El verano pasado, en Groenlandia, se produjo uno de los hitos geográficos más importantes. Un grupo de exploradores polares descubrió la punta de una montaña de unos 30 metros de altura que estaba emergiendo del hielo. La disminución de la capa helada es la que hizo aflorar este accidente natural.
De algún modo, es la imagen de la alarma que se está viviendo en las regiones polares como consecuencia del calentamiento global. El estudio que se publica hoy en Nature, así lo demuestra. Según este trabajo, Groenlandia vive los años más cálidos de los últimos 1.000 años.
Para ello, María Hörhold y sus colegas volvieron a perforar núcleos de hielo de cinco de los sitios analizados para reconstruir las temperaturas del centro-norte de Groenlandia entre 1100 y 2011. Así, descubrieron que, en promedio, la temperatura reconstruida en la última década analizada (de 2001a 2011) fue 1,7 grados más cálida que la del período 1961-1990, y 1,5 grados mayor que la del siglo XX en su conjunto.
Los investigadores señalan que en este aumento de las temperaturas puede existir una variabilidad natural, pero subrayan que no hay duda de que existe una tendencia de calentamiento a largo plazo aparente desde el siglo XVIII como resultado del cambio climático antropogénico.
La capa de hielo de Groenlandia juega un papel fundamental en el sistema climático global. Con enormes cantidades de agua almacenada en el hielo (alrededor de 3 millones de kilómetros cúbicos), el derretimiento y el aumento del nivel del mar resultante se considera un punto de inflexión potencial. Y es que para las tasas de emisiones globales no mitigadas, se prevé que la capa de hielo contribuya con hasta 50 centímetros al nivel medio global del mar para 2100.
Hasta lo publicado hoy por Nature, la influencia del calentamiento global en las partes elevadas de hasta 3.000m de la capa de hielo seguía sin estar clara por la falta de datos. No obstante, con las últimas informaciones reveladas hay evidencia clara de que los efectos del calentamiento global han llegado a las áreas remotas de gran altitud del centro-norte de Groenlandia.
Maria Hörhold, glacióloga del Centro Helmholtz para la Investigación Polar y Marina (AWI) y autora principal del estudio, analizó junto con su equipo la composición de isótopos en núcleos de hielo poco profundos recolectados en el centro-norte de Groenlandia durante varias expediciones.
Las temperaturas se reconstruyeron mediante el uso constante de un solo método para todo el registro en el laboratorio: medir las concentraciones de isótopos estables de oxígeno dentro del hielo, que varían con las temperaturas que prevalecen en los momentos de formación del hielo.
Como explican los autores, los estudios anteriores tuvieron que basarse en una variedad de archivos climáticos diferentes y combinar los resultados para reconstruir la temperatura, introduciendo incertidumbres mucho mayores en la evaluación de la variabilidad natural.
Epicentro de calentamiento en el Ártico
Además de la temperatura, el equipo reconstruyó la producción de derretimiento de la capa de hielo y hallaron que ha aumentado sustancialmente en Groenlandia desde la década de 2000. Ahora contribuye significativamente al aumento global del nivel del mar.
Hörhold apunta que les sorprendió ver lo conectadas que están “las temperaturas del interior con la escorrentía de agua de deshielo en toda Groenlandia, que, después de todo, ocurre en áreas de baja elevación a lo largo del borde de la capa de hielo cerca de la costa". Los nuevos hallazgos permiten una mejor comprensión de la dinámica de derretimiento de la capa de hielo en el pasado mejora las proyecciones del aumento futuro del nivel del mar relacionado.
Asimismo, otro de los hallazgos importantes del estudio es que el clima de la capa de hielo de Groenlandia está en gran medida desacoplado del resto del Ártico. "Nuestra reconstrucción ahora ofrece una representación sólida de la evolución de la temperatura en el centro de Groenlandia, que ha demostrado tener una dinámica propia", asegura el profesor Thomas Laepple, investigador climático de AWI y coautor del estudio.
Para los autores, la razón detrás de esto puede ser que la capa de hielo tiene varios kilómetros de espesor y debido a su altura, Groenlandia se ve más afectada por los patrones de circulación atmosférica que otras partes del Ártico.