España volvía a ser de izquierdas y Ferraz, roja. Cientos de banderas con las siglas socialistas ondearon en la medianoche de este 28 de abril en la calle donde el PSOE tiene su sede. Tras 11 años, el PSOE volvió a ganar las elecciones y muchos militantes y votantes corrieron a la sede del partido, donde el fundador, Pablo Iglesias Posse, falleció hace casi un siglo. Muchos se abrazaban, otros lloraban. Algunas banderas de España y algunas LGTBI. Tres años después del susto de Podemos, que casi supera al PSOE, quienes cantaron ¡"sí se puede!", y con fuerza, fueron los socialistas.
Sobre todos esos esos gritos sobresalió uno: "Con Rivera, ¡no!". Fue el más sostenido en el tiempo mientras Pedro Sánchez, sin un atisbo de emoción, hacía su discurso de la victoria. El grito recordó al "¡No nos falles!" que en marzo de 2004 Ferraz le gritó a José Luis Rodríguez Zapatero tras las elecciones en las que la izquierda se impuso, tres días después de los atentados del 11-M.
Los cientos de personas que acudieron a Ferraz gritaban con fuerza que no querían que el PSOE pactase con Ciudadanos. Sus escaños, sumados, superan ampliamente la mayoría absoluta y ofrecen una innegable garantía de estabilidad al país. "Creo que ha quedado claro, ¿no?" respondió Sánchez cuando los socialistas se habían desahogado. No aclaraba el líder del PSOE si lo que quedaba claro era lo que pensaba la calle o si él compartía ese planteamiento.
Sánchez no descartó en ningún momento pactar con Ciudadanos. Es más, aseguró que negociará "teniendo la mano" a todos los partidos con el respeto a la Constitución como "única condición". "Con Rivera, ¡no!", volvieron a gritarle. "Ya os he escuchado", respondió Sánchez, no muy cómodo con el clamor popular.
No tan lejos de allí, el líder de Ciudadanos, que sube 25 escaños hasta los 57, celebraba su ascenso y que se ha quedado a nueve escaños del PP. Albert Rivera se reivindicó como "líder de la oposición".
"Hemos hecho que pase y con ello ha ganado el futuro y ha perdido el pasado", ha dicho Sánchez, asegurando que España lanza un mensaje a Europa y al mundo de que sí se puede derrotar a la ultraderecha.
En otro momento, los militantes gritaron "¡sí se puede!", un lema con ironía, ya que es un fetiche de de Unidas Podemos. En otro momento, "no es no" se escuchó en Ferraz. Sánchez tiene muchas referencias y la calle le presiona. Pero aún tiene varias cartas que jugar.
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