Miguel Urbán: "Podemos debe tener un pie en los parlamentos, pero mil en la calle"
- "Rita Maestre es moderada y nos resta antagonismo con el PSOE" / "Nuestro mayor pecado fue convertirnos en partido" / "Debemos dar miedo a los poderosos".
No le gusta el juego de los rostros, pero el suyo es una foto panorámica de Podemos. Regentó la librería que albergó las charlas germinales. Aquellos primeros círculos que lo eran sin saberlo. Tras la irrupción, trabaja como eurodiputado. Miguel Urbán llega a Lavapiés con la mochila puesta. Dentro, un viaje que termina y otro que empieza. El garito de su amigo Uri está lleno y una taberna castiza una esquina más allá acoge la entrevista. El barrio saluda ruidoso al viernes.
Licenciado en Historia, encabeza la corriente anticapitalista de la formación. Recién sellada la alianza con Pablo Iglesias de cara a las primarias en Madrid, aborda las diferencias que separan a unas familias de otras, aunque evita utilizar este término. Sin ambages, coloca un debate sobre la mesa: calle o instituciones. Él apuesta por tener un pie en los parlamentos, pero mil fuera. Al ‘errejonismo’ lo ve moderado y cree que les resta antagonismo con el PSOE. Prefiere empoderar a seducir. En el particular Juego de Tronos que estructura la organización, les llaman los “Stark”. Quizá por aquello de vivir en el norte, cerca del muro y haber ‘peleado’ a la intemperie.
¿Existe el debate entre calles e instituciones en el seno de Podemos?
Es público, ¿no?
Pero tanto la corriente más afín a Iglesias como la más cercana a Errejón aseguran que esa polarización no existe. Ustedes sí que lo exteriorizaron en su última asamblea.
Anticapitalistas reconoce los debates y los normaliza. A veces jugamos demasiado con argumentarios. Desnaturalizamos la discusión política, y también el periodismo. Nosotros no funcionamos así. Si hay un debate, se afronta. Dicho esto, la discusión entre calle e instituciones no se da sólo en Podemos. Es algo tan viejo como la calle y las instituciones. Sería absurdo que no sucediera en nosotros, cuando hemos tenido una entrada masiva en los parlamentos viniendo de las plazas.
¿Qué lleva a sus compañeros a no exteriorizar ese debate en las entrevistas o ruedas de prensa?
No estoy tan de acuerdo, mira las redes sociales. Incluso se ha magnificado. En cualquier caso, no entiendo a quien no lo haga. El problema es que a veces se caricaturiza, es decir; se contempla como una elección exclusiva y no es así. Se trata de poner el peso y la lealtad en un sitio u otro.
¿Le duele que sus compañeros eviten abordar esta dicotomía?
No. Lo que me fastidiaría es que no se diera el debate. Pero se está produciendo. Tanto en bares, como en medios de comunicación o asambleas.
Usted formó parte de la creación del partido. ¿A Podemos le han sentado mal las instituciones?
¿A quién no le sientan mal? Hay elementos que no nos han ido bien. Normalmente, las instituciones están para retirar a una persona del colectivo y los intereses que representa. Lo veo cada día en el parlamento europeo. Entro por una puerta distinta a la del resto de los trabajadores, hay una cafetería sólo para diputados… Debemos tener un pie en las instituciones, pero mil fuera. Esa es la mejor vacuna.
Mucha gente le habrá echado en cara ser eurodiputado y enarbolar estos argumentos. ¿Es contradictorio lo que usted propone con el puesto público que ostenta?
¿Quién no vive con contradicciones? Otra cosa es hacer algo para combatirlas. Yo no sólo intento cumplir con mi actividad parlamentaria, sino que hago el cuádruple de esfuerzo en mis labores como activista. Hay gente que cree que ganar es tener mayoría en un parlamento, pero yo no lo creo. Ganar es lograr una victoria social, que luego conlleve un triunfo electoral. Los procesos no son mecánicos. El 15-M fue un logro social y poco después ganó el PP las elecciones. Una victoria en las urnas no permitirá cumplir nuestro programa por sí sola. Por eso, en anticapitalistas hablamos de construir un movimiento popular. No quiero seducir a la gente, sino empoderarla.
¿Qué ha hecho mal Podemos?
Convertirnos en partido fue nuestro pecado original.
¿No quería que fuera un partido?
