El Supremo condena a un teniente a cuatro años de cárcel por masturbarse ante una soldado
Confirman la condena al militar del Ejército del Aire por abusar y acosar sexualmente a una subordinada, así como por maltratarla durante años.
16 diciembre, 2020 17:35Noticias relacionadas
La subordinada del teniente Corona se convirtió en su víctima casi desde el primer día en que entró en la escuela. En las instalaciones, de la Base Aérea del Ejército del Aire en Alcantarilla (Murcia), es preciso dirigirse a los superiores anteponiendo al inicio de la frase la escala militar. Se trata de una muestra de respeto que efectúan siempre los subordinados. En una ocasión ella se dirigió a él como "mi subteniente", sin embargo, pero el superior le aclaró el modo concreto en el que debía hablarle: “Para ti soy ‘tu Fernando”.
Fue solo el principio. Entre octubre de 2014 y marzo de 2016, el entonces subteniente Corona aprovechó un momento en que estaban solos en el despacho de la Secretaría de la Jefatura de Estudios. Allí comenzó a proferir hacia ella frases tales como "mira como me pones", "te gustaría comérmela".
Corona se tocaba el pene delante de ella, llegaba a masturbarse ante la víctima. Ella se oponía. Pese a su constante negativa, él continuaba con el acoso. En una ocasión llegó a tocarle exteriormente en los genitales. Una y otra vez, le proponía mantener relaciones sexuales y la amenazaba en caso de no acceder a ello.
Son solo algunos de los episodios del calvario que tuvo que soportar aquella mujer. Ahora, el Tribunal Supremo ha confirmado la condena de cuatro años y medio de prisión para este teniente del Ejército del Aire. Le encuentran culpable de los delitos de abuso sexual y acoso sexual a la subordinada. También le han hallado culpable de maltratarla en su oficina durante varios años, lo que en la práctica supondrá su expulsión de las Fuerzas Armadas.
En su sentencia, a la que ha podido acceder EL ESPAÑOL, la Sala de lo Militar del Supremo estima parcialmente el recurso de casación del teniente Fernando Corona, hoy en la reserva, contra la sentencia del Tribunal Militar Territorial Primero, de manera que reduce su condena de seis años y medio a cuatro años y medio de prisión por entender que uno de los delitos por lo que fue condenado está subsumido en otro.
Aun así, la condena es por abuso de autoridad en su modalidad de acoso y abuso sexual así como en su modalidad de trato degradante, inhumano o humillante, en concurso ideal con lesiones psíquicas.
Defensa, responsable
Los magistrados declaran al Estado -es decir, el Ministerio de Defensa- responsable subsidiario de la indemnización de 106.754 euros a la mujer por los 720 días de baja médica, secuelas y estrés postraumático, en caso de insolvencia parcial o total del condenado.
Corona no era un cualquiera. Formaba parte de lo que en el argot se conoce como ‘Olimpo paraca’, un término que se utiliza en la Base Aérea de Alcantarilla (Murcia). Contaba con ocho condecoraciones en su hoja de servicios en las instalaciones y era uno de los 15 paracaidistas que en el lejano año 1978 fueron seleccionados para fundar la unidad más laureada de las Fuerzas Armadas Españolas. Un hombre con medallas, con prestigio en su trabajo. Prestigio que usó para intimidar a su víctima cuando estaban solos.
El teniente llegó incluso a masturbarse delante de ella dentro de un coche, en el trayecto que ambos cubrieron el 14 de enero de 2016 al Hospital Militar de Cartagena. El suboficial había solicitado que la víctima fuese la conductora. Él se colocó en el asiento del copiloto. Aprovechó el viaje para proponerle desviarse a su casa de la playa en Los Alcázares.Quería mantener sexo con ella en aquel lugar. Ella se negó. Él se masturbó a su lado, en el interior del automóvil.
En la PAPEA están reunidos los mejores saltadores, capaces de lanzarse desde helicópteros o globos. Es el motor de la selección nacional de paracaidismo. La escuela posee más de 60 trofeos en competiciones internacionales, así como dos récords mundiales de figuras en formaciones en caída libre en 1991 y 1997. Y uno de ellos era el teniente en cuestión.
Consultado Antonio Suárez-Valdés, abogado de la militar acosada, asegura que la condena efectuada es "absolutamente ejemplar y ejemplarizante". "Marcará, en el futuro, como deban abordarse los casos sobre acoso y abusos sexuales que puedan surgir en el ámbito de las Fuerzas Armadas. La expulsión de los acosadores del Ejército, como la acordada en el presente caso, resulta absolutamente fundamental para terminar con esta lacra que periódicamente golpea las Fuerzas Armadas".
"Es la hora de que la Ministra de Defensa corrija el tremendo agravio causado a su representada cuando por su ministerio se declaró que su patología psiquiátrica no había acaecido como consecuencia de su servicio, declaración esta que ha sido radicalmente contradicha por la sentencia del Tribunal Supremo". Resulta urgente, asegura, su corrección inmediata.
Cárcel y orden de alejamiento
El Supremo impone al teniente cinco años de libertad vigilada al cumplir la pena de prisión y la prohibición de comunicarse, acercarse a menos de 500 metros, frecuentar los lugares donde esté la víctima y residir en el mismo lugar que ella durante otro cinco años.
Esta situaciones provocaron que la soldado tuviera que cogerse una baja médica por "trastorno de ansiedad". Las consecuencias: "somatizaciones", "problemas gastrointestinales", "estrés post-traumático". Este síndrome se le cronoficó de tal modo que ahora continúa necesitanto tratamiento psiquiátrico, psicológico y farmacológico.