Esperanza Vera, de Bokatas a Hogar Sí: "Las vidas de quienes están en la calle me movilizan"
Después de cuatro años "emocionalmente agotadores" la madrileña cuenta que está "cargando las pilas para volver al terreno" cuanto antes.
31 agosto, 2024 02:01Cuando hace tres años ENCLAVE ODS vio la luz, Esperanza Vera (Madrid, 1993) fue una de las primeras jóvenes en 'unirse' a nuestro vertical. Por aquel entonces, llevaba cuatro años como presidenta de la Asociación Bokatas, y una década como voluntaria. Así, en 2021, se convirtió en una de nuestras primeras referentes —la segunda, en realidad, pues representaba al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 2, sobre hambre cero—.
Su labor en Bokatas tenía tanto de lucha contra el sinhogarismo como de asegurarse de que quienes vivían en la calle tuviese algo que llevarse a la boca. Pero también de acompañamiento, especialmente, contaba hace tres años, en los procesos finales de vida. Porque, como recordaba, "el hambre es un síntoma del sinhogarismo", pero el verdadero "problema de exclusión social". Y en ello se centró.
De aquel periodo de su vida se queda con los aprendizajes que, dice, forman parte de "la Espe" que es hoy. Aunque, "sin duda, lo más valioso son las relaciones con personas forjadas durante años de acompañamiento mutuo", indica. Y aunque lamenta que "el sinhogarismo se haya cobrado la vida de una parte de estas personas", son "importantes" para ella.
Un año después de nuestra última conversación dejó "formalmente" la asociación a la que llevaba, de manera "siempre voluntaria", dedicándole más de una década. "Era el momento de afrontar retos distintos y de que otras personas la liderasen, aportando nuevas perspectivas", cuenta ahora a ENCLAVE ODS | EL ESPAÑOL. Y asegura que es una fiel creyente de los "ciclos de cambio" en las organizaciones, pues dice que son "muy saludables".
Atajar el sinhogarismo
Ya por aquel entonces, cuando era voluntaria y presidenta de Bokatas, trabajaba en Hogar Sí, oenegé que lucha para erradicar el sinhogarismo en España. Y allí ha estado hasta este 2024. "Los dos primeros años desempeñé el puesto de técnica de acompañamiento en las empresas de inserción de la entidad, y los dos últimos realicé un puesto de coordinación en el proyecto Itinerarios para la Inclusión", cuenta Vera.
El objetivo de este último proyecto en el que ha participado Vera no era otro que "demostrar a través de una evaluación de control aleatorizada los mejores resultados del empleo personalizado en comparación con los itinerarios tradicionales", cuenta. Pero, ¿qué es eso del "empleo personalizado"?
La madrileña lo explica: se trata de "una metodología centrada en la persona cuyo objetivo es acompañar al individuo en situación de sinhogarismo en la búsqueda de empleo, partiendo y respetando siempre lo que cada persona quiere".
En este modelo, cuenta, es el propio programa el que se adapta a la persona sin hogar y no a la inversa. El recorrido no está preestablecido. Además, dice Vera, "se prestan apoyos no solo en la búsqueda de empleo, sino que también se pone foco en el mantenimiento del mismo".
Cuenta de Itinerarios para la Inclusión que aprendió "muchísimo". Y afirma: "Estoy convencida de que el empleo personalizado es un camino para facilitar la salida de situación de calle". Vera confiesa que le "da esperanza conocer metodologías y modelos que funcionan", porque eso significa que sí hay una salida al sinhogarismo. Y admite: "En este proyecto, seguí escuchando historias y acompañando casos y observando cómo la calle acaba con las vidas".
Tiempo de descanso
El trabajo que Vera lleva desempeñando desde 2020 es, sin duda, retador y puede llegar a hacer mella a nivel emocional. Por eso, cuenta que en marzo de este mismo año, tras acabar el proyecto Itinerarios para la Inclusión, decidió "tomar un tiempo de descanso".
Y es que la madrileña confiesa que se sentía "agotada física y emocionalmente, necesitaba parar". Eso sí, admite que este no fue "una decisión fácil" y tampoco han sido "meses sencillos". La verdad, dice, es que se le "había olvidado cómo se descansaba".
"Ver cómo las personas sufren las injusticias del sistema, cómo las cifras del sinhogarismo crecen, trabajar en un entorno en el que, en muchas ocasiones, escasean los recursos cuando más se necesitan, ha tenido un impacto en mi salud", lamenta.
Aunque reconoce que, "desgraciadamente" no es la única: "En mi entorno varias personas han sufrido y sufren de burnout". Es decir, padecen un agotamiento mental que se produce cuando alguien se siente emocional, física o mentalmente exhausto por el trabajo.
Vera dice sentir que "es importante poner en valor el trabajo de las personas que acompañan situaciones de extrema vulnerabilidad, facilitar más espacios de cuidado y dotar de mayores recursos económicos y humanos". Porque, recuerda, "cuando apoyas procesos de personas es fundamental estar bien".
Y concluye: "Si me preguntáis qué estoy haciendo ahora mismo, mi respuesta sería cuidarme, descansar y recargar las pilas para volver al terreno. Las vidas de las personas que están en situación de sinhogarismo y las que ya se han ido me movilizan".