La igualdad de género implica que todas las personas, independientemente de su identidad de género, tengan los mismos derechos, recursos y oportunidades y sean tratadas con el mismo respeto en todos los aspectos de la vida cotidiana: trabajo, salud, educación y dinero.
Según el Índice Europeo de Igualdad de Género presentado en 2022, España ocupa el sexto lugar con una puntuación de 74,6 sobre 100, lo que supone un ligero incremento del 0,9 con respecto a 2019 y un 8,2 con respecto a 2010. Y es cierto que, en la última década, se han dado ya algunos pasos para que la igualdad de género sea un derecho fundamental y uno de los fundamentos esenciales de cara a construir un mundo más igualitario y sostenible.
Dámaris, Eva María, Estefanía y Juana son los nombres de las cuatro protagonistas de mi primer largo documental Donde el viento te lleve, que se estrena esta primavera. Todas ellas, hoy, pueden decir con orgullo que han alcanzado sus sueños, y todas quieren visibilizar su historia para dar luz a los sueños de las demás.
El largometraje narra la historia de estas cuatro mujeres dolientes, guerreras, invencibles y heroínas. Mujeres que, con persistencia, supieron superar las adversidades, luchar contra sus miedos y fantasmas, superar la frustración, caerse y volver a levantarse, hasta elevarse y llegar a significarse en mi documental como uno de los cuatro elementos de la naturaleza: agua, tierra, fuego y aire. La historia de cada una de ellas se funde con cada uno, y los cuatro se interrelacionan entre sí, dando forma al documental y a la propia vida.
Dámaris, bailarina de danza neoclásica y mujer de color, representa el aire. Como el elemento, supo hacerse etérea para estar en todas partes y fue en ella donde descubrió que el baile es amor, es tristeza, es pasión y es perseverancia. En el documental nos cuenta que “hay que disfrutar cada día del camino y, de vez en cuando, volver con nostalgia la cabeza atrás para maravillarse con lo alcanzado”.
Eva María, modelo curvy profesional, representa el fuego. Tal como este elemento, ella es una mujer combustible, reivindicativa y llena de emociones. Su cabeza bullía cuando de niña quiso convertirse en modelo internacional al ver en un catálogo de Mango a una jovencísima Claudia Schiffer. Siempre supo que no lo tendría fácil porque su cuerpo tenía unas medidas diferentes a las que buscaba la industria en aquel momento; pero lejos de venirse abajo, lucho, se formó, viajo al extranjero y con una fotogenia apabullante como aliada, se propuso derribar los estándares de la moda.
No fue fácil, pero como ella expresa en el documental, “las normas están para cambiarse”. Detrás de todos sus logros hay lágrimas, muchísimo esfuerzo y perseverancia. Y tal como ella recomienda, hay que escuchar nuestro interior y seguir tu propia brújula. “El camino es largo, pero al final del túnel siempre hay luz”.
Estefanía, actriz y especialista de cine de acción, representa la tierra, que es hogar y la superficie sólida sobre la que entrena su físico hasta condiciones extremas para doblar escenas de riesgo. Su carácter enérgico, y a la vez sereno, es el tándem perfecto para este tipo de actividad.
En el documental nos cuenta cómo es esta profesión compleja y exigente que requiere de constante preparación, ya que la improvisación no existe, podría tener fatales consecuencias. Estefanía ha luchado por conseguir su sueño, que nunca tuvo fácil, pues tal como nos narra, su vida ha estado llena de subidas y bajadas.
Y, por último, cierro el documental con la historia de Juana, diseñadora de moda de alta costura en París y gitana, que para mí representa el agua, un símbolo con el que la asocio por su transparencia y nitidez.
Juana es una mujer autodidacta, que creció entre retales de telas y que ha alcanzado el olimpo de la alta costura al ser la primera mujer española en desfilar en la pasarela de París. Ella cuenta como la tradición y los valores gitanos han sido los cimientos de su persona y de su carrera profesional y cómo la motivación personal fue el motor con el que proponerse conseguir una sociedad sin barreras con igualdad de oportunidad para todos.
Todas ellas han hecho que Donde el viento me lleve sea una oda al esfuerzo en pro de los sueños, cuyas historias, además de cautivar, inspiran a cualquiera que las vea.
***Ana Cristina Prieto, autora de este artículo y directora del documental Donde el viento me lleve