
Niños junto a escombros en Kiev, Ucrania, tras un ataque ruso. Reuters
Menores desprotegidos, pérdida de terreno y más refugiados: el coste de la retirada de apoyo militar de Trump a Ucrania
Más allá del precio a pagar a nivel armamentístico, esta estrategia política del presidente de los EEUU esconde una profunda dimensión humanitaria.
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Han pasado siete días desde que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la retirada de apoyo militar a Ucrania tras la poco ortodoxa reunión que tuvo lugar en la Casa Blanca con el líder del país eslavo, Volodímir Zelenski.
Esta estrategia de presión política, que dejó a Europa durante unos instantes en estado de shock y puso a Ucrania contra las cuerdas, hacía prever que los acontecimientos se iban a suceder de cara a una posible declaración de paz con Rusia.
Sin embargo, el pasado martes 11 de marzo amanecimos con la noticia de que Ucrania había cometido el mayor ataque aéreo sobre terreno del presidente ruso, Vladímir Putin, desde que dio comienzo la Guerra, en lo que parecía ser toda una declaración de intenciones.

Reuters Washington
Fue apenas unas horas antes de que los emisarios de Zelenski y Trump se reunieran para hablar de tregua aérea en Arabia Saudí. Pero mientras estos hechos ocurren concatenados, y con la sombra de una tregua que parece estar a punto de cocinarse, siguen las conversaciones de una negociación en la que el precio siempre lo pagan otros.
Pol Bargués, coordinador de investigación del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), hace balance del coste humanitario que supone la estrategia de presión de Trump a Ucrania para ENCLAVE ODS. Habla, además, de menores desprotegidos, una mayor ocupación por parte de Rusia y un aumento en la cifra de desplazamientos de refugiados y civiles que huyen de las zonas de conflicto.
1.600 millones menos
"La primera afectación la vemos cuando Trump retira los fondos humanitarios que concedía a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)", comienza Bargués. A través de este organismo, el país norteamericano destinaba solamente para el amparo de menores 1.600 millones de dólares. "Se pasa por alto, pero es una consecuencia muy importante", recalca el experto.
Esto implica que miles de menores se verán sin respaldo económico, y sobre todo, sin protección. Sin embargo, la pérdida de apoyo va mucho más allá. La ayuda militar estadounidense que ofrecía Trump estaba, en gran medida, orientada a inteligencia, lo que ofrecía a Ucrania un "escudo de defensa".
"Una vez este se corta, los misiles rusos pueden impactar en más ciudades ucranianas. Esta es, digamos, la consecuencia más directa. Hasta el momento, Ucrania estaba frenando de algún modo las ofensivas rusas, pero ahora tiene todas las de perder. Esto radica en unas consecuencias letales para la población, para el territorio en sí, y para los ejércitos que no dejan de sufrir bajas", añade el coordinador de investigación.
Más territorio para Putin
Es precisamente la pérdida en materia de defensa lo que lleva a otra de las principales consecuencias de esta dejada de lado por parte del presidente de Estados Unidos: la pérdida de terreno ucraniano en pro de Putin.
"Ahora Rusia tiene mucha más fuerza, y ha empezado a avanzar. Sobre todo por el noroeste de Ucrania", apunta Bargués. ¿Y en qué desemboca esto? Para el experto, hacia dos vertientes muy claras.
La primera: el aumento en la cifra de refugiados. "Esto es algo que ya se ha visto con anterioridad pero, a medida que avance la frontera, habrá muchos más desplazados", señala.

La segunda no se vislumbra tan clara, pues anda entre las aguas de la retirada o del tan ansiado acuerdo de paz. "Pero, de ser así, no estoy tan seguro de que sea una paz duradera", advierte el experto.
"De lo que estoy seguro es de que ahora comenzarán las verdaderas negociaciones, pero de llegar a acuerdo, este será muy frágil. Hay todavía una frontera en disputa y el alto el fuego probablemente no se respete. Porque esto ya lo hemos visto, y hay precedentes".
¿Y qué pasa con Europa?
En estos momentos de gran tensión, y con un continente entero que ha actuado durante todo este tiempo como mero espectador, Bargués califica a Europa de "incapaz".
"Siempre había presumido de ser un continente que apelaba a la paz y que proponía soluciones imaginativas. Sin embargo, no sólo no ha ofrecido una alternativa durante estos tres años de guerra, sino que ahora se ha quedado fuera de todas las ecuaciones. Son Arabia Saudí o Trump quienes están hablando de paz", señala.
En este momento, Europa busca pasar —aunque tarde— a la acción. "Quiere ocupar el sitio que está dejando Estados Unidos", confirma el investigador. Pero con la opción de un rearme a nivel continental sobre la mesa… ¿Es un coste que el ciudadano medio europeo está dispuesto a asumir? ¿En qué afectará esto en su estado de bienestar?
"La Europa social se va a ver perjudicada por una Europa que apueste por la defensa. Y esto, más tarde o más temprano, lo va a notar el ciudadano europeo", asegura Bargués.
"Buscar la seguridad a través de la militarización tiene un gran coste económico, y esto lo tenemos que saber. Tendrá implicaciones sobre otras partidas presupuestarias, y se debe explicar para que luego no haya desilusión y frustración por parte del pueblo europeo", añade.
Pero esto, siendo meras conjeturas, "lo tendrán que gestionar muy bien desde Bruselas y desde los Estados miembros".