La magnitud de la protesta de Sociedad Civil contra la amnistía en Barcelona irrita al Gobierno

Si el Partido Popular recordará el pasado 24 de septiembre como el día en que celebró su acto más multitudinario, el 8 de octubre de 2023 no se le ha quedado corto. Esta segunda fecha será la de quienes inundaron Barcelona contra la medida de gracia. 

El Gobierno no ha encajado bien la numerosa manifestación. En sus declaraciones, ha intentado sin éxito vincular a los partidos de la derecha con la organización del evento, que ha sido organizado por Sociedad Civil Catalana, un colectivo que en todo momento ha promovido el acto insistiendo en que se suprimieran del mismo todas las siglas políticas.

Uno de los más duros ha sido el ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática en funciones, Félix Bolaños, quien ha tildado al PP y Vox de "partidos nostálgicos del enfrentamiento. Aún recordamos la incompetencia total con la que gestionaron la situación en Cataluña y la herencia catastrófica que dejaron".

Hace 6 años, el socialista Salvador Illa fue uno de los pocos socialistas que acudió a aquella marcha en el momento más delicado de la historia reciente de Cataluña. También se produjo un 8 de octubre, apenas una semana más tarde de la votación fraudulenta. Ahora, Illa ha atacado a los populares por infundir "miedo y crispación de la mano de la ultraderecha".

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La amnistía es el precio que Pedro Sánchez tendrá que pagar si, después de perder las elecciones, quiere seguir al frente del Gobierno. Un agravio a la Constitución, a la Democracia y la "igualdad de los españoles" según el PP, que llevaban días desplegando todo su arsenal para entonar un nuevo ¡basta ya!, tras el éxito de la concentración hace dos semanas en el centro de Madrid.

Y así, los populares han cosechado un nuevo éxito, aunque integrados de forma discreta entre los ciudadanos que se echaron a las calles.

Dos lemas destacaron por encima de todos los demás en la convocatoria organizada por Sociedad Civil Catalana a la que asistieron 300.000 personas (50.000 según la Guardia Urbana). "No todo vale" y 'No en mi nombre' fueron las consignas recitadas por un público enfervorizado que Pedro Sánchez ha conseguido que salgan a protestar a la calle contra sus medidas.

Bajo ambas frases desfilaron el PP y otras formaciones políticas como Vox, así como decenas de miles de ciudadanos. Los representantes de los partidos acudieron despojados de las siglas políticas de sus respectivas formaciones. La idea era transmitir transversalidad y unidad. "Estoy aquí como un ciudadano más", dijo Feijóo.

Chute de energía

Después de un verano complicado, y tras la investidura fallida, el PP ha vuelto a insuflar en sus filas un nuevo chute de energía en esta gran concentración organizada por el constitucionalismo. "Ni la dignidad de Cataluña está en venta ni la presidencia del Gobierno está en venta", ha sentenciado el líder del PP, recibido con gritos de "presidente" por simpatizantes de su partido a su llegada a la manifestación.

Bien arropado por sus principales barones, el presidente del Partido Popular definió la amnistía desde Barcelona como una decisión "reaccionaria". Habló también de que representa "una cacicada" impropia de una democracia. 

Miles de personas protestan durante la manifestación de SCC contra la amnistía en Barcelona. Europa Press

"No se trata de una amnistía que busca la reconciliación, sino que busca exclusivamente la presidencia del Gobierno (...) No busca la convivencia, sino una transacción económica, y eso es lógicamente una involución y una decisión reaccionaria".

Masiva 'mayoría silenciosa'

La comparación con la manifestación del pasado domingo, que fue convocada por las fuerzas del independentismo en conmemoración del 6 aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, resultó inevitable. Ese día apenas 4.500 personas recorrieron el centro de la ciudad. 

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Por segunda vez en 2 semanas, una convocatoria contra la amnistía a los líderes independentistas se convierte en un acto masivo, de rebelión cívica. Las imágenes hace dos semanas en Madrid hablaban por sí solas, al igual que las de este domingo en Barcelona.

En el PP y en Sociedad Civil Catalana celebran que, una vez más, el poder de convocatoria y la movilización han alcanzado un nivel muy superior al del separatismo. Años atrás se solía decir que los constitucionalistas en Cataluña representaban una gran mayoría silenciosa. Este domingo esa "mayoría silenciosa" fue más masiva que nunca.