Hace 20 años, llegué a España desde mi Argentina natal y aquí sigo, disfrutando de este maravilloso país junto a mi familia. Durante este tiempo, he descubierto el verdadero valor del aceite de oliva, no solo por su exquisito sabor en nuestros platos y por sus propiedades saludables, sino también por su capacidad de promover prácticas sostenibles y proteger el origen y la cadena de valor en el mundo de la gastronomía.
Es esencial destacar la importancia de productos como el aceite de oliva, un pilar fundamental de la dieta mediterránea, reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Promover la sostenibilidad de este producto implica proteger su origen y su cadena de valor mediante prácticas respetuosas con los ciclos naturales y que preserven la biodiversidad de los olivares
Este producto, con su historia arraigada en las tierras mediterráneas, nos brinda la oportunidad de mantener viva la tradición ancestral de su cultivo y producción. Por ello, es esencial implementar prácticas sostenibles en cada etapa, desde la plantación de los olivos hasta la extracción y el envasado del aceite. En definitiva, cuidar lo que cuida de nosotros, ya que solo de esta manera podemos asegurar una producción respetuosa con el medio ambiente y socialmente responsable.
Para ello, es crucial involucrar a todos los actores implicados de la cadena alimentaria; desde los agricultores comprometidos con la agricultura regenerativa hasta los chefs que seleccionan cuidadosamente los ingredientes en sus cocinas. Todos somos responsables y juntos debemos fomentar la colaboración y el intercambio de conocimientos para avanzar hacia prácticas más sostenibles que garanticen un futuro saludable a las próximas generaciones.
Como directora de Marketing y Sostenibilidad de una compañía embajadora del aceite de oliva en el mundo, entiendo que tenemos una responsabilidad con el consumidor en la lucha contra el cambio climático. Cada vez más personas nos preocupamos por la procedencia de los alimentos que consumimos y exigimos transparencia y honestidad en la cadena de suministro.
El aceite de oliva, con su rica historia y propiedades nutricionales, se encuentra en una posición privilegiada para satisfacer estas demandas. Debemos ser capaces de comunicar de manera clara los valores sostenibles asociados al aceite de oliva, estableciendo así una relación de confianza con los consumidores y fortaleciendo la conexión entre la producción y el consumo responsable.
Además, quiero destacar la importancia de la cocina casera en nuestras vidas como transmisora de valores para las nuevas generaciones. A través de nuestras preparaciones culinarias, transmitimos tradiciones, conocimientos y amor por la buena comida a nuestros seres queridos.
La cocina casera no solo nos permite controlar los ingredientes que utilizamos, sino que también fomenta el consumo responsable y la conexión con nuestros orígenes culinarios. Cada plato que preparamos en casa es una oportunidad para enseñar a nuestros hijos y nietos sobre la importancia de la alimentación saludable, el respeto por los productos locales y la valoración de la cultura gastronómica de nuestras raíces.
Por tanto, recordemos que cada vez que cocinamos en casa, promovemos prácticas sostenibles. Nuestros platos reflejan nuestra dedicación y pasión por la gastronomía sostenible y de esta forma, aprovechamos el poder del aceite de oliva para, además de deleitar nuestros paladares, preservar nuestro planeta para las generaciones venideras.
***María Martha Luchetti es directora global de Marketing y Sostenibilidad en Deoleo.