El glaciar del fin del mundo, como se conoce comúnmente al Thwaites, se derrite lentamente. Y lleva haciéndolo desde los años 40 del siglo pasado. Así lo ha determinado un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) que alerta de las implicaciones que tendría para el futuro del planeta si este ritmo siguiese manteniéndose.
[Groenlandia 'tirita' de miedo: su capa de hielo se ha perdido en 5.091 km2 desde 1985]
Hasta el momento, se sabía que este glaciar llevaba perdiendo hielo de forma acelerada desde la década de 1970. Ahora, tras analizar sedimentos marinos extraídos del suelo oceánico de la zona de la Antártida en la que se sitúa, se ha determinado que la pérdida masiva de superficie helada empezó hace 8 décadas.
Tal y como explica el educador ambiental Bill Nye, conocido como the science guy (o el tipo de la ciencia), en la CNN, "si este glaciar llegase a derretirse por completo y cayese en su totalidad al mar, sus consecuencias serían catastróficos". De ahí, precisamente, que el glaciar Thwaites reciba el sobrenombre de el del fin del mundo.
Con una extensión similar a la del estado de Florida en Estados Unidos, esta masa de hielo es la más extensa del planeta. En concreto, mide cerca de 120 kilómetros y se sitúa en el borde occidental del continental. Si se derritiese por completo, afirma Nye en la cadena de televisión estadounidense, "buena parte de la costa acabaría bajo el agua".
Todo comenzó con El Niño
El equipo que ha investigado los orígenes de la pérdida de hielo de este glaciar afirma que su deshielo lo precipitó un fenómeno de El Niño "inusualmente extremo" que calentó la Antártida occidental. Desde ese momento, esta roca de hielo no se ha recuperado, según el estudio, en gran parte debido al calentamiento global causado por el ser humano.
En la actualidad, aseguran los autores del texto, el deshielo de este glaciar contribuye al 4% del aumento mundial del nivel del mar. Y también deja claro que, en general, como reproducen en Europa Press, "el retroceso en la zona de anclaje de los glaciares, o el área donde estos pierden contacto con el fondo marino y comienzan a flotar, se debió a factores externos".
Porque, como concluye el estudio, los cambios en el glaciar del fin del mundo no son exclusivos ni se limitan solo a esta masa de hielo. Más bien, forman parte de un contexto más amplio de un clima cambiante. Y es que los resultados de este estudio coinciden con trabajos previos que indagaron en el retroceso del glaciar Pine Island.
Por tanto, aseguran los autores, "el hallazgo de que tanto el glaciar Thwaites como el Pine Island comparten una historia común de adelgazamiento y retroceso que corrobora la opinión de que la pérdida de hielo en el sector del mar de Amundsen de la Antártida occidental está controlada predominantemente por factores externos". Esto, indican, "implica cambios en la circulación oceánica y atmosférica".
Un impacto global
Pero ¿por qué es tan importante lo que le ocurra a este glaciar en concreto? Como su propio sobrenombre indica, su colapso provocaría una verdadera tragedia en las costas de todo el mundo. Su impacto, afirma el estudio, sería global.
Más allá del ya mencionado 4% de incremento en el nivel del mar, Thwaites escupe al océano miles de millones de toneladas de agua y hielo al año. Si acabase por derretirse, el nivel del mar podría aumentar más de 60 centímetros, cifra que parece anecdótica, pero que significaría que islas como Cuba desapareciesen.
Y no solo eso:el glaciar del fin del mundo actúa como un muro de contención de la capa de hielo del occidente antártico. Si se desprendiese, dice el estudio, toda la estabilidad de la zona se pondría en jaque. Si esto ocurriese, el nivel del mar se elevaría hasta 3 metros con "implicaciones catastróficas".
"La verdadera tragedia sería que toda esa gente que viven en zonas de costa tendría que abandonar sus hogares, pero ¿a dónde irían?", lamenta Nye en la CNN. Y explica que el deshielo y la subida del nivel del mar no ocurriría "de golpe", sino que "sucedería lentamente, pero acabaría ocurriendo lo suficientemente rápido como para provocar grandes movimientos de personas".