La alergia es la cuarta enfermedad crónica más importante y se calcula que para 2050 afectará a la mitad de la población mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Hoy por hoy, una de las alergias más prevalentes es la rinitis alérgica, que es cuando una persona inhala alérgenos en el aire, como el polen, los ácaros del polvo o el moho, que provocan la inflamación del revestimiento interior de la nariz y otros síntomas asociados. Esta patología afecta a entre el 10% y el 30% del mundo. 

Los cambios estacionales, como el que acabamos de experimentar, ponen en jaque a muchas personas, provocando molestias en los ojos, estornudos, congestión de la fiebre del heno y otros efectos irritantes.

También se ha demostrado que la contaminación y el cambio climático son factores que aumentan la incidencia de las alergias. Según una investigación de 2015 de la Sociedad Americana de Química, el dióxido de nitrógeno y el ozono troposférico —gases que se vinculan con el cambio climático—, provocan cambios químicos en ciertos alérgenos transportados por el aire, aumentando su potencia.

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Este estudio sugiere que estos cambios, sumados al aumento generalizado de las temperaturas, podrían estar detrás de que cada vez sean más las personas que estornudan, moquean y tienen sibilancias durante la temporada de alergias. "Los científicos sospechan desde hace tiempo que la contaminación atmosférica y el cambio climático están implicados en el aumento de la prevalencia de las alergias en todo el mundo”, señala Ulrich Pöschl, doctor e investigador del Instituto Max Planck de Alemania.

Si bien algunas alergias pueden ser letales y requieren la atención de un profesional sanitario, en los casos leves los remedios caseros con alimentos que podemos encontrar en casa o el súper pueden proporcionar un alivio sin apenas gastos ni molestias.

Cítricos (naranjas, pomelos, limones...)

Imagen de archivo de una cesta con cítricos. iStock

La vitamina C ayuda a aliviar los síntomas de la rinitis alérgica y la irritación nasal. Actúa como antihistamínico natural al reducir la cantidad de histamina que produce el organismo en respuesta a un alérgeno. Puede ayudar a reducir síntomas leves como estornudos, secreción nasal, congestión y ojos llorosos debidos a la rinitis alérgica. Por eso, es recomendable consumir frutas cítricas, que son ricas en este nutriente, como las naranjas, limones, limas y grosellas. También se pueden incluir los pimientos rojos y verdes, fresas, brócoli, patatas o kiwis. 

Cúrcuma

Imagen de archivo de cúrcuma en polvo y raíz. iStock

La cúrcuma contiene curcumina, un potencial antioxidante, además de compuestos antiinflamatorios. Esta planta herbácea, tomada como infusión, inhibe la histamina, la sustancia producida por el cuerpo que causa los síntomas de la alergia, como son el picor en la nariz, hinchazón y producción de moco en los conductos nasales.

Jengibre

Imagen de archivo de jengibre. iStock

Al igual que la cúrcuma, el jengibre es un antihistamínico contra la alergia y un antiinflamatorio natural. Es muy útil para combatir la congestión y secreción nasal, dos síntomas comunes en las personas que sufren rinitis alérgica.

Ajo

Imagen de archivo de ajos. iStock

El ajo, un alimento que se puede encontrar en cualquier despensa mediterránea, es muy efectivo para combatir los síntomas de la alergia. Tiene una importante función como antihistamínico, gracias a los altos niveles de quercetina, un potente antioxidante, que contiene. Por eso, se recomienda integrar este alimento en las dietas desde el comienzo de la primavera.

Cebolla

Imagen de archivo de cebollas. iStock

La cebolla, otra indispensable en nuestras cocinas, es el que mayores niveles de quercetina posee. Hay muchos otros alimentos que contienen esta sustancia con propiedades aniinflamatorias y antibióticas, como las coles, el brócoli, el mango, la grosella, las endivias, el perejil o la manzana. Este tipo de productos son ideales para prevenir la secreción nasal y los ojos llorosos que acompañan las reacciones alérgicas.

Té verde

Imagen de archivo de una infusión de té verde. iStock

Uno de los compuestos del té verde interrumpe la producción de histamina, lo que lo convierte en un antihistamínico natural. Además, su alto contenido de bioflavonoides también ayuda a combatir las infecciones virales y bacterianas, así como a reducir la inflamación ocular. La manera más efectiva de hacer uso del té verde es aplicar una compresa que ha absorbido la infusión o directamente la bolsita de té sobre los párpados para aliviar la hinchazón y el picor.

Agua salina

Imagen de archivo de sal a orillas del Mar Muerto. iStock

El agua de mar o con solución salina ayudan a eliminar el moco y las partículas ambientales que están en las fosas nasales, permitiendo el aclaramiento mucociliar. Además, ayuda a controlar la congestión hidratando la mucosa nasal. El agua salada se aplica directamente en la nariz para realizar efectivamente el lavado nasal. Los lavados nasales pueden aliviar los síntomas de la rinitis alérgica y prevenir las infecciones de los senos paranasales (sinusitis).

Vapor

Imagen de archivo de una ducha con agua caliente y vapor. iStock

La inhalación de vapor caliente, en cualquiera de sus formas, puede aliviar los síntomas de las alergias y los resfriados. Según un estudio del Instituto para la Calidad y la Eficacia de la Asistencia Sanitaria de los EEUU, este método alivia las zonas afectadas, suaviza y calma las membranas inflamadas que recubren el interior de la nariz. Acabando con la inflamación, los demás síntomas remiten. La mejor manera de someterse a este remedio casero es ducharse con agua caliente. De esta manera, el flujo de vapor es continuo y puede penetrar mejor en las cavidades nasales.

Vinagre de manzana

Imagen de archivo de vinagre de manzana. iStock

Al igual que otros productos que se han listado, el vinagre de manzana debido a sus propiedades antibióticas y antihistamínicas. Puede ayudar a reducir la intensidad de los síntomas y además desempeña un papel clave en la regulación de la respuesta inmune del cuerpo, depurando el sistema linfático. El vinagre de manzana reduce la producción de mucosidad, un efecto secundario común de las alergias transmitidas por el aire.

Pimientos picantes

Imagen de archivo de pimientos picantes. iStock

Todos nos hemos pasado alguna vez con el picante en las comidas. Y cuando esto ha pasado, la nariz empezaba a gotear. Esto se debe al efecto de la capsaicina, un compuesto que se encuentra en el interior de las guindillas. El principal beneficio de esta sustancia es que descompone la mucosidad, haciendo que fluya. Así, descongestiona las vías respiratorias.