Después de que la llegada de inmigrantes irregulares en patera a la Península y Baleares se haya disparado en las últimas semanas, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha rectificado y ha permitido que la Guardia Civil pueda acceder de nuevo a los informes de inteligencia elaborados por la Agencia europea de fronteras Frontex.
Estos informes, que analizan los flujos migratorios que se producen en torno al Mediterráneo, desde las principales regiones de origen en África, ofrecen datos esenciales para que el Instituto armado pueda luchar contra la inmigración ilegal en las costas españolas.
El ministro Marlaska firmó en la noche del pasado 21 de julio (apenas 24 horas antes de las elecciones generales del 23-J) la Orden INT/859/2023, por la que desarrolla la nueva estructura orgánica de la Dirección General de la Policía y sus servicios territoriales.
El artículo 8.2.e) de la norma asignaba a la Comisaría General de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional el control y la gestión en solitario del Punto Nacional de Contacto (NFPOC), que canaliza toda la información procedente del Frontex.
Desde el momento en el que entró en vigor la orden de Marlaska, el pasado 25 de julio, la Guardia Civil dejó de recibir los informes y alertas de la agenda europea, que antes transmitía el Ministerio de Interior a ambos cuerpos.
A partir de entonces, la Policía Nacional pasó a monopolizar la información del Frontex y las patrullas del Instituto armado se vieron obligadas a luchar a ciegas contra la llegada de pateras en las costas de la Península, las Islas Baleares y Canarias.
Dos semanas después de que EL ESPAÑOL denunciara estos hechos el pasado 29 de julio, el ministro en funciones Grande-Marlaska firmó una rectificación de su orden y la oficina de coordinación con el Frontex pasó a depender de nuevo de la Dirección General de Relaciones Internacionales y Extranjería (que encabeza Elena Garzón, con Jaime Ramos como número 2) del Ministerio de Interior.
La rectificación de Marlaska entró en vigor el 16 de agosto, con su publicación en el BOE. Desde ese momento, la Guardia Civil ha podido acceder de nuevo a la información internacional suministrada por el Frontex.
Algo completamente indispensable, como muestra la evolución de los últimos datos publicadas por el propio Ministerio. Desde el pasado mes de enero, han entrado en España 18.745 inmigrantes irregulares (tanto por mar como por tierra), lo que supone un crecimiento del 3,3% respecto al mismo período del año pasado.
Pero las cifras más preocupantes son las que corresponden a la llegada de inmigrantes irregulares en patera a la Península y Baleares. Han llegado desde el mes de enero 634 pateras (un 9,1% más que el año pasado) con un total de 8.068 pasajeros a bordo (esta cifra se ha disparado un 37,1%).
Este incremento se ha compensado en parte con el descenso del flujo migratorio irregular en las Islas Canarias, donde ha descendido un 4,7% la llegada de inmigrantes irregulares (9.864 en lo que llevamos de año) en patera.
Pero también las alarmas han comenzado a dispararse en el archipiélago. La consejera de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, Candelaria Delgado, se reunió este jueves con la representante en España de Acnur, Sophie Muller, y advirtió de que se espera una "llegada importante de menores, mujeres y familias migrantes y refugiadas en las próximas semanas" a las islas, según ha informado Europa Press. "Canarias es frontera sur de Europa", recordó la consejera.
El incidente más grave este verano ha sido el registrado el pasado 10 de julio, cuando naufragó frente a las costas de Cabo Verde una gran embarcación que había zarpado desde Senegal con más de 100 inmigrantes de aquel país y que se dirigía a Canarias.
Después de que un pesquero español diera la alerta, 40 inmigrantes pudieron ser rescatados y siete fueron hallados muertos. La cifra de desaparecidos supera el medio centenar.
La decisión del ministro Fernando Grande-Marlaska de dejar a la Guardia Civil sin los informes y alertas del Frontex entorpeció la labor que desarrollan los agentes del instituto armado en la Operación Índalo y la Operación Minerva, ambas en coordinación con la Unión Europea.
Las 'pateras taxi'
La Operación Índalo se desarrolla en la costa española desde Alicante a Cádiz, con patrullas marítimas y medios aéreos para detectar la llegada de pateras. En los últimos meses se ha intensificado la presencia de las llamadas pateras taxi, especialmente en zonas como Almería y Cartagena.
Carecer de las alertas e informes de inteligencia del Frontex debilita extraordinariamente a la Guardia Civil para luchar contra este fenómeno, indican las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL.
En cuanto a la Operación Minerva, se desarrolla entre los puertos de Algeciras y Tarifa coincidiendo con la llamada Operación Paso del Estrecho (entre el 15 de junio y el 15 de septiembre), cuando se registra un intenso flujo de pasajeros entre la Península y el norte de África.
En el puerto de Algeciras, la Policía Nacional desarrolla las funciones de control de documentación y pasaportes (dentro de sus competencias de extranjería), mientras que la Guardia Civil mantiene la protección de las fronteras, también con medios aéreos y marítimos, con la colaboración de agentes del Frontex de diversas nacionalidades.
La Operación Poseidón
Pero la decisión de Marlaska de cerrar a la Guardia Civil el acceso a la información del Frontex también ha podido afectar gravemente a la labor de protección de fronteras que agentes españoles desarrollan, en misión internacional, en países como Italia (la Operación Themis) y Grecia (la Operación Poseidón).
Durante los últimos años, ambos países se han visto desbordados por la inmigración ilegal, en parte debido a conflictos bélicos como el de Siria. Agentes españoles de la Guardia Civil también participan en misiones internacionales de protección de las fronteras terrestres exteriores de la UE en países como Rumanía y Bulgaria (con medios como vehículos equipados con cámaras de visión térmica, para luchar contra el crimen transfronterizo).