El juego del Arte Contemporáneo en Castilla-La Mancha
En marzo de 1975 se abría en el edificio de la Casa de las Cadenas, calle de las Bulas número 15, el Museo de Arte Contemporáneo de Toledo. Se interpretó como un signo de los nuevos tiempos que deberían abrirse en la ciudad y en el conjunto de España. El Museo estaba en plena judería, en una típica casa del siglo XVI y albergaba pinturas, dibujos, grabados, litografías y esculturas de artistas de los siglos XIX y XX. Entre ellos, los impresionantes paisajes toledanos de Aureliano de Beruete; obras, entre otros muchos, de Ricardo Arredondo, Antonio López y Benjamín Palencia; y las dos sales dedicadas al universal artista toledano Alberto Sánchez, “panadero de Toledo y escultor de España”, según le definió el poeta Pablo Neruda, con una serie de dibujos y esculturas que fueron cedidas por la familia del artista. Conservo en mi biblioteca personal el Catálogo del Museo, editado por la Dirección General del Patrimonio Artístico y Cultural el mismo año y con 248 páginas con numerosas reproducciones de las obras del Museo. Diversas webs informan acerca del Museo pero lo más llamativo es que la página de Turismo de la Junta, que tiene el pomposo título de “EN UN LUGAR DE TU VIDA”, incluye, al hablar del Patrimonio, este Museo, como si todavía estuviera abierto… Eso se llama tensión informativa sobre el Patrimonio y la Cultura…
Según recoge el historiador del arte Rafael del Cerro Malagón, el edificio fue adquirido por el Ayuntamiento de Toledo en 1962 con el fin de usarlo como archivo municipal, aunque finalmente se usó como hospicio. En 1973 se cedió a la antigua Dirección General de Bellas Artes, con el fin de crear el museo, que funcionaría como filial del Museo de Santa Cruz. Tras una la restauración dirigida por el arquitecto Manuel González Valcárcel, el Museo abrió sus puertas. Tras apenas veinticinco años de vida, el Museo se cerraría al finalizar el siglo XX, para realizar obras. Según se dijo, los contenidos del Museo se albergarían en el Museo de Santa Cruz. Y desde entonces, el silencio.
Siendo yo director gerente de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, y enormemente preocupado por la situación de su depósito externo en el edificio del Miradero, realicé, como he contado en otros artículos, una serie de informes pidiendo la urgente intervención para evitar males mayores en ese edificio. Siempre observé que dos salas del Miradero estaban ocupados por el Museo de Santa Cruz, y yo no disponía de acceso ni llave a esos depósitos que pertenecían a la Biblioteca. Como conocía los problemas de espacio del Museo, nunca dije nada. Pero, como consecuencia de las gestiones, vinieron técnicos y varios subdirectores generales del Ministerio y entonces fue cuando descubrí que, entre las obras artísticas allí depositadas, estaban las del Museo de Arte Contemporáneo. ¡Nos subíamos por las paredes! A partir de ese día, mi preocupación por el Miradero se incrementó: teníamos unos 150.000 libros, periódicos, revistas, carteles y otros materiales en el Miradero, pero nunca imaginé que allí estaban los tesoros de arte contemporáneo de Toledo. Había muchos problemas que era urgente resolver, pero uno me preocupaba especialmente: la instalación eléctrica, que podía provocar un incendio de resultados imprevisibles. Con un agravante: que no estaba operativo el sistema no ya de extinción sino incluso el de detección de incendios. Es decir, en un edificio (el Miradero) sin vigilante de seguridad, porque había que ahorrar, si surgía el menor conato de incendio podría propagarse sin límite al no haber un sistema de detección ni de extinción. Volví a proponer que al menos el sistema de detección se instalase, pues un incendio podría afectar al edificio del Miradero y al colindante Museo de Santa Cruz. La Consejería, tras diversos informes, en el verano de 2017 autorizó algunas actuaciones pero no la más prioritaria: la detección de incendios, y así seguimos…. ¿Saben lo que ha pasado en el Museo Nacional de Brasil, en Río de Janeiro? No pretendo ser alarmista. Pero tanto el Museo de Santa Cruz como la Biblioteca de Castilla-La Mancha vienen denunciando esta situación, que puede provocar un incendio de dimensiones imprevisibles, ante la pasividad y el olvido de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes.