No tal y como entendemos los partidos en España. Un partido no significa tener un CIF y presentarse a las elecciones. Nacimos como movimiento, a pesar de poder tener papeletas electorales. Hablo de la concepción del instrumento político. Ser partido te hace menos permeable y te ancla.
Los afines a Iglesias en Madrid han sellado una alianza con ustedes. ¿Esto significa un viraje a la izquierda del secretario general?
Todos coincidimos en que Vistalegre ha quedado obsoleto. Errejón también lo piensa y habla de construir un movimiento popular, eso no lo decía hace un año. No es que Pablo haya virado. La realidad es tozuda. La mayoría de la gente comprende este punto.
Reformulo la pregunta. Hablo del viraje a la izquierda porque en los documentos pactados se menciona “disputar la hegemonía en los extremos”. También se rechaza de antemano acordar gobiernos con el PSOE. La candidatura afín a Errejón dice lo contrario, habla de aliarse en función de las circunstancias.
El PSOE a día de hoy posibilita que Rajoy y el PP de la Gürtel formen gobierno, no es que estén un poquito más a la derecha. Han mutado. No estamos en contra de los acuerdos con Ferraz, sino de los acuerdos subordinados a ellos y en minoría. No entraremos si somos minoría. Les votamos la investidura para que no gobierne el PP a cambio de algunas propuestas, pero nada más que eso. En último término, decidirán los inscritos en una consulta.
Conoce bien a Iglesias y Errejón. ¿En qué se diferencian?
Les conozco desde hace más de quince años. Representan diferentes almas que existen en Podemos, y esto no significa que sean todas. Somos un movimiento mucho más plural. A los dos les une una lectura del momento político que vivimos. Las diferencias se dirimen en debates y esto se magnifica como si fuera un divorcio, algo que es absurdo. Yo me he enfrentado con ambos de forma muy dura en lo político, y mantenemos el aprecio que sentimos los unos por los otros.
Pero, ¿cuáles son las diferencias políticas que les separan?
Es que no son diferencias de ideología, sino de cuestiones concretas. Lo hemos hablado antes. Se ha comentado mucho aquello de dar miedo o seducir.
¿Esa simplificación es correcta? ¿Iglesias quiere dar miedo y Errejón seducir?
En eso estoy con Pablo. Podemos debe dar miedo a los poderosos. No se puede contentar a todo el mundo. Hay gente a la que no cabe seducir. Somos otra cosa. Lo he dicho antes, yo apuesto por empoderar. Diferencias tiene el PSOE, lo nuestro son debates abiertos.
¿Está muy lejos de Errejón políticamente?
Lo que dice Pablo, sin ser del todo lo que yo creo, se acerca más al Podemos que quiero.
Si el debate se ensancha todavía más, ¿cree posible una escisión en Podemos?
No, no contemplo un Podemos sin la gente que hay ahora mismo. Debemos construir un movimiento de masas que represente plenamente las posturas de Pablo, las de Iñigo, las anticapitalistas y todas las demás. No tenemos miedo al pluralismo.
Podemos es uno de los partidos con más mecanismos de democracia interna, pero al mismo tiempo constituye una de las organizaciones más mesiánicas.
Pero cada vez menos. Ciudadanos, por ejemplo, es mucho más dependiente de su producto de marketing, Albert Rivera. Cuando nació Podemos, Pablo era la única cara conocida. Esto ha cambiado, fueron saliendo Iñigo, Monedero… y mucha más gente. Debemos construir una organización en la que nadie sea imprescindible.
¿Rita Maestre le parece moderada?
Sí.
¿Por qué?
Por algunas de sus últimas expresiones vinculadas al debate entre la calle y las instituciones. Ponen más énfasis en el parlamento. Esa primacía aporta moderación y nos hace perder antagonismo con el Madrid de Cifuentes y del PSOE. Claro, hay algo muy importante. Ellas no creen aportar moderación. La objetividad no existe.
¿Rita Maestre les resta antagonismo con el PP?
Con el PSOE. Con esto no pretendo descalificarla. Su postura es tan legítima como la mía. De hecho, su candidatura me pareció una idea magnífica, que contribuye a clarificar el debate que existe en el partido. Lo que me pareció raro fue el tándem con Tania Sánchez.
¿Por qué?
La gente que va con Rita dimitió del consejo ciudadano por incompatibilidades con Miguel Vila, que ahora está con ellos. Es muy raro.