El choque inevitable en Cataluña
La semana pasada el diario ABC lanzaba un duro editorial donde se afirmaba que “El gobierno carece de un discurso estimulante en defensa del valor de España”. El editorial continuaba diciendo que “La mayoría de los españoles se sienten indefensos y enojados, no entiendes que espera el gobierno para actuar”.
Es cierto lo que dice ABC en relación a la situación con el separatismo, pero existe una corresponsabilidad de todo el sector conservador, incluido ABC, a la hora de mirar para otro lado en la cuestión separatista.
En 1978 cambiaron de chaqueta muchas de la familias privilegiadas que vivieron fenomenal con el anterior régimen en Cataluña y se hicieron nacionalistas separatistas “moderados” y encumbraron a gente como Pujol como “un español ejemplar”, así en 1984, mientras algunos medios presentaban a Jordi como un delincuente, ABC le eligió El español del año, siendo director Luis María Anson.
En ese sector conservador, ilustrado y burgués de la “derechita” superficial, los separatistas moderados siempre tuvieron una buena acogida, al fin y al cabo vestían igual y tenían los mismos gustos. Para un pensamiento conservador plano todo es cuestión de dinero, mejor no meterse en política, estaban convencidos que lo de Cataluña solo era un problema económico, en parte si lo es, pero juegan otros factores importantes en todo esto que lo hace mucho más complicado.
La burguesía catalana
La burguesía catalana se ha alineado, en beneficio propio, con los distintos regímenes que han existido en España, alargando sus tentáculos a todo el Estado. Diríamos mejor que los catalanes ocuparon siempre un lugar preferente dentro de la oligarquía española.
El escritor del siglo XIX Stendhal describía a la burguesía catalana de la siguiente manera:
"…esta gente son de fondo republicano y grandes admiradores del Contrato Social de Jean-Jacques Rousseau. Dicen amar lo que es útil y odiar la injusticia que beneficia a unos pocos. Es decir, están hartos de los privilegios de una clase noble que no tienen, pero quieren seguir disfrutando de los privilegios comerciales que con su influencia lograron extorsionar hace tiempo a la monarquía absoluta. Los catalanes son liberales como el poeta Alfieri, que era conde y detestaba los reyes, pero consideraba sagrados los privilegios de la nobleza.”
El fin del “chalaneo”
El chalaneo mantenido por la elite catalana en los últimos siglos acaba en el momento en que los hijos y nietos de los que inventaron la mandanga de la nación catalana quieren hacerla realidad, es decir pretenden ir a por todas, lo que hará que el castillo de naipes sobre el que se asienta toda la tontería de la diferenciación catalana salte por los aires.
La CUP es el gran problema
De la burguesía surgieron las grandes revoluciones contemporáneas, de un grupo de burgueses surgió la revolución liberal francesa donde comienza todo, de un burgués crítico con el liberalismo llamado Karl Marx surgió el marxismo y de la burguesía nacionalista catalana han surgido los nuevos separatistas.
Estos de la CUP se quieren echar al monte de manera literal, no se andan con tonterías y tienen 336.375 votos, el proceso no puede parar porque si para la CUP la liara.
Es inevitable el choque, ya no hay marcha atrás y el gobierno no puede continuar pensando que esto se arreglara con dinero, con conversaciones en reservados, o con concesiones, quieren la independencia y no van a parar.