El PSOE incluyó en su programa electoral para las municipales de 2015 la puesta en marcha de un Museo de Arte Contemporáneo, sin definir en qué edificio. Por su parte, el PP manifestó también en campaña electoral que quería instalar en la Casa de las Cadenas el Museo de Arte Contemporáneo. De hecho, el Ayuntamiento hace varios años ha pedido al Ministerio la reversión del edificio al no estar siendo utilizado para el fin museístico al que se destinó. Por su parte, el Ayuntamiento vino a incidir en este juego del arte contemporáneo en Toledo. En noviembre de 2015, en solemne rueda de prensa, la alcaldesa, Milagrón Tolón, anunció que Toledo tendría, a partir del primer semestre de 2016, “…un nuevo museo de arte contemporáneo que contará con casi 500 obras del artista Salvador Dalí, lo que constituirá una importante colección del genio de Figueras”. En la rueda de prensa participaron también la presidenta de la Cámara de Comercio e Industria de Toledo, María Ángeles Martínez; y el presidente de la Federación Empresarial Toledana (Fedeto), Ángel Nicolás. Todos pusieron de manifiesto la recuperación de un espacio cultural en la Cámara de Comercio; que Toledo “se vuelca en el arte contemporáneo” y que se refuerza así la cultura y el turismo de la ciudad, según expresó la alcaldesa. Por cierto, ¡qué coincidencia!: Fedeto y el Ayuntamiento anunciando un proyecto fantástico para Toledo, igual que ahora con el Parque Puy du Fou. En fin, todos los detalles de este compromiso en la nota de prensa oficial del Ayuntamiento: https://www.toledo.es/toledo-tendra-en-2016-un-museo-de-arte-contemporaneo-con-la-segunda-coleccion-mas-importante-de-salvador-dali/. Por cierto, ¿qué ha hecho o dicho el Ayuntamiento para recuperar para la sociedad el Museo de Arte Contemporáneo? ¿Y qué ha pasado del museo Dalí? Toledo tiene un Ayuntamiento que hace actividades culturales pero no tiene política cultural, y es lamentable.
En esta situación, el Círculo de Arte emprendió una campaña para promover un Museo de Arte Contemporáneo en Toledo, proponiendo que la sede principal fuera el edificio de San Marcos, generalmente poco utilizado tras el aniquilamiento de la Fundación de Caja Castilla-La Mancha. El artista Luis Pablo Gómez Vidales, presente del Círculo de Arte, asumió como primer firmante el manifiesto que un numeroso grupo de artistas toledanos hicieron público. Junto a otras verdades, los artistas recordaron que “Toledo es la única capital autonómica del país que no cuenta con un espacio en el que se puedan reunir obras de arte contemporáneo y sus figuras emblemáticas.” ¿Qué dijeron las instituciones? En los medios sólo recojo las del entonces vicealcalde de Toledo y responsable de Cultura en el Ayuntamiento José María González Cabezas: “la idea nos parece bien, las cosas llevan su ritmo, pero no debemos de hablar de un edificio concreto. El centro cultural San Marcos podría ser un buen escenario, pero no tiene por qué ser el único”. Y desde entonces silencio.
Y ahora la Colección Polo. De nuevo, Toledo entrará en la senda de la modernidad: el arte contemporáneo de otros países vendrá a Toledo y a Cuenca. Sin proyecto. Gastando unos recursos de los que la Consejería, por decisión del presidente regional y el Consejo de Gobierno de CLM, carece. Unos fondos no cuantificados van a desplazar el proyecto del gran Museo de Santa Cruz y van a lograr que el arte contemporáneo de Toledo permanezca arrinconado y que no se ponga en marcha un centro que recoja la producción artística de los creadores de Castilla-La Mancha de la segunda mitad del siglo XX y de nuestro tiempo. Además, quieren desalojar al Archivo Histórico Provincial de Cuenca, también titularidad del Estado, para instalar allí parte de la Colección Polo. Me dicen que el viceconsejero de Cultura, Jesús Carrascosa, sólo tiene ojos para el arte contemporáneo, en realidad para la Colección Polo, y se olvida de las demás parcelas de su responsabilidad (patrimonio, archivos, bibliotecas, museos, cine…). Pero ¿le interesa el arte contemporáneo de nuestra región? ¿Lo va a promover y a difundir? Tal vez sólo pretenda pasar a la historia como el hombre que trajo las vanguardias artísticas a Castilla-La Mancha, sin proyecto. Aunque por su actuación rompa las ilusiones de quienes trabajan para los ciudadanos de Castilla-La Mancha desde sus museos. Aunque los fondos del Museo de Santa Cruz permanezcan escondidos.
¿Es ésta la mejor opción?: marginar los fondos del Museo de Santa Cruz (museo provincial de arte y arqueología) y obligar al Ministerio a construir un nuevo Archivo Histórico Provincial en Cuenca por el capricho de unos gobernantes que no saben proyectar conjuntamente con los expertos ni con los directores de los centros, ya sean archivos, bibliotecas o museos. ¿Es razonable enviar los fondos del depósito del Miradero a otro lugar, privando por más tiempo a los ciudadanos de esas colecciones? Porque el viceconsejero probablemente no sabe que no se trata de almacenar: hacen falta depósitos perfectamente dotados. Políticos y técnicos tienen que mirar en la misma dirección, pero estos gobernantes al parecen son capaces de improvisar y tomar decisiones por sí mismos: no necesitan técnicos ni expertos. Sólo a sus amigos.
Juan Sánchez Sánchez. Historiador y bibliotecario