El Ártico podría vivir su primer verano sin hielo a lo largo de la década de 2030 si las emisiones de gases de efecto invernadero no se reducen drásticamente, según advierten científicos internacionales en base a las últimas imágenes satelitales de la NASA y la ESA. Este nuevo descubrimiento adelanta una década el deshielo proyectado para la década de 2040 del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) en su informe de 2021.
El estudio, publicado el pasado martes en la revista científica Nature Communications, descubrió que incluso si el mundo realizara recortes significativos en la contaminación que genera el calentamiento global, el Ártico aún podría verse sin hielo durante los veranos para la década de 2050.
Lo más preocupante de este hallazgo es que hemos llegado a un punto de no retorno. La anterior proyección del IPCC había concluido que el Ártico no perdería todo su hielo si se redujeran drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y se limitara el aumento de la temperatura global media a 2 grados centígrados.
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“Nos sorprendió descubrir que habrá un Ártico sin hielo en el verano, independientemente de nuestro esfuerzo por reducir las emisiones, lo cual no se esperaba”, afirmó Seung-Ki Min, autor principal del estudio y profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pohang (Corea del Sur) a la CNN.
Un desastre provocado por el humano
Tras analizar los cambios que se han producido en el Ártico desde 1979 hasta 2019, mediante la comparación de diferentes datos satelitales y modelos climáticos, los científicos encontraron que el 90% del derretimiento es el resultado de la acción humana y los factores naturales explican el resto.
“Desafortunadamente, se ha vuelto demasiado tarde para salvar el hielo marino del verano del Ártico”, lamentó al diario británico The Guardian el profesor Dirk Notz, de la Universidad de Hamburgo, uno de los científicos que participaron en el proyecto. Y añadió: “Los humanos realmente tienen la culpa de casi toda la pérdida de hielo marino del Ártico que hemos estado observando”.
En las últimas décadas, el Ártico se ha calentado cuatro veces más rápido que el resto del mundo, tal y como demostró un estudio de 2022. Según la NASA, la extensión del hielo marino del Ártico en verano se está reduciendo en un 12,6% por década como resultado del calentamiento global.
Unas consecuencias desastrosas
Las consecuencias, afirman los investigadores, pueden ser absolutamente devastadoras. El hielo ártico se acumula durante el invierno y luego se derrite durante el verano, alcanzando normalmente sus niveles más bajos en septiembre, antes de que el ciclo comience de nuevo.
La pérdida de este proceso podría traer efectos en cadena en todo el planeta. El hielo blanco refleja la energía solar lejos de la Tierra. Y cuando se derrite, el océano absorbe más calor y provoca un calentamiento adicional en un proceso de retroalimentación conocido como amplificación del Ártico.
“El impacto más importante para la sociedad humana será el aumento de los eventos climáticos extremos que estamos experimentando ahora, como olas de calor, incendios forestales e inundaciones”, explicó Min a The Guardian. Y, por ello, pide que se reduzcan las emisiones de una forma más ambiciosa y prepararnos concienzudamente para adaptarnos al calentamiento ártico y sus impactos sobre la sociedad humana y los ecosistemas.
“Podemos considerar el hielo marino del Ártico como el sistema inmunológico de nuestro cuerpo que lo protege de las cosas dañinas”, advirtió Min. “Sin el protector, la condición del Ártico irá de mal en peor rápidamente”.
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