ejercicios", aseguran desde la prisión. Además, ya no cuenta con un preso de apoyo. Normalmente, en estos módulos la prisión proporciona a los recién llegados uno de acogida, pero ya ha prescindido de él.
Fernández ya conocía la prisión
El exconsejero de Empleo Antonio Fernández entró el pasado 1 de enero en la prisión gaditana de Puerto III, sabiendo a lo que se enfrentaba. Además de la de la pieza política, sobre Fernández pesan otras condenas por distintas ayudas concedidas.
Junto al exdirector general del Trabajo Francisco Javier Guerrero, también condenado por el caso ERE y que falleció en octubre de 2020, fueron los primeros altos cargos a los que la jueza Mercedes Alaya mandó a prisión de manera preventiva en 2012.
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En total, pasó tres meses y logró salir tras depositar la fianza de 450.000 euros que le impuso la Audiencia. Reunió esa cantidad "gracias a cientos de aportaciones individuales" de sus amigos, según aseguró en aquel momento su defensa.
Desde el primer día del año, convive con otros 60 internos en el módulo de Unidad Didáctica Educativa, también de respeto.
La única mujer condenada
Por último, Carmen Martínez Aguayo, la única mujer condenada por este caso y la primera que ingresó en prisión. Entró en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra, la misma en la que cumplió su condena la cantante Isabel Pantoja por blanqueo de capitales.
Es la única que no está en el llamado módulo de respeto. Está en el 3 y su compañera de celda es la hermana del empresario José María Gil Salgado, condenada como él, por un delito contra la Hacienda Pública.
Aunque en el patio sí coincide con casi todas las internas, fuentes penitenciarias aseguran a este periódico que están bien adaptada. Incluso, por su profesión -ella es médico de Atención Primaria-, se ha mostrado dispuesta a colaborar para todo lo que se le requiera.
"El primer día el impacto es muy grande, pero una vez que empiezan con la rutina diaria se normaliza mucho la situación", asegura una de las fuentes consultadas. Tanto para los funcionarios que los tratan, como para ellos mismos.