¿La abuela sabe macroeconomía?
Que me pregunta mi abuela por qué los políticos siempre están hablando de nuestro dinero y nunca lo hacen del suyo. Le respondo que el suyo, es decir, el de los políticos, es en realidad el nuestro, pero que como son personas educadas no quieren hacer referencia al óbolo ya que consideran que todos somos cristianos o, en su defecto, humanistas y no queremos que se sepan nuestras caridades o solidaridades.
Mi abuela está preocupada por su pensión, que al fin y al cabo comparte con hijos, nietos y biznietos por segmentos y a lo largo del año, que tan poco no da para tanto. Pero como lee en el ABC que los políticos están a la gresca con este asunto, sintetiza, se asusta y cree que su asignación de viudedad puede desaparecer. Le explico que no es así, sino que la cuestión radica en subir anualmente el sueldo de los jubilados algo más que el 0,25 por ciento que ha previsto el Gobierno para este año y que eso, a día de hoy supondría en torno al uno por ciento, por la subida de precios en la tienda. Total, que en vez de dos euros le hubiesen subido ocho.
“Pues eso me habría dado para comprar una vela más para ponérsela a San Expedito, que es el santo de las cosas imposibles pero urgentes al que le pido que todos tengáis trabajo”, me contesta. Y yo pienso o que mi abuela es un alma cándida o que tiene la retranca propia de su pueblo, o sea, del pueblo. Ella insiste.
“Pero este interés por la pensiones, ¿es de ahora o ya le tenían antes? Porque hubo un año en que no nos subieron nada y tengo leído que en algunos países las bajaron bastante”. Le digo que en realidad es un tema cogido por los pelos para crear controversia después de las manifestaciones de pensionistas en las que se reclamaba más sueldo.
“¿Los viejos manifestándonos por las calles? Cuando yo era niña, antes de la guerra, estaban en las calles para pedir porque no había pensiones. Luego las pusieron, y se iban al parque o al bar a echar la partida sin gastar mucho. Ahora creía yo que asistían al Hogar del Pensionista, pero gente mayor como si fuesen sindicalistas, no lo había conocido... y todo por seis euros... ¡Qué cosas!”.
Le explico que para los políticos el colectivo de jubilados es muy importante porque suponen muchos millones de votos y que ahí está el intringulis de la situación. Y ella se pregunta que si los políticos están tan preocupados no podrían recortar en algunas cosillas como fiestas, viajes, banquetes, premios y todas esas subvenciones de dan, o incluso ceder cada uno 600 euros mensuales para que cien pensionistas cobrasen los seis euros que les faltan.
Es entonces cuando tengo serias dudas sobre si mi abuela no sabe de macroeconomía.