Técnicos de salud, medio ambiente o publicidad diseñando durante años campañas para animar a tener hábitos saludables. Hay que hacer deporte, que es sano y se vive más. Es salud, es calidad de vida, damos buen ejemplo a los niños… Todas las estrategias de publicidad institucional que a usted se le ocurran cuando lo más fácil era picar a la gente. Convertir el correr en un challenge o un trend de redes. O, como han hecho en Nantes, ponerles un radar como los de tráfico.
No es broma. Dos ingenieros franceses, Henri Ternon y Albéric Aubron, se encontraron con una tendencia en redes sociales. Corredores amateurs, pero con cierta práctica, que intentaban ser detectados por los radares de velocidad de tráfico de las carreteras. Y se preguntaron: ¿y si les damos lo que quieren? Tan sencillo como invertir la funcionalidad del radar y adaptarlo a lo rápido que es capaz de ir una persona tanto andando rápido como haciendo running.
No es nada nuevo, porque los runners y los atletas profesionales ya tienen radares que miden su velocidad. Pero se trataba de hacerlos del tamaño de los de los coches y con la medida bien visible, para que el caminante o el corredor pudiese comprobar su 'marca' como estuviese en las olimpiadas. Y de colocarlos en la vía pública y en una zona peatonal y concurrida, claro.
Se presentaron con su proyecto en el ICAM, la Escuela de Ingeniería de Nantes, y el estudio de diseño Katra. Les gustó tanto que lo acabó adoptando la alcaldía de esta capital francesa, de 900.000 habitantes y atravesada por el Loira, cerca de la costa atlántica. Acabó colocando dos en el mismo río, una en la Île de Nantes y la otra en la Île de Versailles, dos de los parques y zonas peatonales más importantes de la ciudad.
El primero se inauguró en 2023 y funcionó tan bien que el segundo llegó en febrero de este año. El proyecto, además, ha contado con la financiación del grupo empresarial francés JC Decaux, que aportó 25.000 euros, y también del Gobierno de la región de Nantes, que añadió otros 7.000 euros.
Había, además, dos precedentes en dos municipios de la zona del Loira, que permitieron afinar la idea. Uno, un radar similar en el zoológico de Doué-la-Fontaine, con propósito divulgativo. La instalación invita a los visitantes a correr a máxima velocidad y luego les indica el animal al que igualan en rapidez.
El otro, en el pueblo Saint-Dizier, donde instalaron un radar de tráfico en las pistas deportivas. En este caso el propósito era el mismo, pero el dispositivo no estaba diseñado específicamente para corredores.
Cuestión de gamificación
El truco tiene su base científica: la llamada gamificación, que es la aplicación de técnicas de juegos a otros contextos para motivar a los participantes. Hace décadas que se ha incorporado a las aulas y existen varios estudios que apoyan su uso en los hábitos de vida saludable.
La propia existencia de los runners es la prueba, ya que básicamente se basan en colocarse metas e ir superándolas a un ritmo sostenible. El proyecto francés simplemente da un empujón externo al que todavía no haya empezado a tomar sus marcas.
Estos radares para peatones están diseñados para que no puedan ser escalados y pesar lo suficiente como para que nadie intente moverlos. Funcionan con energía de paneles solares y detectan velocidades a partir de 4 kilómetros hora. Lo cual es bastante poco, realmente.
Por ello, solo dan aviso al peatón cuando alcanza, al menos, de los 8 km/h, que para una caminata de una persona adulta sana se considera una velocidad adecuada. Además, llegan hasta el rango de lo 35 km/h, cifra que roza la del atleta profesional. No hay que entusiasmarse demasiado: se calcula que el cuerpo humano puede llegar a alcanzar los 64 km/h por sí mismo, y los grandes plusmarquistas como Usain Bolt llegan a los 42.
Una velocidad suficiente
Caminar a una velocidad suficiente es uno de los hábitos saludables más recomendados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la práctica deportiva moderada durante 150 minutos a la semana o 75 minutos si es intensiva. En concreto, en lo que se refiere a pegarse caminatas, y para poder disfrutar de los beneficios, el mínimo son 30 minutos al día.
Aunque, eso sí, no se trata de andar de cualquier manera. Los expertos recomiendan ir aumentando el ritmo y el tiempo progresivamente para obtener mejores resultados. También puedes alternar periodos de caminata rápida con caminatas tranquilas. Este tipo de entrenamiento por intervalos tiene muchos beneficios, como mejorar el estado cardiovascular y quemar más calorías que la marcha normal.
En el caso de Nantes, el proyecto incluye acompañar el radar de campañas de divulgación —sí, los carteles recomendando vida sana eran inevitables— y animar a los vecinos y vecinas de la ciudad a ser conscientes de sus propias marcas y tratar de mejorarlas. Es cierto que, de momento, es posible que lo primero que fomente sea esprintar, pegándose una carrera a la máxima velocidad al pasar junto al radar. Pero fomentar los hábitos saludables es una labor de goteo, y no, valga la redundancia, de sprint.
El objetivo de las Administraciones francesas y las empresas implicadas es comprobar cómo de bien funciona. Ahora mismo, los radares se preocupan también de comprobar cuantos viandantes o corredores, de los que pasan por delante de ellos cada día, incrementan su velocidad. Si pasados unos meses se constata que más personas acuden a las islas a hacer deporte y que la mayoría de ellas se pican y corren o andan más rápido, el proyecto es llevarlo a otras grandes ciudades de Francia.